"Siempre he sido un poco desconfiado ante el tema general de la liberación, en la medida en que, si no se la trata con cierto numero de precauciones y dentro de ciertos límites , corre el riesgo de remitir de nuevo a la idea de que existe una naturaleza o un fondo humano que se ha encontrado, tras algunos procesos históricos, económicos y sociales, enmascarado, alienado o aprisonado en mecanismos, y concretamente por mecanismos de represión.
Según esta hipótesis, serìa suficiente con hacer saltar estos cerrojos represivos para que el hombre se reconciliara consigo mismo, reencontrara su naturaleza o retomara contacto con su origen y restaurara una relación plena y positiva consigno mismo. Creo que se trata de un tema que, sin examen, no puede ser, sin màs, admitido de este modo. No quiero decir que la liberación o tal o cual forma determinada de liberación no existan: cuando un pueblo colonizado busca liberarse de su colonizador, se trata de una practica de liberación en sentido estricto.
Pero ya se sabe que, incluso en ese caso, por lo demás preciso, esta práctica de la liberación no basta para definir las prácticas de libertad que a continuación serán necesarias para que ese pueblo, esa sociedad y esos individuos puedan definir formas válidas y a aceptables tanto de su existencia como de la sociedad política. A ello obedece el que insista màs en las prácticas de libertad que en los procesos de liberación que, ha de decirse una vez màs, tienen su lugar, pero no me parece que por sì mismos puedan definir todas las formas prácticas de libertad.
Se trata del problema con el que concretamente me he encontrado en relación con la sexualidad: ¿tiene algún sentido decir "liberemos nuestra sexualidad"? ¿El problema no es, màs bien, el de intentar definir las prácticas de la libertad mediante las cuales pudiera definirse qué son el placer sexual, las relaciones eróticas, amorosas y pasionales con los otros?
Me parece que este problema ético, el de la definición de las prácticas de libertad, es mucho màs importante que la afirmación, un poco repetitiva, de que hay que liberar la sexualidad o el deseo.
La liberación abre un campo para nuevas relaciones de poder, que es cuestión de controlar mediante prácticas de libertad."
Según esta hipótesis, serìa suficiente con hacer saltar estos cerrojos represivos para que el hombre se reconciliara consigo mismo, reencontrara su naturaleza o retomara contacto con su origen y restaurara una relación plena y positiva consigno mismo. Creo que se trata de un tema que, sin examen, no puede ser, sin màs, admitido de este modo. No quiero decir que la liberación o tal o cual forma determinada de liberación no existan: cuando un pueblo colonizado busca liberarse de su colonizador, se trata de una practica de liberación en sentido estricto.
Pero ya se sabe que, incluso en ese caso, por lo demás preciso, esta práctica de la liberación no basta para definir las prácticas de libertad que a continuación serán necesarias para que ese pueblo, esa sociedad y esos individuos puedan definir formas válidas y a aceptables tanto de su existencia como de la sociedad política. A ello obedece el que insista màs en las prácticas de libertad que en los procesos de liberación que, ha de decirse una vez màs, tienen su lugar, pero no me parece que por sì mismos puedan definir todas las formas prácticas de libertad.
Se trata del problema con el que concretamente me he encontrado en relación con la sexualidad: ¿tiene algún sentido decir "liberemos nuestra sexualidad"? ¿El problema no es, màs bien, el de intentar definir las prácticas de la libertad mediante las cuales pudiera definirse qué son el placer sexual, las relaciones eróticas, amorosas y pasionales con los otros?
Me parece que este problema ético, el de la definición de las prácticas de libertad, es mucho màs importante que la afirmación, un poco repetitiva, de que hay que liberar la sexualidad o el deseo.
La liberación abre un campo para nuevas relaciones de poder, que es cuestión de controlar mediante prácticas de libertad."
MICHEL FOUCAULT: "LA ÈTICA DEL CUIDADO DE SÌ COMO PRÀCTICA DE LA LIBERTAD" (DOCE TEXTOS FUNDAMENTALES DE LA ÈTICA DEL SIGLO XX)
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