Nuevo aniversario en este mundo. Encontrarme con mis amigos me genera una especie de vértigo: tengo vínculos de casi 40 años de historia. Si de algo puedo estar orgulloso es del hecho de conservar amigos de cada espacio social que me tocó ocupar : el colegio, la universidad, las vacaciones en Mar del Plata, el poder judicial, la familia. Estar con ellos implica enfrentarme a mi vida entera, es como pararme delante de una especie de gran espejo humano; a medida que pasan los años, el espejo crece.
Si, como escribió Antonio Porchia, se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo, me generan curiosidad los recuerdos que ellos puedan tener de mí. Y es que, además ( como dijo Levrero), nunca se accede a la totalidad de los recuerdos, ni de los amigos ni de nada, pero alcanza, si no somos tan exigentes con la felicidad ( y en eso parece resumirse todo) con que se nos actualice la letra de una canción de Pearl Jam cada vez que nos encontramos con ellos: " yo creo reconocer tu cara, yo cambié sin cambiar en nada"
No hay comentarios:
Publicar un comentario