domingo, 28 de junio de 2015

SUENAN, RESUENAN...




CANTO A LOS HOMBRES DEL PAN DURO (Mario Jorge de Lellis)

Nacen, se reproducen, después mueren. De cobre son y el cobre los golpea. Llevan de cobre el corazón y la camisa. Llevan de cobre las mujeres recias. Llevan de cobre el ojo y los abuelos. De cobre son y suenan. Nacen, se reproducen, después, mueren. Y es de cobre el vapor del caldo escaso, de cobre el duro tálamo, la higuera, el defendible hinojo, la charla sobre el pan, el hasta cuándo, las mesas de hule roto, la impacienciapor ver caras alegres, frutillas, casas propias, amigos bajo el sol, bajo la siesta. Nacen, se reproducen, después, mueren. Fueron cadetes de la industria, albañiles de andamios, fabricantes de cosas inútiles modernas, paladines del aire y del martillo,fregadores de pisos, humo de chimeneas. Nacen, se reproducen, después mueren.¿Quién obtuvo sus sangres? ¿Quién destinó sus vértebras? ¿Quién los puso de gallos en la aurora caminando y gritando, pateando y acatando, hirviéndoles la sangre compañera? Yo los he visto hastiados hasta decir no quiero, los he visto matando en frigoríficos, matando en primaveras en que todo nacía sin motivo aparente como nacen las flores; lo he visto con bolsas, moverse, trabajando, cuando era la hora de comer, la hora egregia del amor y del descanso; los he visto trepados a las torres, trepados a las viejas torres, dándoles cal, charlando con los ángeles, mirando un punto de la tierra, un solo punto vivo al cual pertenecían y por el cual hilaban sus días, sus esencias. Los he visto volviendo a sus hogares con la honradez al hombro, mirándose las piernas,detallándose niños y costumbres, algunas cosas que suceden, pisándose las huellas,hollándose los marzos, los octubres, los panes sin almuerzo, las amargas cosechas del frío, las amargas recolecciones para otros y las amargas siembras del cobre que resuena en el alma como un gran acordeón tocando a fiesta. Yo sé que nacen, sí. Yo sé: se reproducen. Yo sé: se mueren. Sé que suenan a cobre, sé que suenan a rasgadoras fiebres, a pan hermoso y triste. Tienen hijos de cobre, muy sonoros; tienen mujeres recias, cigarrillos baratos en los dedos, hondas causas vitales manchando sus ojeras.Están aquí y allá. Suenan, resuenan. Son de una gama gris. Andan y trepan.Naturalmente cobres, naturalmente solos, tienen el sol cerrado sobre la mano abierta. Y un día caen trizados por el tiempo, con unos ojos amplios hacia el norte y un pan duro indicando sus presencias. Son esos hombres duros como el cobre. Suenan, resuenan.

LEGÌTIMA DEFENSA...


"LECTURA BORGEANA". Por Martin Kohan para Perfil.

¿Qué sería de nosotros sin Borges? ¿Qué habría sido de nosotros sin él?
Muchos autores nos procuraron grandes textos, grandiosos libros, incluso grandiosas obras. Pero Borges, además de eso, hizo algo más, menos usual, más de excepción. Nos reveló una manera de leer. O nos reveló que leer, eso que desde hace tanto se practicaba, no era lo que con frecuencia se pensó, sino una cosa más compleja, más interesante, más extraordinaria.
Al concebir de tal forma la lectura, Borges posibilitó también una idea tanto más rica de la escritura, y por lo tanto de la literatura, y por lo tanto del mundo. Leer no es simplemente recepcionar, es decir, acatar y reproducir lo leído. Leer supone crear, transformar lo leído, hacerlo existir en cada lectura de una manera distinta. Era su idea de la originalidad, una idea fabulosa por cierto: no la de inventar de la nada, sino la de reinventar algo existente.
De este modo la lectura fue equiparada con la escritura: un acto de creación. Y por eso se pudo modificar, a la vez, el concepto mismo de escritura. Escribir es reescribir, producir lo nuevo desde lo ya escrito. ¿Podría algún heredero de Miguel de Cervantes Saavedra demandar a Borges, o a algún heredero de Borges, por la falsía de la aseveración de que el autor de El Quijote fue ese tal Pierre Menard? ¿Podría acusarlo alguno de difamación por afirmar incluso que El Quijote de Menard era superior al de Miguel de Cervantes Saavedra?
Ninguno hasta ahora ha sido tan zonzo, ninguno ha malentendido a Borges así. Todo lector, si no es pasivo e inerte, crea el texto que lee por medio de su lectura; todo escritor, si no pretende que la literatura empieza tan luego con él mismo, escribe a partir de lo que ha leído, reescribe lo que ha leído, se lo apropia y lo transforma. La gloria de Borges en el mundo se debe, en buena parte, a esta brillante formulación.
¿Es difícil de entender? Pablo Katchadjian lo ha entendido. Y al entenderlo, al producir un texto por medio de tales premisas, no ha hecho sino otorgar aun más vitalidad literaria a Borges, ha demostrado que Borges sigue incitando a escribir (y ésa es la vigencia más cabal de un escritor; el resto es momificación, homenaje pomposo y vacío). No hizo un plagio, por supuesto; quién que haya leído de veras a Borges puede suponer semejante cosa. No agarró un cuento de Borges queriendo hacerlo pasar por propio, no se limitó a reproducirlo, no se atribuyó lo que era de otro. Lo que hizo fue retomar un texto de Borges y escribir en él, sobre él, dentro de él. El más grande homenaje posible a las nociones de lectura y escritura que el propio Borges postuló.
El texto elegido, además, fue El Aleph. Y la intervención que hizo Katchadjian sobre él (intervención, claro: ¿o acaso a alguien se le ocurrió que Marcel Duchamp, con “L.H.O.O.Q.”, quiso plagiar La Gioconda?) fue nada menos que engordarlo. Una gran interpretación de Borges, porque la apuesta borgeana consistía en contraer, compactar, reducir, resumir; pero también en pensar que en un punto de máxima concentración (concretamente, El Aleph) podía caber el universo entero. Y Katchadjian retomó El Aleph (El Aleph de Borges, ¿cuál otro?) para expandirlo: produjo en la escritura de Borges (¿dónde, si no?), por medio de la propia escritura (¿y cómo, si no?), una lectura borgeana de Borges.
El mundo celebra a Borges justamente por estas ideas: desde Umberto Eco hasta Michel Foucault. Aquí por lo visto nos empecinamos, sin embargo, en deslucirlo, en empobrecerlo. Lo sometemos a veneraciones huecas, vaciadas de su concepción literaria; como pasó en tantos tramos de su vida, que se lo aclamaba más de lo que se lo leía. Pues resulta que la justicia argentina, que con un fallo reciente cree que se ha pronunciado solamente sobre Pablo Katchadjian, lo hizo también sobre Borges, y por cierto que de la peor manera. Haciendo caer su afanoso peso sobre Katchadjian, no demuestra sino ignorar la concepción literaria de Borges, arrasar buena parte de su legado tan genial, aplastar lo que todos le debemos, lo que toda la literatura le debe, su más verdadera creación: la creación de otra noción de la literatura.
¿No va nadie a defenderlo? ¿No va nadie a defenderlo?

miércoles, 24 de junio de 2015

EDUCANDO AL SOBERANO...




Algunas consideraciones sobre la "La patota" de Santiago Mitre. (Ah: antes que nada vale advertir al amigo/amiga internauta que las consideraciones implican el revelado de la historia, por lo que, si piensan ir a ver la pelìcula, mejor es que no se detengan aquì y sigan su camino en las novedades que John Facebook les trajo con el nuevo dìa).
La Patota tiene como personaje central a Paulina (Dolores Fonzi), una abogada joven, con un doctorado en marcha y un promisorio futuro en la carrera judicial. La pelìcula abre con una discusiòn que ella mantiene con su padre (Oscar Martìnez). Èl tipo es un juez, y espera que la hija siga sus pasos; pero ella le plantea que quiere modificar "en serio" la vida de las personas, por lo que el àmbito de la justicia no se le presenta -en su imaginario- como el màs indicado, sino que es en el àmbito de la educaciòn donde puede hacer su aporte para una transformaciòn en serio de la sociedad. Despuès de tildar al padre de elitista y clasista por querer hacerle ver que ella debe hacer su aporte a la sociedad desde un lugar acorde a su preparaciòn intelectual, se va a trabajar de maestra a un pueblo carenciado en Misiones, pròximo a la frontera con el Paraguay.
Resumiendo abruptamente el resto del film: estando en el pueblo, ella es violada y decide dos cosas que dan vuelta la lògica de cualquier vecino: 1) no quiere un "castigo penal" para el culpable (si Paulina se apartò de la carrera judicial fue, justamente, porque en su lògica la justicia es parte del mismo sistema perverso que produce a los delincuentes que despuès juzga) y 2) quiere tener ese hijo, sin importarle lo que piensen los demàs.
En el segundo punto se abre una cuestiòn màs que interesante; sucede que Paulina no quiere ser madre (una escena en la que està por tener sexo la muestra frenando al novio para que use preservativo), pero tampoco quiere "sacarse de encima" a ese hijo. La lectura que hace Paulina de las cosas parece ser la siguiente: ella va a poner el cuerpo hasta las ùltima consecuencias, no se va a correr de nada de aquello que venga de esa gente a la que ella està dispuesta a ayudar. Todo lo que venga de "ellos" ella lo debe aceptar; aùn cuando no le guste, aùn cuando haya sido violentada. Incluso una violaciòn; incluso el bebè fruto de esa violaciòn. Como "ellos" fueron violentados por el sistema (sistema del que ella tambièn formò parte) cree que debe soportar estòicamente todo lo que le pase.
Pero hay un problema con Paulina, como hay un problema con el personaje de Grace en Dogville, y que no tiene que ver con buscar respuestas a los problemas sociales por fuera de las "vìas institucionales" (que se consideran parte del problema y no de la soluciòn), sino que -sencillamente- no se puede educar al otro si parto de una mirada condescendiente sobre ese otro. Paulina parece olvidar que son muchas las personas que sufrieron vejaciones y privaciones en su vida, pero no todas despuès hicieron lo mismo con un semejante. Aceptar una violaciòn es, como mìnimo, ser condescendiente con el otro. Y envilecer al otro es envilecer el vìnculo que estoy tramando con èl. Ningùn tipo de educaciòn es posible si parto de la base de que el otro no tiene ningùn tipo de responsabilidad por sus actos.
Paulina obvia esto tanto en aspectos absolutamente triviales (deja que todos los alumnos se vayan de una clase porque "son libres de elegir") como en el drama central de la pelìcula: la violaciòn que ella misma sufre y el embarazo posterior que esa violaciòn engendra. Serìa interesante pensar lo siguiente: ¿què tipo de vìnculo llegarìa a tener la protagonista con ese futuro hijo?
En què podemos estar de acuerdo con Paulina? En que la educaciòn es la piedra angular para el desarrollo de una sociedad. La educaciòn, tal vez, viene antes que la justicia. Pero no podemos -o no puedo, por lo menos- compartir su mirada sobre esa forma de impartir educaciòn detràs de la cual pretende encolumnarse.

sábado, 6 de junio de 2015

LA VIOLENCIA Y LOS GÈNEROS...


Resultado de imagen para NI UNA MENOS

Algunos aspectos con relación a la pasada marcha del "ni una menos.
Este tipo de consignas -sobre las cuáles no hay nada para objetar y mucho para alentar- merecen un señalamiento en tanto que, en su postulado, encierran sentencias "menores" que deberían ser puestas en cuestión. Me refiero, concretamente, a la expresión -muy escuchada ùltimamente- "si te maltrata no es amor".
Partiendo de la base de que no corresponde la agresión, de ningún tipo, hacia otra persona (sea hombre o mujer), hay que decir que el amor aparece, en esta construcciòn, como algo puro, impoluto, incorrompible.
Si hablamos de violencia, creo que resulta violento definir los tèrminos de una pasiòn. Hasta acà es amor, hasta acà no.
Creo que en un vinculo puede haber violencia o no y eso no necesariamente marca la existencia del amor. Del mismo modo que "pegar" puede no excluir el amor, también es cierto que no pegar no lo hace brotar por arte de magia. Puede haber violencia en el amor y, en todo caso, se podría hablar de un amor patológico, pero quitar la palabra amor del medio es arrastrar esa palabra al terreno de lo divino y  esa palabra -como tampoco la palabra amistad,  o el resto de las palabras que componen nuestro mundo-  no se encuentra exenta de generar sus propias miserias.