Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
sábado, 14 de mayo de 2016
LO INCOMPRENSIBLE...
"MARIO VARGAS LLORA", Por Fabiàn Casas para Perfil
En su reciente paso por nuestro país el extraordinario escritor peruano estuvo en la Feria del Libro, cenó con el presidente Macri y dejó ciertas definiciones políticas graciosas: dijo que el peronismo era lo peor que le había pasado a la Argentina, que Macri era la única posibilidad que teníamos de redimirnos, que ahora estábamos entrando en el mundo de una buena vez y dos o tres chistes más que siempre son bienvenidos acá, en La Gran Llanura de los Chistes. La verdad, escuchando a “Varguitas” me cuesta entender por qué Horacio González en su momento intentó que el escritor peruano no diera un discurso en una ya pretérita Feria del Libro: a Vargas Llora siempre es mejor dejarlo hablar. Lo curioso es cómo pudo captar en sólo dos o tres días de presencia en la capital del país al Zeitgeist de la historia argentina. Me acuerdo que me impresionaba mucho, de chico, ver el brazo izquierdo de Vilas más desarrollado que el derecho, ya que éste no lo usaba para pegarle con todo a la pelotita. Una pregunta: de haber jugado al tenis ¿con cuál le hubiera pegado Perón? ¿Cuál hubiera sido el brazo más desarrollado? Acertaron: el derecho. Porque por más vueltas que le demos, el peronismo es un fenómeno político de derecha. El peronismo, salvo excepciones, no produce sindicalistas heroicos como Agustín Tosco, produce fachos, burócratas. Pero acusar al peronismo de ser la gran tragedia argentina es una muestra de estupidez profunda. Es dejar de lado, por ejemplo, a la última dictadura militar, con sus crímenes horrendos a la que, hay que decirlo, le dieron lucha muchos obreros de la resistencia peronista. El mejor peronismo siempre está en la resistencia. La pregunta que me hago cuando pienso en Mario Vargas Llora es por qué entre una derecha que tiene ciertos ribetes heroicos y que le dio al pueblo argentino derechos que nunca antes tuvo, elige la derecha de Cambiemos, tan parecida a nuestra madre naturaleza, que premia la meritocracia, que piensa que los que no sirven para nada en valor de mercado deben ser expulsados del sistema, así como el león se tiene que comer al antílope defectuoso para mejorar la especie. Es decir, por qué un escritor tan grande como él no sabe leer la potencia de una épica compleja e inestable como las grandes novelas de Tolstoi y prefiere un best-seller creado in vitro en las consultoras.
sábado, 7 de mayo de 2016
LOS LIBROS ARDEN MAL...
"QUEMA DE LIBROS" Por Martìn Kohan para Perfil
El 29 de abril de 1976, en el III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba y por orden de Luciano Benjamín Menéndez, se procedió a una quema de libros tan cuantiosa como estricta. El propósito, según lo expresó Menéndez en su oportunidad, era impedir “que se siga engañando a nuestros hijos” y “destruir por el fuego” una “documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana”. Entre los muchos libros reducidos a cenizas, los había de Marcel Proust, de Julio Cortázar, de Pablo Neruda, de Gabriel García Márquez.
No sabemos qué clase de censor fue Luciano Benjamín Menéndez: si leyó esa “documentación” sobre la cual se pronunciaba o si fue bruto hasta para la brutalidad. Lo cierto es que toda quema de libros implica dos factores en apariencia contradictorios: por una parte, un profundo desprecio por los libros, por la lectura, por el pensamiento, por la reflexión crítica; y a la vez, por otra parte, una confianza impensada y plena en el poder que los libros pueden llegar a tener.
Acaban de cumplirse cuarenta años exactos de aquellos hechos tan deprimentes. Un momento bastante oportuno, si es que así puede decirse, para tal conmemoración, toda vez que últimamente se verifica entre nosotros un macabro reflotamiento de la llamada teoría de los dos demonios, es decir de la pretensión de reducir lo ocurrido en aquella época a un puro intercambio de violencias armadas, en el supuesto inaudito de que la vastedad y la ignominia del terrorismo de Estado podría admitir alguna simetría, alguna equivalencia, alguna proporción, un otro análogo.
En abril de 1981, es decir cinco años después de aquel aniquilamiento de libros decidido por Luciano B. Menéndez, se publicó, en el sello Nemont de Buenos Aires, el siguiente libro: Así piensa… Luciano B. Menéndez. ¿Vana compensación, aprovechamiento estéril de tanto espacio vaciado, o la misma confianza de antes en el poder de los libros, pero ahora de uno que no “afecta al intelecto”? Yo tengo ese libro, lo leí. De la primera parte, que consta de una entrevista, extraigo el tramo en el que a la pregunta “¿Cree Ud. que se está ganando la batalla contra la inflación?”, el militar y represor responde: “Yo creo que no. Porque no se redujo en la medida conveniente nuestro frondoso y costoso aparato estatal”. En la tercera parte, subrayo la idea de que se debería recurrir a un “holocausto atómico” en el caso de producirse una “expansión comunista”. En el apéndice se ofrece un poema escrito por el abuelo de este militar, que fue también militar, y allí estos versos: “Sería colmada mi suerte/ si en el campo de batalla/ entre el humo y la metralla/ me sorprendiera la muerte”.
No cupo tal suerte al nieto. Hoy cumple prisión efectiva, con condena a cadena perpetua, por crímenes de lesa humanidad.
miércoles, 4 de mayo de 2016
SI NADA NOS CONMUEVE...
"Nos imaginamos el porvenir como un reflejo del presente proyectado en un espacio vacìo, mientras que es el resultado a menudo muy pròximo de causas que en su mayor parte se nos escapan."
"Ninguna dificultad se compara a la de explicar pacientemente a una persona mediocre la raìz de nuestro desencasillamiento. De nuestro disconformismo. De nuestra inmoralidad."
"Buenos Aires es como un costurero de una modista que trabaja en su profesiòn de hace unos treinta años. Cada vez que desea hallar el hilo dorado se lastima irremediablemente con infinidad de alfileres de cuya existencia no se percatò."
"¿Què es lo que importa de una acciòn, su fondo o su forma?"
"Esto es lo que me angustia. El olvido. El tiempo. Que cada esfuerzo actual sea un recuerdo futuro tratado arbitrariamente segùn la contextura anìmica que he de tener y que ahora desconozco."
"Aspiro a la lucidez. Temo no hallarla nunca."
"Me veo obligada ya a admitir que la ansiedad es mi estado genuino, ocasionalmente interrumpido por el trabajo, el placer, la melancolìa o la desesperaciòn."
"Pienso en mi neurosis. La odio porque no me permite pensar coherentemente. Acepto las angustias, extravagancias, sensaciones y explosiones màs violentas, pero...quiero una ìnfima cantidad de raciocinio que me permita decir: ¡Alejandra, te estàs engañando!"
"Aù no rechazo ìntegramente el mundo. Aùn me aferro a los engaños gestadores de ilusiones fantàsticas. Aùn sopla en mì la optimista esperanza de hallar el puente transitable entre los lìmites y el infinito. Aùn no tengo conciencia de la total impotencia del hombre. (O, si la tengo, no me causa la suficiente angustia)."
"Aguante usted ser calificada de nerviosa. Pertenece usted a esa familia magnìfica y lamentable que es la sal de la tierra. Todo lo grande que conocemos nos viene de los nerviosos. Ellos y no otros son quienes han fundado las religiones y han compuesto las obras maestras. Jamàs sabrà el mundo todo lo que se les debe, y sobre todo lo que han sufrido ellos para dàrselo."
"Soy feliz porque no estoy muerta, porque soy joven, porque crearè belleza, porque debo a la vida mucho, porque siento que me llama algo muy grande"
"¿Porquè no me ubico en un lugarcito tranquilo y me caso y tengo hijos y voy al cine, a una confiterìa, al teatro? ¿Porquè no acepto esta realidad? ¿Porquè sufro y me martirizo con los espectros de mi fantasìa? ¿Porquè insisto en el llamado?"
"¿De què àngel o demonio està hecha nuestra personalidad?"
"Temo que mis deseos de escribir no sean màs que medios para conseguir el fin anhelado èxito, gloria, fe en mì. Tambièn pueden ser excusas, ya que no estudio "en serio", ya que no actùo "en serio", ya que no vivo "en serio".
"¿Tenemos ideales? ¿Tenemos algo que nos sostenga? ¿Què podemos hacer si estamos solos, sin Dios, sin fe, sin nada? Nos habla la tràgica situaciòn general, de las dos guerras mundiales, rezagos del existencialismo francès nos congregaron en los cafès para...¿para què? Ni siquiera somos existencialistas legìtimos. Ni ateos. Ni revolucionarios. Nada nos conmueve. Nada estalla en nuestro medio. ¿Dònde estàs los renovadores, los creadores, dònde està la juventud que juegue legìtimamente con las ùnicas palabras verdaderas?"
"Desalentada por mi poesìa. Abortos, nada màs. Ahora sè que cada poema debe ser causado por un absoluto escàndalo en la sangre. No se puede escribir con la imaginaciòn sola o con el intelecto solo; es menester que el sexo y la infancia y el corazòn y los grandes miedos y las ideas y la sed y de nuevo el miedo trabajen al unìsono mientras yo me inclino hacia la hoja, mientras yo me desempeño en el papel e intento nombrar y nombrarme."
"Un encuentro sexual no compromete a nada. Sòlo dos seres sedientos que se unen en el desierto para ir en busca de la calma. Pero esto es independiente del hecho fundamental: el encuentro sexual no compromete a nada."
"Curioso es vivir. Raro es vivir. Asombroso es vivir. ¿Y porquè vivir?
"Pero voy a confesar la verdad, la confesarè aunque me tenga que morir llorando, dirè la verdad, que es èsta: yo no quiero vivir, yo quiero un interès obsesivo por dos cosas: los libros y mi poesìa."
"Ojalà enloquezca o muera pronto. Estoy segura de que pronto va a suceder algo. No es posible continuar asì, tan sola, viviendo y llorando. Y en resumen...¿què quiero?. Ah, no sè, no sè. Tal vez no quiera nada. Pero un gran vacìo, un bicho que es vacìo me muerde. Siento que me duele el corazòn. Y no hay soluciòn para mì."
A. PIZARNIK ("DIARIOS")
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