martes, 23 de julio de 2019

LOS TIEMPOS QUE VENDRÁN...

Resultado de imagen para fogwill

"Debí haber titulado "genética" a este  fragmento de un sueño sobre la calvicie. Quedaba calvo. Una mañana sentí que un aire helado rozaba mi cabeza desnuda y me dio risa pensar que finalmente había quedado calvo. Dormido, percibí mi sonrisa fresca, que en el  sueño se representaba por la imagen de mi cuerpo de cabeza calva arqueándose en una carcajada muda: era una sonrisa. Riendo, me desplazaba para mirarme en el espejo del cuarto de baño. Allí vi la cara de mi padre, sin pelo. Mi padre tampoco fue calvo. La sensación de reír se tornó en un agradecimiento (¡al sueño!) por haber reencontrado a mi padre. En ese baño había un sector revestido con maderas, una suerte de sauna, donde me sentaba a meditar sobre mi padre. Seguía frente a mi su imagen de veinte años antes de su muerte. Pienso que esta alegría de verlo es lo que hace tolerable la certidumbre de haber perdido el pelo. Luego, despierto, seguí rememorando la imagen de mi padre en el espejo y con ella presente pensé en la genética humana. Se me hacía evidente que la calvicie mutila un carácter sexual secundario del hombre, y que el programa de la especie ha previsto que las características que hacen atractivo sexualmente al varón se pierdan en el momento en que la degradación de sus cromosomas lo hacen inepto para generar hijos con un buen patrimonio genético, como el que en mi familia se atribuía a mi padre. En el resumen cifrado del sueño estaba subrayada la expresión "buenas piernas". Por entonces estaba convencido de que la pasión que me impulsa a buscar mujeres de piernas largas y ágiles es resultado de un mandato de la especie que orienta a fecundar a las más aptas para el cuidado y la crianza de los niños en las etapas de nomadismo, como las que, a veces pienso, están en vísperas de reaparecer."


FOGWILL ("LA GRAN VENTANA DE LOS SUEÑOS")

martes, 16 de julio de 2019

LA MUJER DE LOS PÁJAROS...

Resultado de imagen para maria elena walsh

"María Elena no canta para chicos, los niños no le van ni le vienen. No es una maestra dulce ni una madre superiora, es mala, bastante mala. Mordaz por lo inteligente, sutil hasta el veneno, de mecha corta, como ella misma dice que le dicen, "en cualquier momento se le vuelan los pájaros y se mete en la cueva"
Desconfía de los moralistas, de esa gente tan honesta que llega a la avaricia y a la mezquindad. Prefiere gente flexible, bohemia, pecadora.
Hace unos días le escribí un correo electrónico a Sara Facio enviándole saludos, preguntando cómo estaba María Elena, y en qué etapa estaba de la edición de un libro que preparaba sobre su obra fotográfica. No tuve respuesta.
Estaba por su voz al lado de Gardel. En lo más alto. Para mí más alto aún. Al lado de Yupanqui. Su poesía, su forma de escribir, era de una calidad que Borges hubiera apreciado mucho, si es que no lo hizo. Tenía una sensibilidad de artista. Sutil, irónica, sabía ser malvada, no era tiernita. Su relación con los chicos y chicas no era la de una maestra normal. Su relación con los grandes era inclemente.
Conozco sus canciones.Se las he cantado a mis hijas, desde hace décadas. Hasta el hartazgo, de ellas.
Hace tantos años que la canto. Y ahora ya no sé si lo seguiré haciendo, por ahora no. No quiero."

TOMÁS ABRAHAM: "MIS HÉROES. ENSAYOS DE ADMIRACIÓN"