"Ese tipo era buenísimo" había dicho Charly sobre Kurt. Se refería a su capacidad para componer y cantar canciones increíbles teniendo una precaria formación musical. "Decir lo máximo con lo mínimo" diría un poeta.
Mi límite a la hora de escuchar música: que no haya gritos y que se puedan distinguir líneas melódicas. Como toda regla, tiene sus excepciones: esta canción por ejemplo, que funciona como un relato con varias voces, varios tonos. Un increíble pasaje de lo claro a lo oscuro.
Cuentan los presentes en el estudio que el aire, esa noche, se cortaba con un cuchillo. Un show acústico de una banda que, en principio, no tenía nada para ofrecer en ese formato, y que terminó pasando a la historia del rock.
"Seguimos siendo las mismas personas pasivas-agresivas" había dicho Kurt en una entrevista. ¿Cómo llevar eso a la música?
Si un gran cuento es un relato contado de la única forma posible, podemos decir que una gran canción es aquella interpretada de la única forma posible.
Pienso que hay veces, en la música o fuera de ella, que algunas cosas sólo pueden ser dichas a los gritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario