martes, 30 de mayo de 2023

LAS ELECCION Y LA DIFERENCIA

 


"Votemos" responde a la lógica del teatro comercial (la sala, el director, el libro y los actores así lo confirman) pero sin renunciar a ser un hecho artístico (es decir, la puesta en escena de un conflicto con más preguntas que respuestas).

La pregunta por la salud y la enfermedad sobrevuela toda la obra. El otro todo el tiempo está ahí.

Qué hacer con el otro? 

Ah, y está Carlos Portaluppi, la joya del lugar.

lunes, 29 de mayo de 2023

LA POSESIÒN...




 "No me acuerdo cómo no cuándo me enteré de que Bjork había hecho una película. Pero sí que la vi antes de nuestro trágico diciembre, en el año 2001. Por ese entonces veía mucho teatro, pero no iba tanto al cine, así que tocaba de oído quién era Lars Von Trier. Tiempo después vendrían la admiración y el desprecio por ese director misógino con el que las actrices afirmaron, después de una primera vuelta, que nunca volverían a trabajar.

Entregarme a esta película fue meterme en un torbellino emocional que terminó en algo así como una cirugía a corazón abierto.
La película me poseyó. En este acto de entrega a la tierra a la que Bjork me había invitado, miraba asombrada cómo ella no actuaba, ella era Selma con una inexorabilidad animal. No sé muy bien cómo contar lo que sigue, pero sí que la película me llevó hasta el centro de mí y me trajo de vuelta transformada.
Abracé esa sensación de asumir que el arte estaba uniendo mis dos mundos y así, sin entender mucho nada, me levanté de la butaca reconociéndome un poco más entera."

"UNA HERIDA CUBIERTA DE MIEL " ( NAYLA POSE, SUPLEMENTO RADAR, HOY)

sábado, 27 de mayo de 2023

LOS PENSAMIENTOS INDESEADOS...




 Martin Amis

La capacidad de pensar (fragmento), de Los monstruos de Einstein

"Ellas están allí y yo aquí -ellas son inertes, yo estoy vivo-, y sin embargo me producen ganas de vomitar, me revuelven el estómago; me siento como si un hijo mío hubiera estado fuera de casa mucho tiempo y comenzara a oscurecer. Es una práctica buena y apropiada. Porque lo haré montones de veces, vomitaré muchísimo, si las armas caen y yo sobrevivo. Todas las mañanas, seis días a la semana, salgo de mi casa y recorro en coche una milla hasta el apartamento donde trabajo. Durante siete u ocho horas estoy solo. Cada vez que oigo en el aire un gemido súbito o uno de los más atroces impactos de la vida ciudadana, o sirvo de huésped a cierto tipo de pensamientos indeseados, no puedo evitar preguntarme cómo sería. Supongamos que sobrevivo. Supongamos que no se me derriten los ojos en la cara, que no me toca el huracán de misiles secundarios en que hormigón, metal y cristal se han convertido bruscamente; supongamos todo esto. Me veré obligado (y es lo último que tendré ganas de hacer) a desandar la larga milla que me separa de mi hogar a través de la tormenta de fuego, los restos de los vientos de mil millas por hora, los átomos descarriados, los muertos envilecidos. Luego -Dios mediante, en caso de que todavía me queden fuerzas y, por supuesto, de que aún estén vivos- tendré que encontrar a mi mujer y mis hijos y tendré que matarlos."



domingo, 14 de mayo de 2023

IMAGINEMOS LO MEJOR...

 


Hay que ver a Divididos. Siempre. En Divididos, como en Pearl Jam, siempre podemos creer.

Anoche, en el estado de Vélez, cantamos "falta envida y truco".

Y todos ganamos la partida.

miércoles, 10 de mayo de 2023

QUE NO SE MUEVA NADA...

 



Philippe Sollers

Elogio del infinito (fragmento)

"No es lo escrito lo que está amenazado hoy día, sino el sistema nervioso central capaz de utilizarlo. En realidad, la crisis se presenta primero al interior de las elites. Son los responsables de lo escrito quienes están en caída libre: sus propietarios, sus agentes de transmisión, su clero. Nada más fácil de verificar. Un cura, por ejemplo, ignora su Biblia. Un filósofo no sabe muy bien lo que Nietzsche o Hegel han dicho. Un crítico literario es incapaz de distinguir un libro bien escrito de un volumen repleto de clichés. Un escritor profesional, más o menos embrutecido por la vida convencional que lleva, se contenta con volver a publicar, salvo con algunas variantes, el mismo libro. Un poeta está satisfecho con que se lo llame de esa manera, pero se vería en la imposibilidad de recitar de memoria diez versos de Baudelaire. Un periodista, a fuerza de leer los diarios para volver a copiarlos, no descifra más que la disminuida escritura periodística. Un editor, obsesionado por la lista de las mejores ventas, se olvida de abrir un libro durante el fin de semana, como lo demandaría su oficio. Todo el mundo cree saber un poco sobre casi todo. La verdadera causa es la inmensa, la inconcebible pereza de los funcionarios culturales. Entiéndase: funcionarios, editores, escritores, periodistas. Están ahí, cómodos, atiborrados de buenos pensamientos y de sermones democráticos, sabiamente anti-intelectuales (ya que los intelectuales se han equivocado siempre), satisfechos de su avance social, arribados providencialmente, y decididos a que no se mueva nada. "