sábado, 30 de junio de 2012

Y TE ESNIFAN LA CABEZA...




"Expresión y contenido"
por Daniel Link para Perfil

¿En qué se diferencian las crisis económicas y políticas de los países europeos (no quiero decir "civilizados", no quiero decir "centrales") y las crisis económicas y políticas de países como los nuestros (no quiero decir "bárbaros", no quiero decir "periféricos")?
No es un asunto de contenidos (porque la política europea es tan vacua como la nuestra, porque el capitalismo es más o menos igual en todas partes) sino más bien de expresión. Nuestras crisis son, como en la tragedia griega, muy expresivas: paros nacionales, plazas tomadas, gendarmes muertos, amenazas, suspensión de países en los foros internacionales, más amenazas, ropas desgarradas, griterío, llantos, promesas (incumplidas), acusaciones cruzadas, llamamientos.
En Europa, en cambio, todo marcha hacia la ruina, elegantemente. Hemos visto a los villeros de Toulouse (Tolosa) acampando a la vera del Garonne en número alarmante. Pero a ellos no se les ocurre cortar una rueo una autopista (autoroute) en demanda de vivienda o trabajo: están simplemente allí, como están los heroinómanos en las plazas con sus perros (porque, de ese modo, al declararse a cargo de un ser vivo, no pueden ser encarcelados).
Estuvieron, por cierto, los "indignados", que el verano pasado tomaron las plazas españolas, pero parece que este año han decidido descansar como Dios manda.
No es raro, pienso, que los movimientos insurreccionales (Comité Invisible, Tiqqun) tomen como referencia a la Argentina (¡2001!) en términos de gestión de la crisis.
No es necesariamente porque nosotros seamos capaces de resolverla de mejor manera (en todo caso, todo sucede en nuestro costado del Atlántico de una manera operística, energúmena), sino de una forma más espectacular.
Aquí la gente de bien festeja sus triunfos en el rugby, aplaude a las fuerzas de seguridad cuando hacen un numerito recreativo en alguna plaza, cena antes de que caiga el sol, escucha las noticias, dice "qué barbaridad", sigue la météo y se va a dormir temprano.
Jamás (jamais!) un disturbio urbano, un diario que no llega a destino, una avalancha trosquista o maoista tomando el espacio público. Por cierto, esto es la provincia, pero sabemos que entre nosotros también las ciudades y los pueblos del interior se movilizan, piden justicia, claman por sus muertos, gritan, lloran, roban cámara.
Es como si Europa se negara a reconocer que todo lo que sucede importa en términos de cuadro, foco, registro, expresión y testimonio.
Por eso, finalmente, es lógico que nos reconozcamos empáticamente en los griegos, en primer término, en los italianos, en segundo lugar, y que nos deje helada la confianza ciega de los franceses y alemanes en sus gobernantes: ¿es que no saben que esa gente está dispuesta a hacer lo peor por ellos? ¿O será que, tal vez, tienen un arma que nosotros desconocemos y que los políticos temen incluso más que a las crisis del capitalismo?
Me niego a creer que haya en Europa algún secreto "ciudadano" que desconocemos. Más bien tiendo a temer por los europeos, que pronto estarán con nosotros, o peor, y no sabrán qué hacer con su profunda angustia.

domingo, 24 de junio de 2012

LA MADRE...



Definida por la propia directora como un "thriller doméstico", Por tu culpa es una película tensa, en la que uno espera que en cualquier momento pase lo peor. Anahí Berneri se apoya en la estructura genérica de los thrillers con un falso culpable para generar suspense a partir de una situación cotidiana. Presentada y elogiada en el Festival de Berlín, la película confirma el talento de la directora y ofrece un gran trabajo actoral de Erica Rivas.

¿Cómo surgió la idea de la película?

La imagen disparadora surge en un asado entre amigos. Una madre contó que uno de sus hijos se había lastimado en un accidente doméstico, y cuando fue a una clínica le empezaron a hacer preguntas, sospechando de ella. Fue un disparador que me sirvió para reflexionar acerca de la culpa, la maternidad, y la mirada social sobre la maternidad hoy en día. Tenemos ideas o preconceptos que no se ajustan a la realidad de muchas mujeres, sobre todo de mujeres profesionales que salen a trabajar. El vínculo con la maternidad ya no es tan instintivo o cercano como era en otros momentos, y eso genera culpa, falta de límites, roles que no están claros.

¿Julieta es un reflejo de las madres de tu generación?

Sí, para mí Julieta es muchas madres. Esta película me resulta muy cercana. Yo tengo dos hijos chicos, y uno muchas veces, más que culpable, se siente víctima, haciendo lo mejor que puede con los hijos. Julieta hace lo que cree que está bien para ellos, pero la situación que vive la desborda.

¿Por qué decidiste condensar la acción en una sola noche?

Para evitar los subrayados. La película habla de temas muy ideológicos que, al condensarse en una sola noche, dejan ver la punta de un iceberg. El resto lo completa el espectador, porque al ser una película que muestra un personaje cercano, identificable para una generación, no genera ese alejamiento de 'a mí esto nunca me puede pasar, yo no soy así'. La gente sale con ganas de hablar de su familia, de lo difícil que es, con la sensación de que no hay una respuesta. Estamos haciendo camino al andar, y en muchos aspectos nos equivocamos.

La película está narrada desde el punto de vista de Julieta, y a medida que avanza se cierra cada vez más sobre ella. ¿Por qué?

Para transmitir identificación. La idea no es juzgarla, sino transitar un camino con ella. La mirada social se transforma en un murmullo, lo que dicen los demás, lo que piensan los demás de ella, pero eso queda fuera de lo que ella realmente es. De hecho, la vara con que la miden no es la de las madres de hoy. Va a la comisaría y le preguntan '¿Usted trabaja?, ¿Cuántas horas lo deja solos?, o el médico le pregunta '¿Usted los estaba mirando?' Ese concepto de la madre omnipresente, que está al cuidado de los chicos, poniéndole el cuerpo constantemente, no es el tipo de maternidad que vive Julieta, ni muchas otras mujeres. Pero en nuestras cabezas sigue existiendo esa madre como ideal y como fantasía, tanto para hombres como para mujeres. Y para las instituciones también, es la propaganda del polvo para lavar la ropa.

¿Cómo fue el trabajo con los actores?

Trabajamos muchísimo con Erica Rivas y con Rubén Viani (que interpreta al padre de los chicos) para construir el vínculo con los nenes, porque hay uno de nueve años y otro de dos. Ellos son realmente hermanos, así que ahí ya había un vínculo creado, y una violencia inherente a ese vínculo, pero había que construirlo con los padres, sobre todo la cercanía física, porque la película es muy física. Trabajamos con María Laura Berch, que es una coach de niños, pero no fue el trabajo clásico: estudiar la escena o que sepan la letra, sino jugar y crear un vínculo físico y afectivo para que eso se transmitiera en la pantalla. Improvisamos mucho, pero para llegar siempre a la escena que estaba escrita.

Por tu culpa es tu tercera película. ¿Cómo la ves en relación a las anteriores?

Siento que es una película más cercana, pero a la vez sigo hablando de lo mismo: de la mirada social. Tanto el personaje de Encarnación, que era una ex vedette, como el de Un año sin amor, un HIV positivo, gay, sadomasoquista en los '90, eran personajes marginales. Como había una fuerte identificación y personajes excluyentes, al transitar con ellos la película, uno iba rompiendo la cáscara del monstruo, conociéndolos. Acá me parece que pasa lo contrario: uno se identifica rápidamente con el personaje, y cada vez lo ve más extraño, descubre su parte monstruosa dentro de cierta normalidad.

sábado, 23 de junio de 2012

VIVIR SIN FACEBOOK...




"Tenés que hacerte uno" me dice un amigo, mientras cenábamos hace unos días. Su pedido se suma al de  otros amigos que no veo con regularidad (los de Mar del Plata, por ejemplo), compañeros de trabajo (que sí veo con regularidad, pero "sólo" físicamente), y el de mi prima Martita, a la que veo sólo en fechas especiales del calendario.
No tengo facebook. No sólo no tengo sino que soy la única persona que conozco que no tenga. Debe haber otros, seguramente, pero no tengo el gusto.  Me interesaría mucho conocer personas que no tengan facebook. Si me dicen "conozco alguien que no tiene facebook", aceptaría una cita a ciegas con esa persona, sin saber nada más, sin haber visto una sola foto.
No tengo facebook y resulta divertido, cuando me lo piden y les comento esa ausencia en mi vida, ver la expresión de algunas personas: se quedan mirando como esperando algún tipo de explicación, de excusa medianamente comprensible; tal vez alguna disculpa, o la exhibición de una prescripción médica acorde a mi enfermedad.
Lo cierto es que -por el momento- no encuentro nada particularmente seductor en sumarme al mundo virtual que propone el programa. No se trata de rebeldía por la rebeldía misma, sino -simplemente- de ausencia de un interés real mas allá de la mera curiosidad accidental que me genera el paradero de ciertas personas.
Más allá de cada persona le puede dar el uso que le venga en gana (y seguramente no todo el mundo administra su participación en el mismo es iguales términos), no me gusta la lógica que pretende imprimir el programa en las subjetividades de los usuarios.
Por un lado, como señala mi amigo (un usuario que no es usado), el facebook promueve el hecho de poner nuestra vida a consideración de los demás. Se trata de una reformulación del concepto de intimidad, que -hasta no hace muchos años- era un campo más que significativo en la esfera psíquica de una persona. El facebook y el twitter -su primo bobo- se inscriben en la lógica de las "identidades dinámicas": el sujeto es constituido mayormente en exterioridad a través de imágenes y discursos (fragmentos de discursos debido a la extensión posible para escribir, que no alcanzan a completar un pensamiento sobre un hecho determinado), que fluyen sin parar.
Se borra el distanciamiento con el otro, algo fundamental para definir la propia identidad. Todo debe ser puesto a consideración de los demás: la fiesta a la que fuimos, la bronca o simpatía que genera el gobierno, lo lindo que es el perrito que compramos, el mal día que tuvimos en el trabajo, etc, etc, etc, etc, etc...
¿Cómo queda posicionada la relación con nuestra propia intimidad?
Se reformula, también, el concepto de amigo: el facebook permite que uno se acerque al sueño de Roberto Carlos. A diferencia de la vida real, en la vida virtual uno puede tener 100, 300, 1000 o más amigos.
Amigos del mundo, también aparece la lógica que comenzó con los ricos y famosos: el hecho de que, a los demás, realmente les importe cualquier cosa que se nos ocurra contar o mostrar de nuestra vida. Y, me parece, el otro no está demasiado interesado en el mundo que decidimos exponer, tal vez no por falta de curiosidad, sino porque -justamente- el también es un usuario del facebook, por lo que está más ocupado en ver qué es lo que muestra él...
Ahí otra paradoja: la urgencia por poner a disposición de la mayor gente posible la mayor cantidad de información posible, información que -por imposibilidad lógica pero también por desinterés- no puede llegar a ser recepcionada por los supuestos destinatarios.
Los ricos y famosos, a través de las revistas, exponían -y aún lo hace en la era de la virtualidad- su vida a gente que no conocen ni les interesa conocer; el facebook toma esa premisa y la traslada a la gente común y corriente: la posibilidad de ser "famoso" (pero no rico, claro) teniendo una vida perfectamente común y silvestre.
Se trata -entonces- de una ventana virtual al mundo que, en su paso voraz hacia el futuro, deja reducido al mail a una pieza de museo. Mis primos, que están por terminar el secundario, no saben lo que es llamar a un teléfono de línea; tal vez crean que eran prácticas propias de la Revolución de Mayo.
Y si hablamos de ventanas, por el momento no hay nada que me resulte más seductor que mirar al mundo a través de la ventana de un bar.



miércoles, 20 de junio de 2012

FIEBRE DE DOMINGO POR LA NOCHE...


“Lanata y Periodismo para todos: el último chiste del periodista clown”

Por Esteban Schmidt para Rolling Stone

En su desembarco en Canal 13, el periodista apuesta otra vez por la ironía express y la sintonía gruesa con el resentimiento medio argentino hacia la clase política. ¿Había forma de que lo hiciera mejor?

Habría que verlo muchas veces para comentarlo. No. La verdad que no. Jorge Lanata hace el mismo programa de televisión desde los años 90, con cambios superficiales de staff y decorado, pero con la misma idea de que la única oportunidad que tiene de abrirse paso -lo que sea que esto represente para él- es pactar con creencias sencillas de los ciudadanos e injuriar a los seres despreciables que habitan en el centro del mundo de la fantasía que crea y recrea: los políticos.

En la primera emisión, la lija le tocó a Amado Boudou, cuyo torpe y reciente desempeño público le dejó servido el periodismo inmobiliario, el género con el que más afina y que le permite clavarle una sonda al corazón resentido del argentino que, al ver cómo vive un político, las piscinas y soláriums de sus torres, puede desatar una guerra íntima que lo enfrente radicalmente al representante que pelea el voto arriesgando prestigio, libertad y salud, y lo asocie románticamente con su payaso libertador, el showman periodístico.

Si el periodismo está hecho de urgencia, irresponsabilidad y pálpito, Lanata lo vuelve disciplina olímpica. A los pocos minutos de emisión, concluye que el vicepresidente sencillamente "es un boludo", como si hablara solo en el mingitorio de una YPF. Un plato, la verdad. Pero pasa, pasa: a menor autoestima de una audiencia, mayor es el éxito del bufón. Prueben con amigos idiotas, mírenlos reír.

En Periodismo para todos, Lanata monologa, actúa, agravia, pregunta y, por supuesto, ironiza, y todo lo hace mal, pero mucho y mucho tiempo, y eso es lo que lo hace famoso, la insistencia. Nótese que todo el set de comunicadores nacidos y criados en el pantanal de la década del 90 y a la sombra del gigantismo torácico de Lanata (Tenenbaum, Zlotogwiazda, Montenegro, Sietecase) cree que siempre debe ironizar en secuencia con momentos informativos y moralistas, y tutear, por supuesto, a los televidentes, y decir "impresionante, oh, qué impresionante", para enlazar el obvio malestar social permanente (nadie cree ser feliz). Pero así y todo, aun siendo imitadores, preguntan mejor, o son más sutiles, o tienen más información. Al hacerlo peor que todos, Lanata, paradojalmente, corona de amarillo un diario, hacer stand-up en el Maipo, regalar tierra de Anillaco en una revista, hablar de lo que no se sabe con impunidad, se sostuvo siempre por la hipnosis del vivo directo, el carisma de su antropomorfia (candidato para el circo ambulante), y ahora, en PPT, por el equipo de reidores rentados que subrayan el fin de cada noti-gag. Lanata aporta desde la tele, desde la oposición, simetría al histrionismo constante de la presidenta Cristina Kirchner, a su belicosidad injusta con cuatros de copas de la prensa; el Gordo fusila a los que le llevan la valija a los ministros y se vale de lo que hay y, llegado el caso (que llega pronto), de lo que no hay, para concluir que alguien es un chorro o un boludo, o un chorro y un boludo. Es cierto que Lanata no tiene la obligación de ayudar a que la Argentina sea un lugar más vivible, o a mejorar las condiciones o los niveles de la conversación pública, pero tampoco está obligado a usar la inmensa oportunidad que tiene de llegar a muchos sólo para extender el dominio de sus prejuicios.

No puede Lanata, se vio el primer domingo -y se verá todos los que queden-, hacer periodismo sin hacer, al mismo tiempo, humor, en ese estilo burlón, kirchnerista; pero no puede hacer solamente humor político y llevarlo lejos y alto, porque entonces se perdería de moralizar y predicar, su droga, su paliativo neurótico. Uno de sus mandamientos duros es: "No cambiarás tu punto de vista". Así, criminalizó el domingo 15 a uno de sus mejores contemporáneos, Víc tor Hugo Morales, con un archivo que prueba su cambio en la valoración de los Kirchner. No importa la profundidad del cambio, sino el crimen de haber dicho A en su momento y B en otro, comportamiento que es síntoma de salud mental y vitalidad cultural.

Para el relax, ahhh, cuando ya no hay broma, cuando ya no hay mano en la lata ni contradicciones, llega el reportaje profundo sobre sensaciones -esta vez, con Mario Pergolini-, uno de los géneros más estimados, más distinguidos, porque parece que, mientras se lo practica, se está haciendo algo grave y profundamente lírico, pero que, sin embargo, está hecho para el puro regocijo del entrevistador que saca chapa ante las masas de hacer preguntas humanas, comprometidas, sobre los múltiples pliegues del alma del entrevistado famoso -"tu padre, por qué nunca hablás de tu padre"-, que a cambio de la gauchada, de prestarse, libera carga atragantada y sale limpio y santo ante la multitud de la tele. Es puro como si. No se concreta la verdad en tamaña intimidad en HD, sino todo lo contrario, los mitos se fortifican. Nos vamos a la pausa conservadores y con nada nuevo en el bolso.

La política es cruel, con crecimiento cero, restricción en el consumo y mal pronóstico para las vacaciones, el "clima" empeorará y la estrategia de lapidación permanente que, como contraofensiva lógica, el Grupo Clarín despliega sobre el gobierno tendrá éxito, parcial o total; si no, si todo sigue bien, como nos conviene a todos, pues tendrá Lanata que irse de Canal 13, en fade, como ya se fue de tantos lados.

 



EL ENIGMA DE LA ESPECIE...




ENTREVISTA A LEVI-STRAUSS

—Cuando usted estudiaba, el eurocentrismo impregnaba todos los discursos. Hoy el multiculturalismo y el mestizaje cultural son dominantes. ¿Qué impresión le produce esta evolución?
—Lo que llamamos pensamiento europeo, nuestra civilización, es el fruto del contacto entre los distintos pueblos y culturas del continente pero también de nuestros viajes. Europa siempre ha sido un continente mestizo, por emplear el mismo término. La gran diferencia que hemos visto en el siglo XX es la aceleración de la comunicación. Lo que antes necesitaba semanas o meses de barco ahora se recorre en unas pocas horas. El mestizaje, la fusión, necesita tiempo, madurar, pero la extraordinaria aceleración del siglo XX no deja tiempo para asimilar las influencias del otro.

—¿El famoso mestizaje es una ideología que encubre otra forma de colonialismo?

—Lo dice usted, pero no voy a desmentirlo. Su pregunta pone el dedo en una contradicción fundamental. No todo lo que se inscribe, por ejemplo, en el largo inventario del 'patrimonio de la humanidad' se hace por razones puras. La preocupación por los ingresos derivados del flujo turístico juega un gran papel en el comportamiento de los Estados.

—La perspectiva de dictar filosofía, cada año el mismo programa, le incitó hace 70 años a irse a San Pablo...

—De San Pablo se decía entonces que era una ciudad peligrosa porque podían darte cita en una esquina que no existía cuando tú llegabas, pero que ya estaba edificada cuando acudía la persona que te había citado. Era la posibilidad de ver crecer una ciudad ante mis ojos, de asistir en cuestión de pocos años, meses y semanas a ese proceso que en Europa había llevado años. En 1935 había una compañía inglesa de ferrocarril que estaba tendiendo una línea nueva en el estado de Paraná y creaba una ciudad nueva cada 25 o 30 kilómetros. La primera tenía entonces unos 2.000 habitantes y hace poco me invitaron a su cincuentenario y tiene un millón. La segunda ciudad tenía unos pocos centenares de habitantes, la tercera tres decenas y la que entonces era la última del trazado, un solo habitante, un francés aventurero.

—Su primer viaje al interior, su encuentro con los bororos, es el fruto de una expedición en tiempo de vacaciones.

—Sí. Se trataba de una sociedad cuya cultura material estaba intacta, en la que seguía existiendo un arte de la pluma extraordinario, una sociedad con una organización social compleja y rica.

—¿Cuándo sacó conclusiones de las expediciones?

—Lo que de verdad era o podía ser la etnología lo aprendí más tarde, a principios de la década de los cuarenta, en la Biblioteca Pública de Nueva York, después de haber escapado de la Francia de Petain. Ahí, leyendo, completé mi formación de etnólogo. Sin la ocupación alemana mi destino hubiera podido ser otro. Tras el armisticio, yo quería volver a Brasil pero no me dieron visado.

—Usted ha bromeado diciendo que había descubierto el estructuralismo antes de leer...

—Es mi madre la que contaba que me había dado cuenta yendo al boulanger (panadero) y al boucher (carnicero) que las primeras letras debían significar bou puesto que eran las mismas para las dos palabras. Más seriamente, el secreto del estructuralismo creo haberlo intuido mientras estaba en el frente, en la Línea Maginot, como oficial de enlace que esperaba servir de intérprete a las tropas británicas. Allí, mientras esperábamos una batalla que no comenzaba, pude observar con detalle cómo, detrás del aparente azar de la belleza ondeante de un campo lleno de flores, estaba una organización estricta de cada una de ellas. Luego, en Nueva York, el encuentro con Roman Jakobson fue definitivo. Me reveló que era estructuralista sin saberlo. Cuando se estudia una sociedad se comienza por inventariar las diferencias porque los puntos comunes, en un primer momento, pueden ser superficiales. Luego, a un nivel más profundo, aparecen lo que yo llamo invariables...

—El tabú del incesto...

—Sí, pero lo interesante es que esa obligación exogámica, de buscar pareja fuera del círculo familiar más estrecho, puede tener muchas formas distintas. En el Egipto antiguo se aceptaba el matrimonio entre primos; en otras civilizaciones, en caso de muerte de la esposa es obligado a casarse con la hermana; en otras, la regla establece otros grados de parentesco. En la naturaleza existen leyes que pueden ser universales y constantes, y si encontramos en la cultura reglas que puedan tener ese mismo carácter universal que las leyes, entonces podemos comprender mejor el paso de la naturaleza a la cultura. Ese es el interés del tabú del incesto.
—Alguna vez responsabilizó a la revuelta de mayo de 1968 de la pérdida de prestigio universitario del estructuralismo. Hubo muchas acusaciones contra esa corriente...
—Al estructuralismo se le reprochó ser antihumanista y eso es parcialmente cierto. Es imposible para un etnólogo no tomar en consideración la destrucción sistemática y monstruosa que los occidentales hemos hecho de las culturas distintas de la nuestra desde, como mínimo, 1492. No es posible separar o aislar esa condena de la destrucción de la que hoy son víctimas especies animales y vegetales, y todo eso en nombre de un humanismo que situó al hombre como rey y señor del mundo. La definición que el humanismo clásico hace del hombre es muy estrecha, lo presenta como un ser pensante en vez de tratarlo como un ser viviente y el resultado es que la frontera donde se acaba la humanidad está demasiado cerca del propio hombre.
—También se ha declarado más y más afín al escepticismo.
—El escepticismo llega con la edad. El espectáculo que ofrece la ciencia contemporánea invita a ello. Durante el siglo XX esa ciencia ha progresado mucho más que en todos los siglos anteriores, una aceleración enorme en la producción de conocimientos y, al mismo tiempo, ese progreso vertiginoso nos abre abismos insondables, cada descubrimiento nos plantea diez enigmas, de manera que el esfuerzo humano está abocado al fracaso. Pero está bien que sea así.

sábado, 16 de junio de 2012

COSTUMBRES ARGENTINAS...




El Centro Cultural de la Cooperación exhibe, los jueves del mes de Junio, el documental "Clase Media", tesis de Juan Carlos Domínguez en su carrera en la UNSAM.
El documental narra, recorriendo todo el siglo XX y los primeros años del XXI, el surgimiento y la evolución -con sus avances, retrocesos y bifurcaciones tanto políticas, culturales, ideológicas y económicas- de la clase que, al día de hoy, sigue siendo para millones de argentinos el campo social estructurante de subjetividades múltiples. Allí la complejo y heterogéneo de entender el fenómeno. Se trata de una estructura cuyas paredes son flexibles, en tanto constituyen un soporte sobre el cual se erigen prácticas individuales de carácter múltiple y diverso.
Reconocerse de clase media implica -de movida- una determinado posicionamiento concreto frente a lo material. Frente al "tener". El no tener, la imposibilidad de acceso a determinados bienes y servicios, implica no ser de clase media: implica ser pobre. Ser pobre puede ser pensado como un gran problema no sólo por la carencia material, sino porque, esa carencia inicial presupone una carencia en términos simbólicos; el pobre -por su propia condición- no puede procurar más que asegurar su propia existencia y la de su familia. No más que eso.
La clase media, por el contrario, puede "despegarse" momentáneamente de sus necesidades básicas (y se puede despegar justamente por el grado de satisfacción que alcanzan las mismas), para problematizar cuestiones que excedan su vida cotidiana y que se relacionen con una cierta conflictividad política o cultural. Llevada la conflictividad al sujeto singular, el psicoanálisis es, tal vez, una creación intelectual de clase para paliar sus propios demonios. Demonios que sólo aparecen en el propio psiquismo cuando las necesidades primarias (casa, comida, ropa, salud) están cubiertas; demonios que, asimismo, se pueden intentar tapar -en las clases altas- con la interminable capacidad de distracción que ofrece el dinero en el mundo moderno.
El documental muestra -entonces- un paneo sobre las fracturas internas de la propia clase media, la que -a diferencia de las clases bajas y las altas- parece estar en constante ebullición ideológica.
Una vez dicho lo evidente (la relación de la clase media con un determinado "tener"), queda lo imposible: el intento por comprender el carácter ideológico del estamento en cuestión. Pero no se puede unificar un estamento que -a través de los años- albergó actores sociales tan diversos como obreros textiles, militantes revolucionarios, estudiantes universitarios, profesionales liberales, amas de casa, las madres de plaza de mayo...
Resulta interesante, tal vez,  analizar cuál es el posicionamiento que asumen las personas de clase media con respecto a las otras dos clases en pugna.
¿Ser de clase media es, de alguna manera, ser equilibrado? ¿Representa, no sólo la "civilidad" sino también la racionalidad? Finalmente: ¿ser de clase media es la condición necesaria (pero no autosuficiente) para poder pensar y plasmar esos pensamientos en hechos concretos que modifiquen el mundo?
"El peor error de la clase media fue defender intereses que no le eran propios" dijo uno de los asistentes durante el debate posterior a la proyección de la película, sin aclarar cuáles serían los intereses "propios" que la clase media había dejado de defender, obnubilada como estuvo comprando los espejitos de colores que le ofrecían desde arriba.
En lo personal, al hablar de grupos sociales, me parece que no se puede pensar en términos genetistas. Es decir, es difícil decir qué es lo propio de un grupo, teniendo en cuenta la heterogeneidad de voluntades y deseos que lo componen. En todo caso, de lo que se trata es de pensar el fenómeno en toda su complejidad, encontrar  tantos "subtipos" como seamos capaces de encontrar y de hacer la valoración crítica de cada uno de los mismos.


sábado, 9 de junio de 2012

LOS SUJETOS Y LAS NOCHES...




LA BATALLA CULTURAL:  EL NIHILISMO COMO TERCERA POSICIÓN.

"Esta noche me siento particularmente mal. Absolutamente asilado en la, como dice Foster Wallace, soledad esencial que se da en el mundo. El fervor es un estado epifánico al que me es humanamente imposible acceder. La cuestión sobre la toma de las armas, la discusión política, la marabunta simbólica y semántica, bajo la cual el raciocinio pierde su estado de exaltada y anárquica creatividad para caer en los modos formales de acciones y expresiones, se me antoja esta  noche como un innecesario ejercicio de disipación temporal, con marcados tonos egóticos y reconfortantes. Algo, en fin, que gravita fuera de mi socavado interés. Algo en lo que descreo. Por lo cual resulta frívolo, impersonal, desapasionado, hablar de aquello que no me entusiasma mucho más allá del lenguaje puro.

Por dónde quiera que mires, hay extravió y confusión. El hombre desea participar activamente de su presente, sentir que el tiempo que define y limita su existencia le ofrece un lugar, a través del cual sentirse sujeto, vinculado a lo vivo inmediato, alejado del sesgo disgregatorio del tedio y asco, de la ignorancia y la muerte. Podría renunciar a todos sus actos, apartarse, sumirse en el aislamiento, detenerlo todo, dejarse morir, y acaso atestiguaría una clase de silencio y soledad de un linaje milenario, terrenal, indeciblemente personales y visionarias. No hay hombres genuflexos en la aterradora dimensión de la más radicalizada soledad, sino participes colectivos en un presente común y ligeramente previsible.

No vengo a hacer ningún aporte. Leí cada palabra. Ricardo tiene ideas interesantes. Y las expresa bien. Por lo demás, me aburren en demasía. Entiendo tu particularización de ese aspecto del hecho. Estamos en la era de las sospechas, la restauración de la ilusión de los trasmundos, que el viejo Nietzsche parecía haber desterrado para siempre. Tal vez se deba a que hay tantas potencias invisibles, tantas fuerzas anónimas y simultáneamente colectivas, tantas presencias atemporales y físicamente inexistentes, que la sensación de un más allá, de un otro lado de las cosas es inmensamente acosadora, y por lo demás constante. Una idea conspirativa, bajo la cual uno ha de vivir su vida en la ingenuidad e ignorancia de un territorio social cuyas fronteras, constituidas por millones de filamentos de poder, no logra apreciar. Se vive en un punto. Se piensa desde un punto. Se vive y se piensa desde un punto, hacia y en una totalidad misteriosa e inabarcable. Así, pensar que un cerebro planificador, que una metaconsciencia omnisciente, de infinita deliberación, previsora de todas las causalidades posibles, pueda concebir que una facción de sus propias fuerzas sea enviada a las manos inclementes del verdugo, que un jovencito, como un cordero, vaya a incitar una reacción totalmente lógica, para extraer una prueba de repudio acusable y el consecuente fortalecimiento corporativo, es, sin dudas, probable. Y ya está. No hay nada más que pueda decirse. No hay mayores originalidades. Se puede, sí, sugerir las formas debidas, indicar un territorio de lucha intelectual, argumentativa, de índole ideal, que difícilmente se consiga.

Hablo desde la infecundidad de este instante. Francamente me siento mal. Hay una dimensión que excita la mente, que simula el movimiento, pero que no toca aquello malogrado, aquella perpetua afasia con la que debemos cargar y resistir. Decir y sentir. ¿Qué le importan a estas horas mías Barone y Cristina? ¿Qué sentir sino asco y turbación por toda esa múltiple música de fondo que es la vida de los otros, y que se filtra con impunidad y prepotencia, como un fluido demasiado viscoso, como la elasticidad de la luz, a la cámara desesperada, en la cual mi propia vida no encuentra respuestas?
Tu actividad intelectual me alienta y me sujeta. Pero es lo que conozco de su autor, el apático tedio insípido que suele poseerlo, lo que la dignifica, y le demanda mis respetos."

NELSON PEÑA

LA SALUD DE NUESTROS NIÑOS...




"El flagelo de la droga"
Por Daniel Link para Perfil

Una noche helada, tapado hasta la barbilla, escucho (sin mirar) un “debate televisivo” a propósito de la ley de despenalización del consumo de drogas. Las posiciones son, como siempre, dos (el modelo no es la guerra, donde hay sistemas de alianzas entre posiciones diversas, sino el fútbol, y no es raro que el debate suceda en un escenario acostumbrado a la discusión de las vicisitudes de los campeonatos de pelota), y los contricantes de una pobreza argumentativa que da miedo: ¿se dirá lo mismo en las cámaras parlamentarias?
De pronto, escucho una voz irreconocible que sostiene una hipótesis hasta entonces no manejada, una posición que se sale de la aprobación o el rechazo bienpensantes cuyo sentido último sería “salven al villero”. El hombre (¿quién era?, lamento no poder decirlo) dice: hay que legalizarlo todo, no sólo el consumo, también la venta.
Creo que fue Sergio Bagú, pionero de la “teoría de la dependencia”, uno de los primeros en vincular los procesos de desarrollo latinoamericanos con el mundo global, quien en un libro de una lucidez que no ha mermado un ápice, Tiempo, realidad social y conocimiento (1970), quien señaló que el capitalismo sólo sobrevive gracias a la existencia de una economía informal relacionada con la producción y distribución de drogas“ilegales”. O sea: en la ilegalidad del tráfico de drogas, el capitalismo encuentra su posibilidad de existencia.
Al declarar prohibidas la fabricación, venta y consumo de determinadas sustancias (desde la elegante planta de cannabis sativa hasta las drogas de diseño), el capitalismo sustrae del sistema fiscal la parte que necesita para seguir imponiendo su esquema de injusticias planetarias (razonaba Bagú, si no recuerdo mal).
Hay, por lo tanto, una relación de complicidad entre Capitalismo y Estado cuando lo que se impone es el modelo prohibicionista, cuyo objetivo último no es la salud poblacional, como esgrimen los curitas poco educados y los doctores al servicio de la salubridad pública (esa biopolítica que nos atraviesa), sino la explotación, la miseria, la infelicidad de todos y cualquiera.
Cada vez que se ha dado una batalla por la legalización de algo, el argumento es el mismo: “sería una catástrofe”. Pero la catástrofe, al autorizarse el divorcio o el matrimonio entre personas del mismo sexo, o la rectificación registral, no se produce, no se producirá nunca.
Imaginemos una ley que autorice la producción y comercialización de “sustancias” hasta ahora ilegales: marihuana, cocaína, drogas de diseño. ¿Qué pasaría?
El Estado regularía esa producción, controlaría los estándares de calidad, gravaría impositivamente la actividad (el sueño de los que sueñan con dólares que se escurren entre los dedos). El consumidor podría saber qué está comprando, el porcentaje de tetrahidrocannabinol(THC) de la marihuana que fuma, el origen de la semilla, los excipientes agregados al sobrecito de cocaína, la duración del efecto de la pastilla...
Desaparecería de golpe esa economía informal del miedo y la corrupción, los muertos arrojados en la vía pública por la guerra de carteles, desaparecerían la mafia y el flagelo de la droga.
Por supuesto, habría que desarrollar, al mismo tiempo, campañas educativas que explicaran los riesgos de la dependencia, la diferencia entre una sensación de anestesia corporal y una alucinación psicótica, en fin: los riesgos de la droga. Habría que educar.
Siempre ha habido (la etnología lo ha registrado) sociedades con chamanes y sociedades sin chamanes. El chamán representa, en las comunidades donde su función es esencial para la supervivencia del grupo, ese punto de sabiduría en relación la producción de estados alterados de conciencia (se denomina“enteogenéticos” a esos estados porque nos conectan con el dios que nos habita).
No es casual que el capitalismo, en su avance triunfal hacia su propia nada, haya aniquilado las sociedades con chamanes. El chamanismo no es una religión, y el chamán está más bien del lado de una política de la salud. En la hipótesis que manejo, el Estado adoptaría la función social del chamán.
La prohibición del consumo (o la producción, o la distribución) de tal o cual cosa (desde el alcohol hasta el éxtasis líquido) tiene sólo un fundamento religioso: esa religión se llama (desde Benjamin hasta Agamben) capitalismo.
Eso es un círculo vicioso: “salven al villero” dicen los curitas iletrados y los abogados de la derecha más vil, y lo hacen en nombre de ese gigantesco dispositivo que produce desigualdad social, exclusión, angustia y violencia.

BRADBURY: DE LA CAMA A MARTE...


Ray Bradbury se emociona cuando habla de la vida y de Marte. Esa vibración es lo que más impacta de su presencia, aunque una mirada atenta podría descubrir a su derecha el bastón con cuatro patas que le ayuda a superar cierta dificultad en la pierna y el brazo de ese lado. "Gracias a Dios camino mejor y puedo hablar bastante bien -dice-. Y puedo crear con mi mente. Mi cerebro está bien. No fue afectado. Mi genio, o lo que fuere, quedó a salvo. Gracias al cielo."

El celebérrimo autor de ciencia ficción, padre de "Crónicas marcianas" (escrito hace 50 años) y de "Fahrenheit 451" (que será puesta en escena en enero próximo en Nueva York), se muestra en entrevista muy crítico con el uso que se hace de las nuevas tecnologías, y no duda en calificar el correo electrónico de pérdida de tiempo y fuente de cotilleos.

Pregunta -¿Continúa sin ordenador?

Respuesta -No lo necesito, ni yo ni mucha gente. Depende, claro, de lo que uno haga. Hace 60 años que uso la máquina de escribir. Tengo tanto entrenamiento que puedo escribir sin errores, incluso puedo hacerlo en la oscuridad. Escribí una novela en la oscuridad una noche en París, mientras mi esposa Maggi dormía. Trabajé sin encender la luz. Cuando amaneció, había terminado la novela.

Pregunta -¿Nunca tuvo un ordenador personal?

Respuesta -Me regalaron uno hace cosa de diez años, pero cometía errores y luego los tenía que corregir. Yo no cometo errores cuando escribo con la máquina eléctrica. Las teclas del ordenador son tan sensibles al tacto que uno suspira y, ya está, ha cometido un error. Qué quiere que le diga. Me gusta el papel... Adoro mi IBM eléctrica. Además, los ordenadores son diez veces más caros que las máquinas de escribir.

Pregunta -¿No cree, sin embargo, que son avances que nos pueden mejorar la vida?

Respuesta -Mire, ni Internet ni los ordenadores son malos en sí mismos, lo que sí puede ser malo es el uso que uno hace de ellos. Para mí, es la gente la que tiene que decir cuál es la función de la tecnología en su vida, cómo va a usarla... Mucho de esto está orientado al consumidor varón, al macho... Más grande o más joven, el hombre gusta de jugar con juguetes. Internet y los ordenadores son juguetes, pero fíjese que no les gustan a las mujeres, porque las mujeres tienen más sentido común para estas cosas. No se les ocurre perder el tiempo con estas cosas... No es la máquina la que es-cribe. Es esto... -señala su cabeza-, la mente.

Pregunta -Pero no se puede negar que Internet nos permite estar mejor comunicados...

Respuesta -Tenemos demasiadas comunicaciones, estamos demasiado comunicados. ¿Con cuánta gente quiere usted estar conectada? ¿Cuántos amigos de verdad tiene? ¿Cuatro? ¿Cinco? ¿Por qué se quiere estar en contacto con todo el mundo? Yo creo en el contacto humano.

Pregunta -¿Tampoco rescata la red como herramienta para investigar, para universidades, escuelas, bibliotecas?

Respuesta -Sí, para investigadores me parece fantástico. Pero el ciudadano medio no es investigador, para él no es de primera necesidad.

Pregunta -¿Cree que vamos hacia un mundo sin libros, como en "Fahrenheit", donde se quemaba todo lo escrito en papel?

Respuesta -Yo soy un loco de las bibliotecas, pero mi padre y mi madre las visitaban de vez en cuando. Tengo tres hijas que leen libros y otra que no lee nada. Que alguien me explique eso. ¿De dónde viene? ¿Está emparentada conmigo? Nuestra curiosidad por las cosas es un misterio y eso me hace tener esperanzas de que las bibliotecas no desaparecerán. Lo que pasa es que ahora estamos sometidos a un bombardeo tecnológico: ¡Oh, sí! Tengo que tener esto o aquello. Internet, un nuevo ordenador. ¡Cada día es Navidad!

Pregunta -¿Qué papel tiene la televisión en todo esto?

Respuesta -Mire, lo que los chicos ven por televisión depende de los padres. Hay canales buenos y canales malos. Pero son los padres los que deben asegurarse de que los chicos estén frente al canal correcto y no frente a uno lleno de noticias de violencia sexual, homicidios y accidentes.

Pregunta -Veo que da mucha importancia al entorno familiar...

Respuesta -Mucha. Seguramente usted, como yo, fue criada en una buena familia, y nuestro comportamiento depende de cómo intentemos complacer a nuestros padres. Si ellos son buenos ejemplos, antes de hacer algo uno se cuestionará si está bien o si está mal, según lo que ha aprendido de ellos, más allá de que estén vivos o muertos. Es positivo que uno tenga influencia de gente que aprecia.

Pregunta -¿Compraría un libro por Internet?

Respuesta -Si uno quiere comprar un libro clásico, uno de William Faulkner o de Ernest Hemingway, lo veo bien, sí. Uno sabe qué está comprando. Conoce esas obras, ya las ha visto. Pero si uno quiere comprar un libro nuevo, que no conoce, sería muy tonto recurrir a Internet. Uno tiene que ir a la librería, tomar el libro entre sus manos, leer la solapa, hojearlo...

Pregunta -A mucha gente le entusiasma poder hacer trámites desde casa...

Respuesta -Pero, ¿qué le pasa a la gente que no quiere salir de su casa?

Pregunta -¿Qué opina del e-mail?

Respuesta -Una pérdida de tiempo, un cotilleo. Si va a escribir, escriba una carta a mano o a máquina. O levante el teléfono y hable. O mande un fax. Si casi es tan rápido como el e-mail, apenas unos segundos más. Con mi hija que vive en Phoenix los fax van y vienen. Ella transcribe mis textos y los pasa por el fax. Yo hago las correcciones y le reenvío el material para que lo vuelva a mecanografiar. A veces le dicto cosas por teléfono.

Pregunta -Ordenadores, Internet, e-mail. ¿Es un proceso imparable?

Respuesta -No lo sé. Hace dos años hablé con un grupo de técnicos de la industria cinematográfica. Se proyectaron, antes de la charla, películas actuales de ciencia ficción. Advertí que son todo efectos especiales. No hay trama. Lo bombardean a uno con una explosión tras otra y lo hacen viajar por el espacio. Pero son fuegos de artificio. Maravillosos, sí, pero fuegos de artificio al fin.

Pregunta -¿Qué opina de la biotecnología y concretamente de la clonación?

Respuesta -Bueno, lo importante de la biotecnología es que por medio de ella se logre combatir y vencer enfermedades como el mal de Alzheimer. Eso sería extraordinario. Ahí es distinto, pero ¿la clonación de seres humanos porque sí, por repetir el modelo? No, en absoluto.

"En el futuro volveremos a la Luna y vamos a ir a Marte", afirma Ray Bradbury

Pregunta -¿Cómo imagina el futuro un escritor de ciencia ficción como usted?

Respuesta -Vamos a volver a la Luna, lo que es la mejor noticia, y también vamos a ir a Marte. Ojalá esté yo vivo para verlo. Me gustaría que el Gobierno se cuestionara por qué no volvimos a la Luna. No debimos haberla dejado nunca. Fue algo glorioso para nosotros. Aquella noche, cuando el hombre pisó la Luna, toda la gente en este país, en su país, en todo el mundo, levantó los ojos hacia el cielo, miró la Luna y dijo: ¡Oh Dios, lo logramos! Somos libres de la gravedad, libres de andar por el universo. Nuestro destino no es estar solamente aquí en la Tierra.-¿Cuál sería entonces?

Pregunta -¿Para qué hemos nacido?

Respuesta -Para mirar todo el universo, para celebrarlo. Es sencillamente pura energía deslumbrándonos desde el increíble cosmos. Tenemos que salir a examinarlo y colonizarlo.

Pregunta -¿Cuándo podría ocurrir eso?

Respuesta -Podríamos hacerlo mañana, podríamos empezar mañana. Deberíamos preparar el aterrizaje en Marte, deberíamos estar yendo ahora mismo. El problema es el de siempre... los políticos, los nuestros como los vuestros, son iguales en todas partes. Ellos no sueñan. No son románticos. No advierten que el universo es mucho más grande que esto.

Pregunta -¿Qué cree que estamos haciendo aquí?

Respuesta -Yo concluí que el universo y billones de estrellas y la Tierra están acá para que los veamos, para que seamos testigos, para conocer todo lo que se ha logrado. Yo fui desarrollado para ver ese misterio. Si no, no tendría sentido. Tenemos que cumplir nuestro destino y volver a la Luna, y a Marte, y expandirnos, expandirnos. George Bernard Shaw, en muchos de sus ensayos y obras de teatro, habla de esa voluntad oculta, ese misterio no desvelado de estar siempre en movimiento hacia alguna parte, para hacer algo que nos lleve a ese lugar. No sabemos bien por qué. Sólo nos mueve nuestra fe.

Pregunta -Conmueve su optimismo...

Respuesta -No, lo que soy es un individuo que trata de tener una línea de comportamiento óptima. Me gusta alentar a la gente a comportarse al máximo de sus posibilidades genéticas. Yo lo he hecho. No me quedé de brazos cruzados y sin hacer nada. De modo que al final del año, después de 365 días de creación, surge una sensación de optimismo, pero no es optimismo. Uno debe inventarse a sí mismo todos los días y no sentarse a ver cómo el mundo pasa allí delante, sin que uno participe.

Pregunta -¿Qué es la vida para usted?

Respuesta -La vida es un don y así debemos disfrutarla. Esta es una oportunidad gloriosa. Sólo estaremos aquí una vez. Tengo la oportunidad de escribir cada vez que siento que tengo un propósito. ¿Y cuál fue mi objetivo cuando escribí tal o cual artículo? Escribir el mejor artículo que se haya escrito hasta ese momento.

"El niño no debe usar el ordenador antes de saber leer"

Pregunta -¿Cree que, en parte, la televisión es responsable de que los chicos lean menos libros?

Respuesta -Todos estos inventos deberían llegar más bien tarde a la vida de los chicos. En Estados Unidos, el gran problema de la educación es que no estamos enseñando a los niños a leer y escribir intensamente. Por eso creo que los ordenadores no deberían estar permitidos antes de tener esos conocimientos.

Pregunta -¿Tan tarde?

Respuesta -Sí, deberíamos poner énfasis en enseñar a escribir y leer desde el parvulario hasta el primer grado, de tal modo que cuando el chico llega a los ocho años ya sabe leer y escribir correctamente. No se puede enseñar por ordenador. Algunos dicen que sí, pero yo pienso que no se puede. Si la televisión, Internet, el ordenador, llegan más tarde a las vidas de los chicos, habrá una generación sólida y fuerte. Esto depende de los maestros, como de los padres depende controlar que ellos lleven adelante ese proceso. Estamos creando una generación de chicos estúpidos. ¿Cree que este problema puede ser solucionado por un ordenador personal o una televisión? No, yo pienso que no, esto sólo puede cambiarlo un aula con lectura y escritura intensas.

Pregunta -¿Qué libros recomendaría a los jóvenes para empezar a leer?

Respuesta -Deberían empezar por los mitos griegos, la relación entre la raza humana y los dioses cuando estos bajaban a la Tierra. La enseñanza con metáfora, el tipo de relato que uno oyó o escuchó y jamás olvidará. También pueden comenzar por buenas tiras cómicas. Para las chicas, Nancy Drew, Stevenson, ciencia ficción, los míos... El secreto es no aburrir; es encontrar libros que a uno lo atrapen y lo vuelvan lector voraz.

martes, 5 de junio de 2012

LA BATALLA CULTURAL...




Mal! Muy mal Richard!

Claro que mezclás los niveles de análisis y sesgás más la mirada crítica sobre el hecho que nos convoca.

Vamos por partes:

1) La relación entre el título y las fotos, fue una combinación entre el "para todos" de Cristina con fotos de la "furia" anti k...como para poner elementos de la confrontación que está en juego. Tener que aclarar esto y decir "che, miren que no me resulta divertido la posibilidad que exista una tapa como la de ese diario de clarín"... me parece ridículo. Justamente, escribiendo en el blog -que es como escribir en casa para amigos- me permito algunas libertades que no me daría si tuviera que publicar lo que pienso en un medio de difusión masiva.

2)- En el texto no "condeno al pasar" la agresión a los cronistas. Remarco que es repudiable pero que no es lo único que me interesa señalar. No hago hincapié en una sola posición. Trato de ver el todo. Que marque que hubo cinismo (y no tengo dudas de que lo hay y mucho),  tiene que ver con lo que se hace y se dice (y con la especulación previa sobre lo que se puede llegar a decir o hacer) frente a un hecho de violencia totalmente evitable. 

Los de 678 dicen que la condena debe ser total y absoluta sobre los agresores. Vos mismo te enrolás en esa postura. Yo digo que ponerse en esa postura y no hacer también una crítica de “las víctimas”, no sólo no frena la violencia sino que la incrementa. Si eso me hace partícipe de los argumentos vertidos en Clarín o La Nación, me parece bien porque es lo más acertado que se puede decir sobre el tema.

3)- "Tu comparación con River-Boca tiende a imaginarizar una situación de bandos equivalentes, apolíticos, donde podrías ser de otro equipo". Error. Ese ejemplo lo tomo por su faceta "pasional", no por el hecho de que los partidos políticos puedan ser intercambiables por equipos de fútbol y de esa forma plantear una visión "apolítica" del conflicto. Si marco la analogía es -justamente- porque se empieza a ver como la racionalidad se retira ( algo que nunca debería retirarse a la hora de pensar la política) para  dejar lugar sólo a las pasiones (amor-odio) que se empiezan a manifestar: como en el fútbol. Eso no pone en un pie de igualdad las intenciones políticas del gobierno y de los grupos económicos. No te confundas.
(y andá a preguntarle a un hincha de boca si su equipo es "intercambiable" por river y al revés...nada más que ellos sólo se mueven por la pasión, y acá debería primar la racionalidad...)

 Con la analogía -que me sigue pareciendo de lo más acertada- simplemente quiero indicar que no es lo mismo ser insultado mientras tomás un café con un amigo por ser "portador" de la pasión contraria al que te agrede "al paso" (algo a lo que está expuesto quien la profesa públicamente), que ir a agitar banderas entre los fervorosos que se ubican en la vereda de enfrente. La pasión –valga la redundancia- responde pasionalmente. Desde tu postura, el otro día hubo una “racionalidad”  por un lado (la de ir a cubrir pacíficamente una manifestación como medio periodístico) y una pasión (animal, claro) por el otro.
No estoy de acuerdo. Hubo bestialidad desnuda de un lado y bestialidad vestida de traje y corbata del otro lado. Lo que no quiere decir que los oligarcas y el gobierno sean la misma cosa. Se entiende, no?...La falacia es –todo el tiempo- meter los hechos concretos en la bolsa enorme de  los 200 años de historia argentina, para terminar defendiendo lo indefendible. No está mal poner las cosas en relación con un pasado y con un contexto, y fijar posturas en base a intereses enfrentados...pero hay que ser muy cuidadoso en la forma de hacerlo, no?

No sé lo que le pasó a Sandra Russo, pero tampoco tiene nada que ver con lo que pasó el otro día. El caso de Sandra Russo merece repudio y ahí se termina el análisis. En este caso no…las diferencias entre una situación y otra son evidentes, no?

 4)- Los panelistas del programa no pusieron para nada el cuerpo (salvo simbólicamente) desde que aceptaron sentarse en ese estudio de televisión.  Y no lo hicieron porque de boludos no tienen un pelo. Se quedaron abrigaditos en el canal. Decís que cómo sé que al pibe lo mandaron al matadero. Es verdad, no tengo la seguridad  para saber cómo fueron las cosas. Lo primero que se me ocurre es que no le gustó nada la situación (Y NO TE OLVIDES QUE YA LA HABÍAN PASADO FEO HACE MUY POCO) pero tiene que pagar el derecho de piso y salir a la calle a hacer lo que le mandan como en cualquier laburo. Y ya sabemos que los medios no están manejados por nenes de pecho. Ese derecho de piso, claro, no lo tienen que pagar ni Russo, ni Barone, ni ningún otro del panel.
También puede ser que haya aceptado de buena manera (lo cual lo pone, por lo menos, en el lugar de inconsciente), quizás (imaginando un poco) hasta exigiendo algún peso extra por realizar una "tarea de riesgo".

Como ves, conscientes o no, la cosa es que lo mandaron. Y si la consciencia no estuvo previamente a la agresión (algo que resulta poco creíble), sí debería haber aparecido con el hecho consumado.  Y debería haberse hecho público el error al mismo tiempo que se condena la agresión.  Un término no excluye al otro...pero parece que sí, no? que fuera una premisa falaz por incluir una contradicción en sus propios términos...

Por dónde pasa la consciencia, entonces? Bueno, desde mi perspectiva pasa por proponer un programa con muchos de los elementos que tuvieron hasta ahora (muchos otros no),  haciendo que se busque sostener una alternativa política en vigencia frente a los monstruos de siempre. Deberían tratar -justamente-  de sostener valores con una inteligencia que no caiga en la especulación cínica para obtener rédito político (justamente lo que hace –simbólicamente- Clarín, no?)
Bueno, en este caso, no lo hicieron. Si no fueron cínicos con su propio compañero de trabajo, entonces fueron cínicos con la audiencia (y su audiencia es más que su militancia fervorosa, claro).
Deberían seguir tratando de vencer al enemigo con mejores argumentos, no con victimizaciones evitables.

Distinto es si agreden a un integrante del panel que está comiendo con los amigos, porque ahí sí claramente se ve como opera la violencia y la intolerancia exclusivamente de un sólo lado del mostrador.
En tus comentarios, la única justificación que das para el hecho de que hayan ido a esa manifestación es "están cansados de que los traten de mierdas y mentirosos"...
No te parece que tienen algunos espacios (las redes sociales, los medios oficiales, tVr, duro de domar, el propio 678)como para contestar públicamente a tales agravios?

Decís que vos también sufrís la violencia simbólica por ser K...ok, te parece una buena idea, entonces, ir con una remera de Cristina a una manifestación anti-k? Eso es lo más inteligente que podés hacer para remediar lo que te pasa en tu entorno social?
Fiajate que no.. que vos mismo –usando tu cabeza- terminás regulando tu discurso y terminás evaluando adonde vas y adonde no, cuando, con quien y en qué términos manifestás lo que pensás.

Esa es tu actitud a escala individual…No te parece que 678 debería asumir una actitud similar,(y más teniendo en cuenta el rol que cumplen en la sociedad como programa político), si es que justamente buscan diferenciarse de los bárbaros que tienen en la vereda de enfrente?
 no te parece que se debería buscar remediar el poder de clarín y cia. con argumentos (como  lo hicieron muchísimas veces) que convenzan a los televidentes y no participando en (cantados) hechos de violencia a los que –claro- no exponen a todo su equipo sino al último orejón del tarro?

no lo podés justificar diciendo "están cansados que los traten de mierda y buscaron ponerse en víctimas para que la corten un poco con ese argumento"… porque (también es cantado), no van a salir de la posición de “mierda” por comerse unas trompadas…
Tampoco me podes decir “no se imaginaban que les podían pegar” cuando pocos días antes casi los cagan a trompadas en el acto de macri. Y ellos mismo lo ponen después al aire como diciendo “miren que ya nos habían agredido antes”. Justamente!...Para qué volvés entonces?

Te parece que consiguieron que ya no los traten como mierda en estos días?...entra al facebook de 678, vas a ver como el mar de puteadas que  se generó entre los k y los anti k por esto que pasó...
Sigo sin escuchar un solo argumento que me parezca válido para justificar que 678 haya ido a esa manifestación, salvo estupidez o cinismo.

Pero el punto es la batalla cultural, no? De acuerdo. Y esa batalla cultural -por el momento- también presenta dos grandes actores. También de acuerdo. La locura es que  si uno plantea una crítica concreta a una actitud -sea a Clarín o al gobierno- enseguida te obliguen a señalar lo peor que es el otro. Y cuando señalás que es verdad, que el otro es peor, aún así siguen sin admitir el error en la posición propia ante un caso concreto que no admite justificación.
La justificación propia a los errores es "no jodas, o no te das cuenta de lo que pasa o sos anti-patria, no te das cuenta quien es el enemigo!

Con ese tipo de razonamiento, nos podemos permitir cualquier cosa, porque cualquier critica a la posición que hay que defender (y no dudo que hay que defender al gobierno frente a Clarín), es vista como "golpista".
De esta forma cancelamos el pensamiento: lo que hace Clarín es mierda y es 100 % condenable, y lo que haga el gobierno (o sus grupos periodísticos) debe ser defendido a muerte en todos sus aspectos, no sea cosa de hacerle el juego a la derecha. Y si se nos ocurre marcar un error de un lado, estamos obligados a marcar no ya un erro, sino una tremenda aberración del otro. Si inmediatamente no marcamos esa aberración del otro lado, ese error no merece ser analizado por sospechoso de golpista.

Vale decir, al señalar el error grave de 678 en haber ido a la marcha, estoy justificando violencia que sufrieron los cronistas? No. Entonces los cronistas hicieron bien en ir?. Tampoco. Eso me hace afín a los grupos económicos?  Menos. Pero parece que sí, parece que no hay otra forma de entender la realidad…y eso habilita a justificar lo que no hay forma de justificar.

Para terminar...me acuerdo un caso concreto entre nosotros en este blog. Fue cuando critiqué que Carlotto hablara de los hijos de Noble como "los chicos". Dije que respeto y apoyo la política de derechos humanos, pero que las abuelas se tenían que bancar que los hijos de Noble hayan sacado una solicitada diciendo "esta es nuestra madre". No se puede tratar de chicos a personas de más de treinta años. Sí se puede ir contra la madre, por la presunta comisión de un delito. Bueno, después de mi comentario entro un pibe y puso "no sé como perdés el tiempo escribiendo sobre esa vieja horrorosa" .Después comentaste vos, y decías que mi comentario había habilitado a que viniera uno a decir una barbaridad...lo cual fue como decir que hay que condenar penalmente al tipo que dijo un piropo por la calle porque otro que lo escuchó fue y violó a la mina en cuestión...

domingo, 3 de junio de 2012

FURIA PARA TODOS...




La agresión sufrida por los cronistas de 6,7,8 durante la cobertura de los cacerolazos producidos en estos días en diferentes barrios de la capital, es una clara muestra de lo que -desde los medios en disputa- se está poniendo en juego a la hora de marcar posicionamientos con respecto al futuro que se viene. Lo que impresiona es ver como, con tal de dañar más profundamente al enemigo, no se escatima en poner el riesgo el cuerpo de los propios compañeros. Es decir, el anhelo de alcanzar la victoria final en la batalla cultural, bien vale algunas bajas en el ejército propio.
Por un lado, la gente del programa oficialista contaba con un antecedente de agresión, teniendo en cuenta que -pocos días antes de este último ataque- la habían pasado feo al momento de cubrir una manifestación en favor del jefe de gobierno porteño. Obviando esto, deciden mandan un nuevo equipo a cubrir el cacerolazo en contra del gobierno nacional. Sus compañeros de trabajo -como no podía ser de otra manera- deben huir tras los insultos y golpes que reciben de parte de los manifestantes más desbordados. En el piso - cómodos y seguros- los panelistas se "solidarizan" con los cronistas agredidos  y calientan sus gargantas contra la "barbarie" anti-k.
Está fuera de discusión que la violencia debe ser condenada. Lo que sí se debe poner en discusión es el cinismo de Barone y cia. (me hubiera gustado que Barone estuviera ahí en la calle con los cronistas, pero dudo que hubiera aceptado la propuesta) a la hora de condenar el hecho en sí, sin decir una palabra sobre el "error" en mandar a sus compañeros al matadero, la utilización de los "cuerpos" para que ellos -desde su sillón- pudieran seguir soplando sobre el fuego en el que pretenden incinerar a Clarín.
Está perfecto que quieran cargarse al grupo, lo que me parece terrible es que manden a compañeros que -lo saben- van a terminar siendo agredidos.
La imbecilidad o el cinisimo son los únicos calificativos para diagnosticar tal actitud. Descartado lo primero, el mismo cinismo utilizan para "solidarizarse" ante un escrache a Lanata después de haberlo hostigado y presentado practicamente como un cómplice de la dictadura por su "me tienen harto".
Si la intención de 678 era, simplemente, cubrir lo que estaba pasando y "demostrar" lo brutos, ignorantes, golpistas y despreciables que son los Anti-k, bastaba mandar un móvil sin ningún tipo de identificación periodística. Pero no. Parece que con eso no alcanzaba, también era necesario -para demostrar la brutalidad en todo su esplendor- que alguien resultara lastimado.
Lo consiguieron. Deberían, por ello, ser los primeros en avergonzarse de su propia barbaridad, que es una barbaridad de carácter "simbólico",  antes que avergonzarse de la barbaridad ajena que fue concreta y que -por lo tanto- merece una condena sin que corra demasiado pensamiento bajo el puente.

 

SAER Y LAS ÚLTIMAS PALABRAS SOBRE AL AGUA...




¿Qué piensa de las entrevistas?
Me resigno a ellas. Tengo que hacer eso para que el editor me pague el hotel, me trate bien, me invite a comer y además es verdad que eso ayuda un poco para la venta. A veces salen cosas interesantes en las entrevistas y otras no. Depende del entrevistador, a veces pueden ser muy deprimentes, porque uno siente que el trabajo que ha hecho no aparece valorado, o puede haber una serie de malentendidos sobre el trabajo, pero me han hecho muy buenas entrevistas a lo largo de todos estos años, en las cuales he aprendido cosas sobre mí mismo, he elaborado cosas que de otra manera no hubiese elaborado jamás, gracias a las preguntas que me hacían.

¿Cicatrices, esa historia en cuatro visiones, en cuatro secuencias, está inspirada en algún hecho en particular?
Cicatrices la escribí en veinte noches. Está inspirada en un hecho real, la escribí en 1967 cuando tenía 29 años y hacía como siete años que la quería escribir. Trabajaba como periodista en tribunales y esta historia me había llamado mucho la atención, un hombre que había matado a su mujer, ex dirigente sindical, medio borracho... me había impresionado la noticia y unos años más tarde estuve en el estudio de un amigo abogado y me mostró las fotos del tipo, de la mujer muerta, y del lugar en que la había asesinado, todo eso me produjo una fuerte necesidad de escribir esa historia que fue escrita en cuatro partes con la tentativa de hacer un libro en el cual hubiese una estructura circular que fuese englobando todas las partes. Un amigo me dijo un día que Cicatrices tiene forma de embudo y me pareció buena la imagen. En un determinado momento se habla del círculo y del espiral, para Goethe la realidad es un espiral, y en un momento uno de los personajes dice: no, no es un espiral, es un círculo. Para Goethe es un espiral ascendente, era un optimista, y el personaje del libro tiene una visión menos optimista del mundo.

Para admirar a un escritor hay que merecerlo, no se puede admirar a Shakespeare y escribir como Paulo Coelho, lo dijo usted . También hizo referencia a una declaración de Coelho donde el escritor brasilero decía que admiraba a Borges y a Jorge Amado...
Claro! Y dije que uno de los dos tenía que protestar. Si a Coelho le gustan los dos hay algo que falla en su juicio estético, es una manera de involucrarlos a ambos en una estética que es totalmente inexistente, es imposible. A mi me gusta Borges, pero no me gusta Jorge Amado aunque es una persona estimable y generosa, pero su literatura evidentemente es un poco folklórica. Al principio era una literatura de protesta social y después dejó de serlo, perdió ese dramatismo social y se transformó en una especie de cultor del color local de Bahía, del cual yo desconfío, nunca estuve en Bahía pero yo desconfío de todo el color local. Aquí en Buenos Aires el color local es el tango, me tiene harto, me dan ganas de vomitar cuando veo bailarines de tango, y eso que me gusta mucho el tango, pero se ha transformado en una especie de cosa estilizada para turistas. A mi me gusta Borges y no me gusta Amado.

Otro caso similar es el de Mario Vargas Llosa , él dice que su autor preferido es Flaubert, yo no veo absolutamente nada ni en la obra, ni en la vida, ni en las opiniones que pueda provenir de Flaubert. En los métodos de escritura de uno y de otro, es ahí donde hay que juzgar a un escritor, en la concepción de la novela es totalmente diferente. Uno hace novelas enormes, mamotretos comerciales que son cada vez peores, y el otro tenía la religión del "Buen Gusto" ( ) la palabra justa, decía que en una novela una palabra no puede ser cambiada porque cambia todo el sentido de la novela. Escribió muy pocos libros y cada uno de esos libros era una aventura nueva que empezaba y abría un camino nuevo para la narrativa. Son todos libros muy diferentes que lo único que tienen en común es el estilo inimitable de Flaubert cuya música basta con cerrar los ojos para escucharla inmediatamente. Él probaba sus prosas en voz alta, a la noche, solo, para ver si funcionaba. No podemos decir lo mismo de (Mario)Vargas Llosa cuya prosa siempre está hecha con gran rapidez para poder llegar a las mejores ventas lo antes posible, para no retrasarse. Parece que ahora ha hecho declaraciones contra Kirchner, es ese tipo de lacayos que se anticipan siempre a los deseos del amo.
Ya había existido un entredicho cuando Vargas Llosa declaró que había que perdonar a los militares en nombre de la democracia...

Si, él dijo eso y que todo el pueblo argentino estaba comprometido con lo que pasó. Jamás perdería ni cinco minutos en contestarle. Nunca leo sus artículos, ni las posiciones estéticas de Paulo Coelho, ni de Isabel Allende, no me interesan ese tipo de personajes, a los que les deseo la mayor cantidad posible de ventas y de años de vida naturalmente, además son lo bastante astutos como para no meterse en cosas en las que no se tienen que meter, en cambio Vargas Llosa, tal vez sea un mérito de su parte ese empecinamiento en opinar sobre todo, es un opinador profesional, y siempre opina mal.
Alguna vez dijo usted, "uno escribe para desconocidos" a pesar de eso hay algún lector, imaginario o real, que le gustaría que le devuelva algo de sus novelas, algún comentario, una crítica...

Cuando uno es joven hay muchos autores que uno quisiera que lean sus libros. Me hubiese gustado que todos esos personajes extraordinarios, legendarios que eran para mi los grandes escritores hubiesen podido leer mis libros, uno escribe para ese tipo de lectores que son imaginarios, son modelos de lectores, que tal vez no sean buenos lectores, cada autor tiene su propio sectarismo estético que le permite existir como autor. Una obra literaria está hecha a base de muchas aperturas pero también de muchos dogmatismos, muchas cosas cerradas, muchos rechazos, para poder existir. Yo tengo la suerte de haber encontrado a un lector como esos que nos hemos hecho amigos, es Alain Robbe Grillet quien leyó mis libros y me tiene una altísima estima, a veces un poco exagerada, y es un personaje realmente extraordinario, de una inteligencia fuera de serie, tiene ochenta y un años y una vitalidad increíble. El próximo año vamos a venir a Buenos Aires a dar conferencias. Tener el juicio que ha emitido él varias veces sobre mi obra, no me asegura de nada, pero es un placer. Otros escritores como Ricardo Piglia que es de mi generación con el cual tenemos muchos puntos de contacto, todas esas lecturas me reconfortan, me permiten seguir escribiendo, seguir trabajando.

 ¿Está escribiendo algo ahora?
Estoy escribiendo una novela que se llama La grande, probablemente salga a finales del año que viene o a principios del 2005. Es una novela larga, entonces hay que andar con pies de plomo para que todo quede más o menos bien. A lo mejor me digo que es una novela de más que estoy escribiendo no?, pero a la vez, de todos modos no puedo estar sin escribir y esta novela estoy tratando de hacerla como todas las otras, con el mismo cuidado, las mismas dudas, la misma incertidumbre. Y tratando de hacer algo bueno. Para mi una buena novela es como un objeto mágico que irradia un montón de cosas, no solamente es una lectura edificante, es un objeto que irradia infinidad de cosas.

Onetti dijo: la literatura es mentir bien la verdad...
Si, es una linda manera de describir la paradoja de la ficción. Onetti ha reflexionado sobre la ficción en sus propios libros a pesar de que no escribía ensayos y por ahí salía con una guarangada cuando hablaban de crítica, sin embargo cuando leemos sus libros, particularmente La vida breve o El astillero vemos que hay una profunda reflexión sobre el alcance del relato, de la ficción, de la representación, en ese sentido La vida breve es un libro totalmente pionero y novedoso no solamente en la lengua española, yo casi diría del siglo XX , ese tratamiento de ficciones superpuestas, una dentro de la otra como una especie de cajas chinas, eso solo se encuentra en el renacimiento, en el barroco. Esa frase me parece excelente, es una manera que tiene Onetti de resumir esa paradoja que es la paradoja de la ficción. Yo siempre digo que las razones por las que creemos en una ficción son idénticas a las que creemos en un Dios, creemos en un Dios porque su existencia le da un sentido el mundo, le da una estructura, y la ficción hace lo mismo, estructura el mundo, un mundo que está hecho a base de experiencias inconexas, fragmentarias, dispersas, la ficción las reúne en un modelo que no significa sino que irradia un sentido múltiple, como que tornasola, como que el sentido está ahí, lo intuimos y de pronto se apaga, de pronto reaparece, de pronto deslumbra, hay una luz fluctuante, la lucidez y la luz vienen de la misma raíz, la lucidez mental y la luz que nos alumbra, eso es la ficción, exactamente lo mismo que pasa cuando creemos en Dios, le da un sentido al mundo , una finalidad.. yo prefiero creer más en las ficciones que en Dios. Pero respeto las creencias si no me la quieren imponer.

Usted es un hombre que trabaja con palabras, si tuviera que elegir una, ¿cuál sería?
Se me ocurrió una, y tal vez esa palabra le dé un sentido a muchas cosas de mi vida, se me acaba de ocurrir en este momento, la palabra es agua, de pronto me doy cuenta mis dos hijos , que tiene diez años de diferencia la primera palabra que dijeron fue agua, pero la dijeron en italiano los dos o en latín "aqua". También el agua, yo soy asmático, y estoy todo el tiempo dándome aire, y el agua es el primer elemento que se dispone para calmar esa deficiencia de la oralidad, pero al mismo tiempo se transforma en una especie de metonimia de todo aquello que pasa por la boca. Eso podría definir bastante mi vida, si nos ponemos a pensar en todo lo que pasa por la boca y todas las cosas que hacemos con la boca y como el agua está presente en todo eso.

Usted propone un mapa de lecturas, Di Benedetto, Juan L. Ortiz...
Mi próximo artículo será sobre Juan L. Ortiz, -porque yo escribo artículos en los diarios para ganarme la vida- se cumplieron veinticinco años de su muerte y por primera vez tengo la total convicción - digo por primera vez porque me he separado afectivamente de él después de su muerte y he podido verlo objetivamente- tengo la total convicción de que Juan L. Ortiz es el más grande poeta argentino del siglo XX sin la menor duda, solo podemos equipararlo con Lugones o con Borges. La lección extraordinaria de Juan L. Ortiz es que es el antimercado por excelencia y sin embargo se ha impuesto como un hito esencial de la literatura argentina, iría mucho más lejos y hablaría de la lengua española. Si uno empieza a ver la historia de la literatura argentina - y río platense- vemos que a partir del siglo XIX se confunde con la literatura de la lengua española, es obvio que decir que Juan L Ortiz es el más grande poeta no es posible porque hay poetas tan grandes o más que él, como Cesar Vallejo, Pablo Neruda, el mismo Juanele Ortiz dijo que Cesar Vallejo es el más grande poeta de lengua española del siglo XX, y no quisiera contradecirlo.

Insisto ¿ por qué esos autores? ¿para compartirlos? ¿para sacarlos del ocultamiento?
También hay una guerra... estética, que debe resolverse. Un conflicto que debe resolverse, creo que la teoría más idiota que ha sido forjada por la crítica en los últimos años es la teoría del canon, porque parece una cosa fija, además es disparatado el canon del señor Bloom porque... en fin, no vale la pena entrar en detalles.

En toda su obra hay una imagen muy fuerte de la amistad, está muy presente en sus libros, hay relaciones muy fuertes entre sus personajes...
Yo valoro mucho la amistad, incluso en las relaciones amorosas también, porque las relaciones amorosas no bastan con que sean pasionales, también tiene que haber amistad en ellas, porque es una manera de hacerla durar y pasar por diferentes etapas. También tengo una relación de amistad con mis hijos. La amistad es esa relación de equilibrio que se establece entre dos personas de cualquier sexo en la cual prevalecen menos los instintos de posesión, nos da la capacidad de vivir afectuosamente esa relación pero en un clima de libertad mutua, de crédito, de confianza. Con mis buenos amigos nos divertimos mucho a costa de nosotros mismos también. Las teorías sobre la espiritualidad, el amor y la amistad, a pesar de que yo tengo una posición materialista muy marcada, casi deliberada, no son totalmente equivocadas. Evidentemente el amor y la amistad pueden ser misterios en el sentido religioso del término. Porque de esta horda salvaje, violenta, sangrante, carnívora, destructora de pronto aparecen esas flores que salen como de la podredumbre, del pantano, esas flores frágiles, delicadas, que son el amor y la amistad. Podríamos atribuirle a ellas un origen divino, podemos concebirlas como un misterio, no rechazo esa idea, no la desprecio, pero no la uso para mí, yo prefiero concebirla mejor como una de las tantas posibilidades a las que el hombre y los animales - recuerden el Martín Fierro: aprendan de la cigüeña este gesto de ternura- pero también el cocodrilo se come a sus hijos, y muchos humanos también los devoran de manera simbólica y en algunos casos, totalmente literal.

A José Saramago le preguntaron en una entrevista en Buenos Aires si había imaginado un epitafio y respondió: aquí yace, indignado, José Saramago. ¿Pensó en alguno usted?
(Risas) No, por ahora no, Saramago estará más cerca... de todos modos yo no quiero tener tumba ni epitafio, quiero ser quemado y que mis cenizas sean dispersas dónde quieran, las pueden tirar a la basura si quieren, no porque piense que no valgo nada, sino que en cualquier lugar donde las tiren van a retomar la molienda universal de la materia y algún día volveré a este mundo, quizás, según la teoría del eterno retorno de Nietzsche, pero esta vez transformado en Paulo Coelho, lleno de dinero…