Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
jueves, 21 de noviembre de 2019
LA COCINA DE HEBE...
"En el taller de Hebe aprendí que para escribir no importa el hecho en sí, sino cómo ese hecho repercute en mí o en el personaje; aprendí que el desdoblamiento al estilo de Felisberto es necesario para verse a sí mismo y que hay personajes que puedo usar y otro no, y que la literatura está hecha de detalles, que un adjetivo cierra y una metáfora abre, que siempre hay que volver al eje, que la puntuación es la respiración del texto y que no hay aferrarse a las palabras ni dejarse llevar por ellas porque son arenas movedizas de las que hay que desconfiar."
"Entendí también que hay historias que debo guardar para un momento más oportuno en la vida y que escribir es sobre todo comunicar, convertir un hecho personal en algo de interés para el otro. Y que el humor sale del perdón, el humor es un puente y, en el mejor de los casos, es también una cortesía hacia el lector."
"El que escribe tampoco se debe centrar en su propia persona, tiene que salir al exterior. Uno tiene que saber que siempre, al escribir, se miente un poco."
"Al escribir tiene que haber un momento de vacilación, debo saber y no saber adónde voy, para que el texto sea como un viaje y para que ocurran novedades en el trayecto, que es lo mejor que puede pasar. Si ya sé adónde voy, si me encierro en la consecución de mi meta, no me va a ocurrir nada interesante. Sé la global, pero en el camino me pasan cosas. Si hago un viaje, no pongo todos los datos, porque el texto se convertiría en wikipedia"
Flannery O´Connor decía que "para la mayoría de la gente es mucho más fácil expresar una idea abstracta que describir un objeto que está viendo realmente. Pero el mundo del novelista está hecho de materia." Si el pensamiento del autor no puede estar al servicio de la experiencia, la escritura queda como una cosa impostada. La tarea del escritor es observar la experiencia, no fusionarse con ella"
Simone Weil decía que aprender a observar es la base de todas las artes, menos la música. Se trata de una disposición del sujeto en la que éste se implica poniendo todo de sí mismo. La atención se cualifica por su constancia, que se opone a la dispersión propia de la curiosidad. También decía que el conocimiento no se obtiene por la acumulación de lo disperso sino por la profundización continua de lo mismo"
"LAS CLASES DE HEBE UHART" (LILIANA VILLANUEVA)
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