Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
domingo, 24 de enero de 2016
LITERATURA: CUANDO LA ÙNICA VERDAD NO ES LA REALIDAD...
DEL LIBRO "CRÌTICA Y FICCIÒN" (CONVERSACIONES CON RICARDO PIGLIA)
"No creo que existan escritores sin teorìa: en todo caso la ingenuidad, la espontaneidad, el antiintelectualismo son una teorìa, bastante compleja y sofisticada, por lo demàs, que ha servido para arruinar a muchos escritores."
"¿No es el psicoanàlisis una gran ficciòn? Una ficciòn hecha de sueños, de recuerdos, de citas que ha terminado por producir una suerte de bovarismo clìnico. Se podrìa decir, ademàs, que hay muchos elementos folletinescos en el psicoanàlisis; las sesiones, sin ir màs lejos, ¿no parecen repetir el esquema de las entregas? El psicoanàlisis es el folletìn de la clase media, dirìa yo. Por otro lado, se puede pensar que "La interpretaciòn de los sueños" es un extraño tipo de relato autobiogràfico..."
"La ficciòn trabaja con la verdad para construir un discurso que no es ni verdadero ni falso. Que no pretende ser ni verdadero ni falso. Y en ese matiz indecidible entre la verdad y la falsedad se juega todo el efecto de la ficciòn. Mientras que la crìtica trabaja con la verdad de otro modo. Trabaja con criterios de verdad màs firmes y a la vez màs nìtidamente ideològicos. Todo el trabajo de la crìtica, se podrìa decir, consiste en borrar la incertidumbre que define a la ficciòn. El crìtico trata de hacer oìr su voz como una voz verdadera."
"La ficciòn construye enigmas con los materiales ideològicos y polìticos, los disfraza, los transforma, los pone siempre en otro lugar."
"Uno siempre escribe para alguien, pero nunca sabe quièn es. Aparece quizàs un destinatario, un lector, presente en el momento de corregir, una especie de doble social desde el cual se corrige y se reescribe. Corregir un texto es socializarlo, hacerlo entrar en cierto sistema de normas, ideologìas, estilìsticas formales, que son sociales. La literatura es un trabajo con la restricciòn, se avanza a partir de lo que se supone que "no se puede" hacer."
"Las novelas de Arlt parecen alimentarse del presente, quiero decir, de nuestra actualidad. Si hay un escritor profètico en la Argentina, èse es Arlt. No trabaja con elementos coyunturales, sino con las leyes de funcionamiento de la sociedad. Arlt parte de ciertos nùcleos bàsicos, como las relaciones entre poder y ficciòn, entre dinero y locura, entre verdad y complot, y los convierte en forma y estrategia narrativa, los convierte en el fundamento de la ficciòn."
"Valery decìa: la era del orden es el imperio de las ficciones, pues no hay poder capaz de fundar el orden con la sola represiòn de los cuerpos. Se necesitan fuerzas ficticias. ¿Què estructura tienen esas fuerzas ficticias? Quizàs èse sea el centro de la reflexiòn polìtica de un escritor. La sociedad vista como una trama de relatos, un conjunto de historias y de ficciones que circulan entre la gente. Hay un circuito personal, privado, de la narraciòn. Y hay una voz pùblica, un movimiento social del relato. El Estado centraliza esas historias; el Estado narra. Cuando se ejerce el poder polìtico se està siempre imponiendo una manera de contar la realidad. Pero no hay una historia ùnica y excluyente circulando en la sociedad. El complot es una. La conspiraciòn. Ése es un relato bien argentino. La maquinaciòn, el mecanismo oculto, la razòn secreta. Antes que nada es un relato verdadero. Aquì el poder funciona asì. Al mismo tiempo es un relato paranoico: viene de la època de la dictadura y ahora està invertido"
"Todo crìtico escribe desde una concepciòn de la literatura (y no sòlo de la literatura) y a menudo su esfuerzo consiste en enmascarar la trama de intereses que sostienen su anàlisis"
"La pregunta en realidad serìa: ¿de què modo la novela reproduce y transforma las ficciones que se traman y circulan en una sociedad?"
"Algunos han perdido las ilusiones. Se han vuelto sensatos y conformistas. Corren el riesgo de convertirse en funcionarios del sentido comùn. Para pensar bien, quiero decir para ser lo contrario de un bien-pensante, hay que creer que el mundo se puede cambiar. Hay que estar en un lugar excèntrico, opuesto al orden establecido, fuera de todo. No tengo confianza en nada ni soy un hombre optimista, pero justamente por eso creo que hay que aspirar a la utopìa y a la revoluciòn. Sòlo por amor a los desesperados conservamos todavìa la esperanza, solìa decir un amigo de Bretch."
"Yo creo que las verdaderas experiencia son siempre sociales. La idea de una experiencia individual es un efecto de la literatura"
"La polìtica se ha convertido en la pràctica que decide lo que una sociedad no puede hacer. Los polìticos son los nuevos filòsofos: dictaminan què debe entenderse por lo real, què es lo posible, cuàles son los lìmites de la verdad. Todo se ha politizado en ese sentido. Tambièn la cultura. La polìtica inmediata define el campo de reflexiòn. Parece que los intelectuales tienen que pensar los problemas que les interesan a los polìticos. Esa es la tendencia hegemònica. Los intelectuales hablan como si fueran ministros. Se habla de la realidad con el cuidado y el càlculo y el tipo de compromiso y el estilo involuntariamente paròdico que usan los que ejercen directamente el poder."
"Si la polìtica es el arte de lo posible, el arte del punto final, entonces la literatura es su antìtesis. Nada de pactos, ni transacciones, la ùnica verdad no es la realidad."
(¿"QUÈ ES ROBAR UN BANCO COMPARADO CON FUNDARLO"?)
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