domingo, 27 de febrero de 2011

TODO UN HOMBRE...





Rudyard Kipling
Serás un hombre, hijo mío


"Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza

Si sabes esperar y a tu afán poner brida
O blanco de mentiras esgrimir la verdad
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad

Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores.

Si puedes soportan que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adora quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.

Si todas tu ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.

Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.

Si entre la turba das a la virtud abrigo
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si marchando con reyes del orgullo has triunfado
Si eres bueno con todos pero no demasiado

Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más serás hombre hijo mío...."

SEXUALIDAD Y AFECTIVIDAD...





Me encuentro, leyendo el suplemento de cultura ñ, con una "perla cultivada" de Manuel Puig...


"Lo terrible es que la identidad pasa a ser definida por el sexo. Es decir, una banalidad pasa a definir lo esencial. Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral. He llegado a un convencimiento: creo que todos los planteamientos sobre la sexualidad son equivocados. La homosexualidad no existe, es una proyección de la mente reaccionaria, y lo mismo la heterosexualidad. Yo creo que lo sexual está a la misma altura de la necesidad de nutrición o de dormir. Son tres actividades básicas, importantísimas, pero las tres carentes de significado moral, de trascendencia moral."


Soslayando en sus divergencias en cuanto a la invención de los tipos sexuales (homo/hetero), pienso en esta reflexión y no puedo dejar de advertir que Puig olvida, o cree olvidar, que el acto sexual es una actividad biológica y fisiológica algo más compleja que una mera siesta...
Y es que, justamente, si es la matriz afectiva -y no la sexual- la que define la esencia humana (y en consecuencia aquello que puede ser puesto en tela de juicio según los cánones de la moral), no podemos pasar por alto que el afecto, muchas veces, se constituye en (y alentado por) el marco del intercambio de fluidos que implica un encuentro sexual.
Si hay una razón por la cual al adulterio está, al día de hoy, condenado moralmente, es, creo, porque el adúltero, al acostarse con otra persona y serle infiel a su pareja, está poniendo en riesgo (conciente o inconscientemente) el vínculo afectivo que ha constituido previamente. Este riesgo podrá ser mayor o menor según las circunstancias propias de cada caso, obviamente.
Desde el catolicismo, uno de los vectores sociales históricamente más importante a la hora de la organización de nuestras formas de vida, si se impulsó con énfasis el castigo moral del adúltero (en el Código Civil es causal de divorcio culposo), fue, justamente, para castrar la ejecución de un deseo que, tanto entre hombres como mujeres, circula todo el tiempo: el deseo sexual, que es algo líquido (como los fluidos a través de los cuales se manifiesta) y por lo tanto circula -a diferencia del enamoramiento que es sólido y no puede circular todo el tiempo- de objeto en objeto.
La Iglesia (y el Estado), entiende a la familia como cédula básica del cuerpo social. Desde este punto de partida regula una constitución de la familia en la cual su alma mater (el padre y la madre) tenga vedado el derecho de ejercer su sexualidad libremente. Se entiende: la prohibición apunta a evitar la materialización de los deseos, deseos que, de ponerse en marcha, podrían llevar al resquebrajamiento de la familia y, en consecuencia, del de la sociedad misma.
Y esto es así por lo que decía en un principio: en el encuentro sexual siempre -siempre- se encuentra latente el riesgo de un acercamiento de otro tipo, más profundo, de una exposición mayor que la propia desnudez de los cuerpos que, extasiados, se encuentran para consumar su deseo.
La sexualidad, entonces, la sexualidad humana por lo menos, claramente va a estar (no podría ser de otra manera) sujeta a una determinada significación moral, a una determinada trascendencia moral, en la medida que muchas veces, pone en juego a la afectividad y, con ello, a formas de vida de una sociedad con un sistema de premisas y valores determinados.

sábado, 26 de febrero de 2011

COPYLEFT...





"España, aparta de mí este caliz"

Por Daniel Link para Perfil


El parlamento español acaba de sancionar una ley “ anti-descargas” que, bajo el pretexto de la protección de la propiedad intelectual (esa entelequia burguesa), permitirá a la autoridad de aplicación cerrar páginas de Internet mediante un simple recurso administrativo, apenas controlado por la justicia, cuando una comisión creada ad-hoc determine que el contenido de la página "sea susceptible de causar un daño patrimonial" (aún cuando el daño no se hubiera producido: Minority Report).

La “Ley Sinde” (más exactamente, la “Disposición Final Segunda” de la Ley de Economía Sostenible), así llamada como triste homenaje a su propulsora, la siniestra ministra de cultura Ángeles Gonzales-Sinde) necesitó de un amplio acuerdo parlamentario para ser aprobada casi por unanimidad. Se trataba, aparentemente, de responder a una demanda de los Estados Unidos y a las megacompañías discográficas y cinematográficas que ese ejército defiende, para asegurarse el control de la información que circula en la segunda lengua más hablada del planeta.

La Ley Sinde reformó la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, la Ley de Propiedad Intelectual y la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (la cámara responsable de intervenir “preventivamente”). Cualquier página de dominio español que enlace contenidos protegidos por la LPI pordrá ser clausurada y las páginas extranjeras podrán ser bloqueadas para su acceso desde España.

Es probable que ese aborto legislativo no tenga las consecuencias buscadas, y no tanto porque se le otorga a un organismo administrativo facultades que ofenden los principios democráticos, sino porque pretende torcer la lógica misma del funcionamiento de Internet (¿prohibirán youtube en el Reino de España?).

Su objetivo, en todo caso, es aterrorizar a la ciudadanía que, lejos de refugiarse en el miedo, ha salido a la calle a manifestar en contra de la ley y a pedir la renuncia de la desencaminada ministra. Mientras tanto, Álex de la Iglesia renunció a la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España en abierto desacuerdo con la ley.

miércoles, 23 de febrero de 2011

LA CONQUISTA DE LO INUTIL...




Si hay una cosa pude confirmarme a mí mismo durante mi estadía en Mar del Plata el pasado fin de semana, eso fue mi absoluta incapacidad para cumplir satisfactoriamente con aquellas tareas que, durante mucho tiempo, definieron el concepto de "hombre"; esto es solucionar problemas hogareños que involucren algunos conocimientos básicos de la electricidad, de la plomería y de sus derivados.
Sucedió así: estando en la casa de mi amigo (en el barrio Alfar), al querer enchufar el bombeador del agua, se produce un chispazo seguido de un humo: "se quemó el motor" es lo primero (y lo último) que se les ocurre a nuestras mentes analfabetas que, si de cargas energéticas se trata, podemos decir que está constituida por neutrones.
Concientes de nuestra inconsciencia en estos temas, vamos en ayuda de nuestro amigo capacitado: se trata de un ingeniero en electrónica, al que acudimos con fervor religioso de quien busca encontrar al santo padre.
Nuestro dios está por empezar a ver el partido de Rosario Central, por lo que, luego de escuchar nuestro relato de los hechos, decide cambiar el cable y probar de enchufar el aparato en su casa. Lo hace y salta la térmica. "Debe estar en corto el motor o el capacitor del bombeador", nos dice. Nos miramos con nuestro amigo. Comienzan nuestros problemas conceptuales. Resolvemos ir en búsqueda de una ferretería industrial, para ver si era viable la reparación y, caso contrario, averiguar de un nuevo bombeador.
Cargamos el muerto en el baúl del coche y partimos rumbo a Playa Serena. Llegamos a una ferretería. Mientras Nico entra en el local con el cuerpo, espero en el auto pensando en que, probablemente, por la noche tenga que ir a la casa de mi tío (el inefable Henry), a mendigar una ducha caliente para mi cuerpo.
Mi amigo sale y su frase es contundente: "hay que ir a ver al señor Olaf, que es especialista en bombeadores de agua". Encontrar al señor Olaf no es tarea sencilla, especialmente si no sabemos donde vive. Pero alguien sabe, y debemos dar con esa persona. La persona indicada que nos guíe, a través de un pueblo fantasma, a la casa de nuestro salvador verdadero.
En el mercadito del pueblo nos dan la estocada final para llegar a destino.
La casa de Olfar es la última de la cuadra, de la mano derecha. Al llegar al lugar no tenemos dudas: se ven muchos bombeadores por todos lados. Perros chicos y mal cuidados nos ladran mientras mi amigo se acerca a la puerta de la casa. Entonces aparece Olaf, que tiene nombre (y también aspecto) de personaje del señor de los anillos: es rengo, usa anteojos y tiene un pelo bien oscuro de dudosa autenticidad. Mi amigo, con el bombeador a cuestas, lo acompaña al interior del gallinero (la casa mejor dicho). Juntos proceden a la inspección del herido.
Al rato sale. Vuelve al auto con el cuerpo (el cadáver?). Al parecer Gandalf probó el motor y arrancó, por lo que quería quedarse con el aparato para examinarlo mas en profundidad, a lo que mi amigo se negó.
Volvemos entonces al Alfar, pasando por la casa de Henry, quien nos presta su bombeador y nos presenta nuevos vocablos de la familia de los eléctricos: "automático" y "bobinado" se suman a "capacitor". Le comento a Nico la angustia que me genera mi nula representación mental cuando suenan esas palabras. Nico se ríe: "yo tampoco me represento nada, para mi no sale del nivel conceptual".
Finalmente llegan nuestros salvadores reales: hermano y padre de mi amigo, quienes prueban el artefacto una vez más y, al quemarse un fusible (otra abstracción del mundo platónico para nosotros dos), comprueban que los cables del nuevo enchufe (empalmados por nuestro amigo ingeniero) estaban mal conectados!
No era el capacitor, ni el automático ni nada de eso; sólo era un simple cable quemado que había que cambiar por otro (por otro correctamente empalmado obvio)
Nuestro hombre fuerte de las ciencias duras -queremos creer que por una distracción del momento- se equivocó, lo cual, para dos bestias de la física y la electrónica como nosotros, puede resultar una lección alentadora. O no.
Lo importante es que no perdemos la fe en comenzar, aunque sea, a empatar la batalla contra nuestra fervorosa bestialidad.

sábado, 19 de febrero de 2011

EL HACEDOR...





Con 4 películas en su haber, Darren Aronofsky ya se ha convertido en uno de los directores más seguidos del panorama actual. Comenzó interesando con Pi, a la que siguió Réquiem por un Sueño. Con The Fountain probó nuevas sensaciones, y terminó confirmándose con El Luchador, reactivando la carrera de Mickey Rourke. Ahora con Cisne Negro (Black Swan) se convierte en uno de los favoritos al Oscar.


Ha querido que Cisne Negro complemente El Luchador.

Darren: Algunas personas dicen que el wrestling es la menor de las expresiones artísticas y otras dicen que el ballet es la mayor expresión del arte, sin embargo, esencialmente son lo mismo. Mickey Rourke interpretando a un luchador experimentaba algo muy similar a la bailarina que interpreta Natalie Portman. Ambos son artistas que utilizan su cuerpo para expresarse y ambos tienen miedo a lesionarse porque sus cuerpos son la única forma de expresión que poseen. Lo que me resultaba interesante era averiguar la relación entre las dos historias en lo que a priori podrían parecer mundos sin conexión ninguna.

También compara el nivel de compromiso de Portman con el de Rourke.

D: El personaje de Nina es muy distinto a lo que ha hecho Natalie anteriormente, y su actuación está a otro nivel. Encarnar a Nina suponía tanto una proeza física como de interpretación.

Tuvo que prepararse mucho el papel.

D: El ballet es algo en lo que la mayoría de la gente empieza a formarse con cuatro o cinco años de edad, y tal y como lo llegan a vivir, transforma sus cuerpos, les transforma como personas. Contar con una actriz que no ha experimentado todo eso para interpretar convincentemente a una bailarina profesional es el mayor de los encargos. Sin embargo, gracias a su increíble voluntad y disciplina, Natalie se convirtió en una bailarina. Le supuso diez meses de enérgico trabajo, pero su cuerpo llegó a transformarse e incluso los bailarines más estrictos se quedaron absolutamente impresionados. Estoy seguro de que el trabajo físico también la conectó con el trabajo emocional.

Trabajó en modificar la idea original de Andres Heinz.

D: La historia se transformó en el miedo de Nina a perder todo lo que ella es. Eso es algo con lo que yo creo que todo el mundo puede identificarse, pero esos temores dominan tan absolutamente a Nina que consiguen hacer que no distinga su realidad del personaje que está interpretando.

Hacía varios años que había contactado con Portman para hablarle de la película.

D: Empecé a pensar el concepto inicial de Cisne Negro, y quedé para tomar café con Natalie en Times Square. Natalie había hecho mucho ballet antes de convertirse en actriz y había seguido haciéndolo durante años simplemente para estar en forma. Natalie me dijo enseguida que algo que siempre había querido hacer era interpretar a una bailarina.

Para interpretar a la rival de Natalie Portman, Lily, eligió a Mila Kunis.

D: Mila interpreta a Lily como alguien que tiene exactamente lo que Nina desea. Ella es mucho más libre, más vital y más sexual que Nina. Lily es capaz de expresarse con libertad y eso para Nina es tanto motivo de fascinación como de intensa fricción.


El personaje de Thomas, el coreógrafo interpretado por Vincent Cassel, es quien empuja a Nina.

D: Vincent es uno de mis actores favoritos en todo el planeta. Soy un gran admirador de su trabajo tanto en las películas francesas como en las americanas. Aquí interpreta un personaje maquiavélico: el director artístico al que sólo le preocupa el arte y no le importan las víctimas que deja por el camino. Vincent estuvo magnífico en el papel, en parte porque se mueve de una forma absolutamente maravillosa.

Y luego tenemos a Winona Ryder.

D: Winona estaba fantástica en el papel porque es una superestrella. Creo que el público realmente identificará en ella a la famosa prima ballerina que es despedida cuando Nina consigue sustituirla.

La mayor parte de la película se rueda cámara en mano, sin planos generales ni primeros planos.

D: Me apasionaba rodar un thriller psicológico con cámara en mano sobre todo porque no podía recordar que se hubiera hecho anteriormente. En algunos thrillers hay unas pocas secuencias donde el punto de vista del malo se refleja a través de la cámara en mano, pero hacerlo así en su totalidad, dándole un estilo documental, es algo totalmente original. También pensé que rodar el universo del ballet con cámara en mano ayudaría a penetrar en él, al igual que habíamos hecho con el ring en el caso de El Luchador. La cámara baila y gira con los bailarines. Capta la energía, el sudor, el sufrimiento y el arte de la danza en primer plano.

Luego están los espejos...

D: En el mundo del ballet hay espejos por todas partes. Los bailarines siempre se están mirando en ellos, por lo tanto, la relación que mantienen con su reflejo constituye una buena parte de lo que son. Los realizadores también sienten fascinación por los espejos, y se ha jugado con ello anteriormente, pero yo quería llevarlo a otro nivel. Visualmente enfatizamos esa idea de lo que significa mirar en un espejo. Los espejos muestran en gran medida el interior de Nina, que gira alrededor de las dobles identidades y las imágenes reflejadas.

Para concebir el mundo físico de la película, confió en la diseñadora de producción Thérèse DePrez.

D: Quería trabajar con Thérèse desde hace mucho tiempo. Verdaderamente nos creó un gigantesco lienzo a partir de un presupuesto muy ajustado. Creó un mundo que no es el mundo real pero que lo parece, lo cual es muy difícil de lograr.

Y para la representación de El Lago de los Cisnes, contó con Rodarte, la firma de moda formada por Kate y Laura Mulleavy.

D: Visualmente posee un estilo completamente distinto de El Lago de los Cisnes. El vestuario del ballet diseñado por Rodarte está a otro nivel, es totalmente clásico pero innovador al mismo tiempo.

Le entusiasmó la música que había compuesto Clint Mansell.

D: Es uno de los trabajos más extraordinarios que he podido escuchar de Clint. Sientes a Tchaikovsky por todas partes pero también sientes algo completamente nuevo. Resulta inquietante, hipnótico y muy hermoso. Desde la música, el vestuario y los decorados hasta la unión entre coreografía y trabajo de cámara, todos y cada uno de los aspectos del rodaje de las escenas de El Lago de los Cisnes han constituido una importante fuente de aprendizaje, pero todo ha valido la pena. Empezamos sabiendo muy poco sobre ballet, sobre cómo filmarlo y cómo conseguir que a la gente le interesara, pero yo creo que la película sabe conectar realmente al espectador con esta forma artística, sabe hacérselo accesible.

EL PASADO...





"Yo sé que nadie sabe de donde viene y adonde va" y "todas las cosas que hiciste, ahora vienen de vuelta hacia vos", son las frases que resuenan en mi cabeza mientras vuelvo, una vez más, a Mar del Plata.
Voy por el cumple de Nico. Viajé solo, manejando por la ruta bajo un cielo negro, escuchando infinidad de veces esa canción ("Dream on" de Aerosmith, versión en vivo...un tema de 1973 que, casi 4 décadas después, me genera una adicción encantadora).
Descubro un placer nuevo para mí: manejar en la ruta solo bajo el cielo negro. Manejar hacia mi pasado (nico, agus, el alfar) y pensar que el pasado, como el presente, es un animal grotesco con el que, no tengo dudas, quiero terminar abrazado. Y si esto es así es justamente porque, como reza la canción de Aerosmith, no sé de donde vengo ni adonde voy y, también, porque todas las cosas que hice, ahora vienen de vuelta hacia mí.

martes, 15 de febrero de 2011

ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS...




Desmemoriado como nunca antes. Así me encuentro mientras doy mis primeros pasos en este 2011. Mi incapacidad para retener información (finales de películas, pasajes de libros, cumpleaños, cosas que me contaron personas cercanas en un tiempo cercano)me evidencia grietas, espacios en blanco que invaden aquello que alguna vez fue una mente capaz de un registro minucioso de lo que mis sentidos le ponían a su disposición.
No sólo eso; no tengo ideas y antes las tenía (¿cuando dejé de tener ideas?). "Tenés preocupaciones que antes no tenías: un trabajo, una casa y un coche propio para mantener" me dice Flor. Y tiene razón, pero, claro, eso no me arregla a mí.
Pienso que volver a la facultad me va a hacer bien. Hace 10 años que curso ininterrumpidamente: el cbc en la sede de avellaneda y en Montes de Oca, las Facultades de Derecho y la de Filosofía y Letras de la UBA y la Facultad de Ciencias Sociales de Lomas fueron los hospedajes en donde pasé buena parte de mis tardes y mis noches en todo este tiempo. No me imagino fuera de la facultad. No me imagino fuera de ese ámbito.
Pienso en que falta poco para volver y ver si es que la memoria que tengo (poca o mucha) sólo está dispuesta a retener la información que circule por las aulas, los libros y los apuntes de las cátedras, o bien si también está dispuesta a no continuar con los papelones a los que me tiene acostumbrado ultimamente.
Faltan unas semanas para ello y, mientras tanto, tengo el propósito de comenzar a abstenerme de seguir subrayando libros. No por una cuestión de "respeto" a los libros, sino porque, dado mi estado de liquidez mental, subrayar en este momento implica, claramente, no hacer ningún esfuerzo por fijar absolutamente nada. El subrayado viene a proteger este estado del que, sin saber como, quiero emerger.
De lo que se trata, entonces, es de recuperar y reconstruir los mundos perdidos en algún lugar indescriptible; los que, creo, están ahí nomás...a pocos metros del hoy y del mañana.

viernes, 11 de febrero de 2011

EL PENSAMIENTO COMO REFUGIO...


Julio Chávez: “Todo espacio de pensamiento es un refugio”

Actor de larga experiencia teatral y con un puñado de películas en su haber, Julio Chávez alcanzó el reconocimiento masivo a partir de su trabajo en el film de Caetano “Un oso rojo”. De su universo teatral y su mirada sobre el cine habló en esta charla con Sudestada.


Como un dogma que sobrevuela cada rincón del arte, casi siempre se dice que para un artista no participar asiduamente de los almuerzos televisivos, o bien no ser tapa de las revistas con “caras de gente”, es igual a no existir. Se dice que no seguir subido a la ola del éxito, aceptando desprejuiciadamente papeles en películas que la industria mete hasta por los poros a fuerza de publicidad, es no saber aprovechar los buenos vientos. Pero como en cada escenario, hay excepciones. Por eso, el actor Julio Chávez, con el recuerdo cercano del éxito alcanzado por su papel en la película Un oso rojo, pero por estos días dedicado a las múltiples tareas de autor y director de su última obra Rancho, una historia aparte, conversó con Sudestada sobre sus comienzos y sus maestros. Sobre el arte durante la dictadura, la importancia de la formación actoral y de lo mucho que su personaje de “El Oso” tenía de su padre.

¿Cuál de todos tus maestros te influyó más como actor y como director?

En principio yo no tuve formadores como director. Trabajé con muchos directores y diría que la persona más fuerte en lo que son las herramientas del problema de la dirección en el interior del problema del teatro fue Augusto Fernandes. Por varios motivos, porque es el maestro con el que más estudié, fueron 16 años, porque hice con él El Fausto, La Gaviota y ensayamos un proceso de Las mil y una noches. Fueron procesos para mí muy reveladores de lo que es la actividad de un ser en el interior de un problema, que tiene que ver con la puesta en escena y la dirección de actores, y la mirada, y el punto de vista. Fernandes fue y es, aunque hace mucho que no trabajo con él, fundamental. Después, otros maestros míos anteriores, fueron Agustoni, Alezzo, Gandolfo, personas muy importantes, más en los inicios de mi formación. Y después el ejercicio como entrenador, que lo hago desde los 24 años, tengo 47, ha sido para mí fundamental en lo referente al problema de la dirección. No creo mucho...o mejor dicho, es un camino un poco complejo el tema del estudio de la dirección teatral, me parece que es parte importante de la formación pero sí creo que un entrenador puede ayudar a un director a establecer y chequear qué manera tiene de preguntarse algunas cuestiones y de entrenar el ejercicio de la dirección. Pero ponerse sobre los hombros una obra de teatro y resolver la totalidad es algo que te lo formás con la experiencia.

¿Cómo fue tu experiencia teatral en los tiempos de la dictadura?

Para mí la formación fue un microclima. En el año 1976 estaba en el conservatorio y me fui porque era imposible estudiar ahí, y además porque los logros que habían conseguido gente como Alezzo o Gandolfo en la modificación del plan de estudios, en el ’76 se volvió todo para atrás y cayeron unos personajes sumamente estructurados y me fui, incluso antes del cambio definitivo de autoridades. Siempre el trabajo actoral fue para mí como una isla en medio de la catástrofe nacional. En el interior de esa catástrofe yo vivía el paraíso de la formación actoral.

¿Con qué situaciones te enfrentabas cuando buscabas un lugar para dar clases?

En el año ’81 empecé dando clases en el taller de Alezzo, de manera que ese era mi espacio. Después alquilé un pequeño taller en la calle Potosí, y lo que más recuerdo era la preocupación de que los alumnos no se aglomerasen en las puertas, porque más de tres personas era revolución. Entonces mi preocupación era el cuidado de la gente, que no estuviese expuesta a ninguna situación grave, y además era el cuidado que yo tenía por mí, de manera que era muy cuidadoso de que el espacio de nuestra formación y de nuestro entrenamiento estuviese protegido por un espacio cerrado, y no transportarlo a lo que era la calle.

¿Notás diferencias entre tus formadores y vos como maestro?

Sí, hay diferencias, ya que en principio el trabajo pasa por mi subjetividad y mi mirada singular, pero hubo una eclosión en el lenguaje que no sucedía en esos años, donde había caminos que estaban considerados como más verdaderos y otros menos verdaderos, había una fe en una manera. Hoy eso ya es diferente, se ha dinamitado en un sentido el tema de la expresión y la plataforma expresiva del teatro se ha multiplicado, igual que las maneras y los cómos, y hoy por hoy tener un estricto manual en tus manos es peligroso, porque hoy los maestros, las guías están más relativizadas. Antes era muy importante saber con quién estabas estudiando, hoy no importa demasiado. Antes tenían mucho prestigio ciertas cuestiones, y hoy no tienen porqué ser prestigiosas o se puede dudar acerca de la palabra prestigio. Entonces lo que sí te digo es que leyendo a los originales grandes maestros que hubo en el teatro Bretovsky o Stanislavsky, advertís que en las décadas del ’50, ’60 ó ’70 se cristalizaron esas preguntas en ciertas respuestas, y durante muchos años se tuvo fe que esa era la respuesta al problema que estos grandes maestros plantearon. Y se sostenía que esa cristalización era el camino a seguir. Pero hoy día te das cuenta que Stanislavsky está sufriendo la consecuencia de, en un sentido, un camino que se cristalizó y que no fue la respuesta de la pregunta. Hay caminos que han sido dinamitados como únicos caminos pero las preguntas que esos grandes maestros se hicieron hoy siguen vigentes en perfecto estado. Ahora: hay un aparente aquelarre o una “Torre de Babel” que parece ser que es esa la respuesta, y tampoco es, a tal punto que ese caos se está cristalizando como la respuesta, o sea que nuevamente se va a dinamitar eso y se va a plantear quizás que esa no es la respuesta. Pero históricamente creo que así es el proceso constante de lo que es un espacio en donde se hace una pregunta y en el interior de ese espacio hay seres respondiendo. Por eso, el espacio del arte es autónomo, porque en su interior hay un determinado ser que no se va a quedar pegado a ninguna forma, porque son espacios de pensamiento, y los espacios de pensamiento, si son cerrados, se transforman en otra cosa.

¿Qué te motiva a crear una obra de teatro cuyos protagonistas son todos alumnos tuyos?

El hecho de que yo dirija alumnos no es por un acto de solidaridad, es un acto de elección y de gusto estético. Jamás en mi vida dirigiría alumnos como un acto de solidaridad cuando mi expresión en el medio está jugándose. La solidaridad en el arte es muy peligrosa porque estás jugando con el lenguaje que te expresa entonces, el hecho de que yo lo hago con alumnos no es un acto solidario, es un acto ideológico en relación al elemento que elijo para lo que quiero contar. Esto no es el producto de un accionar solidario, es el producto de un gusto y un punto de vista de elección. Solidaridad es otra cosa, puedo becar a un alumno, puedo prestarle libros a un alumno, puedo decirles lo que están haciendo y, si puedo, los ayudo.

¿Qué pensás de esta proliferación que se ve más en televisión de actores que nunca estudiaron actuación?

Hay que ver si es bueno o malo, porque vos no sabes qué relación tiene ese ser humano en relación a sí mismo, qué conciencia tiene, qué disponibilidad trae...porque actor puede ser cualquiera, no todos, pero sí cualquiera, y no por estudiar va a ser, y no por no estudiar va a ser. Yo tengo cero prejuicio, porque si alguien me dice “ese tipo empezó a trabajar y nunca estudió” a priori no voy a decir “qué malo”, voy a decir “a verlo”, y tal vez diga “che, es estupendo ese tipo”, y tal vez me digan “sí, pero nunca estudió”, y bueno cagáte en vos mismo, qué le vas a hacer. Porque si no parece que uno se vuelve reaccionario, porque ese no está haciendo el camino que vos suponés que hay que hacer estás reaccionando a su expresión. Hay que observar cómo ese ser humano se está expresando y si ese tipo es bueno hay que admitirlo. Ahora, eso no significa que en algún momento de su carrera tenga alguna dificultad que lo lleve a tener que recurrir a alguna ayuda, y al revés lo mismo, estudia, estudia, estudia, y por ahí lo mejor es que deje un poco de estudiar para soltarse un poco porque está retrabado. Hay instrumentos que están vivos y orgánicos. Stanislavsky, que tenía serios problemas como actor, iba al teatro y observaba a los grandes actores que no habían estudiado nunca y que estaban formados arriba del escenario, y decía que esos seres no saben cómo hacen lo que hacen, pero que tienen en su interior, en su naturaleza, una cierta manera de funcionar que a él le interesaba observar. ¿Vos crees que por ejemplo Gerard Depardieu estudió alguna vez? ¡No lo hizo en su puta vida! Victoria Abril tampoco. En cambio De Niro sí...todo depende. El estudio de teatro es uno de los tantos espacios que te puede ayudar a adquirir alguna herramienta, nunca todas.

¿Cómo es el camino para elegir qué escribir y para el proceso de selección de los actores?

Hasta ahora las experiencias que he hecho como director fueron con materiales que fui construyendo con los actores. Yo jamás tengo a priori un “algo que decir”. Aparece un objeto en algún tipo de ensayo o improvisación que me está diciendo algo, a partir de ahí mi trabajo es tratar de desarrollar eso que estoy sintiendo que ese objeto me dice. Hay un asunto que se arma que percibo que me interesa, que me habla de un “algo”, y justamente el trabajo que hago es ir desplegando a través del lenguaje, de qué me está hablando. Y me obligo a que todo el tiempo es estar chequeando que lo que voy produciendo esté en relación a esa impresión que recibí. Los alumnos mismos son parte de ese asunto.

¿Y cuál es en “Rancho”, tu última obra, ese “asunto”?

Es esa profunda gracia que me dan esos dos grupos de animales que se miran obligados a tener que convivir y creyendo que hay un animal que es verdadero y el otro que es falso, sin la comprensión de la pluralidad de experiencias, como suponiendo que hay una verdad y no que hay verdades, maneras de interpretar el mundo. ¿Por qué ese empecinamiento en querer que el mundo se organice como uno quiere? Así como antes hablaste de una “explosión” en el lenguaje teatral, ¿cómo lo ves en el cine? También existe, porque creo que en el cine han pasado cosas extraordinarias en estos últimos años. Las consecuencias de tantas escuelas de cine se están viendo en muchísimas opciones, maneras, antes hacer tu película era mucho más complejo. Hoy las maneras de producir, de post-producir han abierto mucho las cabezas.

En cuanto a las historias que se cuentan, los guiones ¿no crees que hay una constante repetición de argumentos, que los actores de mayor renombre hacen siempre los mismos papeles?

En lo que es la historia del cine, cuando vos contás esos años, es sólo un proceso. Como son nuestros años, creemos que es mucho tiempo, pero no es así. Yo siempre digo, que lo que uno necesita o quiere no lo logra o lo deja de lograr por lo que hay. Yo no diría que no tenemos el cine que queremos por tal cosa; hay sí una industria en la que han ganado los distribuidores de una manera vergonzosa a lo que es la posibilidad de que una película sobreviva. Son tan mortales las decisiones de algunos cines que vuelan algunas películas de una manera feroz, que por no perder son capaces de cualquier cosa. En cuanto a la pregunta, es difícil que una cara pueda sobrevivir creativamente en el correr del tiempo. Además ahí ya tiene mucho que ver el tema de los directores y de los guiones, y en realidad pocos actores en el mundo sobreviven. El mismo De Niro, que hace unos años ya no lo puedo ni mirar, y Al Pacino, cuando se le da por hacer esas escenas donde empieza a gritar...digo bueno, ¡basta Pacino! Y por otro lado creo que ningún ser humano en el interior de su trabajo artístico está obligado a responder todo el tiempo a las demandas del arte. Esos instrumentos que parecen volcarse siempre en algo reiterativo son en mi opinión un oficio que es muy interesante de poder observar, que no es fácil de ver hoy en día cómo está sostenido ese oficio, ya que eso hay que ganárselo también. Creo también que por otro lado este medio te da esas sorpresas, porque después están los fósiles que parece ser que ya murieron, que no se sabe si viven y de pronto salen con el rótulo de “el gran actor”, y resulta que hicieron dos películas y vos decís ¿qué gran actor?...

LO INFINITO EN EL PECHO...

Gustave Flaubert (Francia, 1821-1880)
Razones y osadías (fragmento)

"Por lo que se refiere a la idea de patria, es decir, una determinada porción de terreno dibujada en el mapa y separada de las demás por una línea roja o azul, ¡no! Para mí la patria es el país que quiero, es decir, el país con el que sueño, aquel en que me encuentro a gusto.
(...)
Amo a este pueblo áspero (se refiere a los árabes nómadas), persistente, vivo, último ejemplo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto a mediodía, tumbado a la sombra bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras fuma su chibuquí, de esa valiente civilización nuestra que tiembla de ira. Soy capaz de entender muy bien lo que significaba la patria para los griegos, que no tenían más que su ciudad; para los romanos, que no tenían más que Roma; para los salvajes a los que acosan en su selva; para los árabes, perseguidos hasta en el interior de sus tiendas. Pero nosotros, ¿acaso no nos sentimos en el fondo tan chinos como ingleses o franceses? ¿No vuelan hacia el extranjero todos nuestros sueños? De niños, deseamos vivir en el país de los loros y de los dátiles confitados; nos elevamos con Byron o Virgilio; codiciamos el Oriente en nuestros días de lluvia, o deseamos ir a las Indias a hacer fortuna, o a América para explotar la caña de azúcar. La patria es la tierra, es el universo, son las estrellas, es el aire, es el propio pensamiento, es decir, lo infinito dentro de nuestro pecho."