sábado, 26 de septiembre de 2015

Y LARGAMENTE REÍMOS...




Uno de los parámetros para saber si tuve un buen día siempre fue si me reí mucho; si hice reír o si me hicieron reír. Lo risa; algo que no se cuestiona, algo tan necesario para vivir como el aire que respiramos. Pero me encuentro, en el prólogo de un libro de Moliere, con un enfoque de lo cómico tan interesante como polémico: "hay algo de impúdico en ese desahogo meramente físico de la carcajada, que se agrava cuando las carcajadas se repiten. Y el rostro mismo del que ríe se... vuelve fácilmente grotesco, por poco que ayuden la desproporción o el desacuerdo originario de las facciones. Una faz inundada por el llanto , forzada por la queja, incendiada o empalidecida por la cólera, puede adquirir una belleza toda ella de expresión que toque en lo fascinante y lo sublime. Pero la cara congestionada por la risa, descompuesta y tironeada por el juego desordenado de los músculos, no es más que una caricatura que usurpa momentáneamente la faz verdadera, oculta bajo la máscara de sus gesticulaciones. Y DEBIDO A SU INDIGNIDAD FUNDAMENTAL, LA RISA ESTÁ DESTERRADA DE TODOS LOS FUNDAMENTALES MOMENTOS DEL SER: EL NACIMIENTO, LA MUERTE, LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA, Y LA CREACIÓN DEL ORDEN INTELECTUAL."

No hay comentarios:

Publicar un comentario