Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
sábado, 19 de febrero de 2011
EL HACEDOR...
Con 4 películas en su haber, Darren Aronofsky ya se ha convertido en uno de los directores más seguidos del panorama actual. Comenzó interesando con Pi, a la que siguió Réquiem por un Sueño. Con The Fountain probó nuevas sensaciones, y terminó confirmándose con El Luchador, reactivando la carrera de Mickey Rourke. Ahora con Cisne Negro (Black Swan) se convierte en uno de los favoritos al Oscar.
Ha querido que Cisne Negro complemente El Luchador.
Darren: Algunas personas dicen que el wrestling es la menor de las expresiones artísticas y otras dicen que el ballet es la mayor expresión del arte, sin embargo, esencialmente son lo mismo. Mickey Rourke interpretando a un luchador experimentaba algo muy similar a la bailarina que interpreta Natalie Portman. Ambos son artistas que utilizan su cuerpo para expresarse y ambos tienen miedo a lesionarse porque sus cuerpos son la única forma de expresión que poseen. Lo que me resultaba interesante era averiguar la relación entre las dos historias en lo que a priori podrían parecer mundos sin conexión ninguna.
También compara el nivel de compromiso de Portman con el de Rourke.
D: El personaje de Nina es muy distinto a lo que ha hecho Natalie anteriormente, y su actuación está a otro nivel. Encarnar a Nina suponía tanto una proeza física como de interpretación.
Tuvo que prepararse mucho el papel.
D: El ballet es algo en lo que la mayoría de la gente empieza a formarse con cuatro o cinco años de edad, y tal y como lo llegan a vivir, transforma sus cuerpos, les transforma como personas. Contar con una actriz que no ha experimentado todo eso para interpretar convincentemente a una bailarina profesional es el mayor de los encargos. Sin embargo, gracias a su increíble voluntad y disciplina, Natalie se convirtió en una bailarina. Le supuso diez meses de enérgico trabajo, pero su cuerpo llegó a transformarse e incluso los bailarines más estrictos se quedaron absolutamente impresionados. Estoy seguro de que el trabajo físico también la conectó con el trabajo emocional.
Trabajó en modificar la idea original de Andres Heinz.
D: La historia se transformó en el miedo de Nina a perder todo lo que ella es. Eso es algo con lo que yo creo que todo el mundo puede identificarse, pero esos temores dominan tan absolutamente a Nina que consiguen hacer que no distinga su realidad del personaje que está interpretando.
Hacía varios años que había contactado con Portman para hablarle de la película.
D: Empecé a pensar el concepto inicial de Cisne Negro, y quedé para tomar café con Natalie en Times Square. Natalie había hecho mucho ballet antes de convertirse en actriz y había seguido haciéndolo durante años simplemente para estar en forma. Natalie me dijo enseguida que algo que siempre había querido hacer era interpretar a una bailarina.
Para interpretar a la rival de Natalie Portman, Lily, eligió a Mila Kunis.
D: Mila interpreta a Lily como alguien que tiene exactamente lo que Nina desea. Ella es mucho más libre, más vital y más sexual que Nina. Lily es capaz de expresarse con libertad y eso para Nina es tanto motivo de fascinación como de intensa fricción.
El personaje de Thomas, el coreógrafo interpretado por Vincent Cassel, es quien empuja a Nina.
D: Vincent es uno de mis actores favoritos en todo el planeta. Soy un gran admirador de su trabajo tanto en las películas francesas como en las americanas. Aquí interpreta un personaje maquiavélico: el director artístico al que sólo le preocupa el arte y no le importan las víctimas que deja por el camino. Vincent estuvo magnífico en el papel, en parte porque se mueve de una forma absolutamente maravillosa.
Y luego tenemos a Winona Ryder.
D: Winona estaba fantástica en el papel porque es una superestrella. Creo que el público realmente identificará en ella a la famosa prima ballerina que es despedida cuando Nina consigue sustituirla.
La mayor parte de la película se rueda cámara en mano, sin planos generales ni primeros planos.
D: Me apasionaba rodar un thriller psicológico con cámara en mano sobre todo porque no podía recordar que se hubiera hecho anteriormente. En algunos thrillers hay unas pocas secuencias donde el punto de vista del malo se refleja a través de la cámara en mano, pero hacerlo así en su totalidad, dándole un estilo documental, es algo totalmente original. También pensé que rodar el universo del ballet con cámara en mano ayudaría a penetrar en él, al igual que habíamos hecho con el ring en el caso de El Luchador. La cámara baila y gira con los bailarines. Capta la energía, el sudor, el sufrimiento y el arte de la danza en primer plano.
Luego están los espejos...
D: En el mundo del ballet hay espejos por todas partes. Los bailarines siempre se están mirando en ellos, por lo tanto, la relación que mantienen con su reflejo constituye una buena parte de lo que son. Los realizadores también sienten fascinación por los espejos, y se ha jugado con ello anteriormente, pero yo quería llevarlo a otro nivel. Visualmente enfatizamos esa idea de lo que significa mirar en un espejo. Los espejos muestran en gran medida el interior de Nina, que gira alrededor de las dobles identidades y las imágenes reflejadas.
Para concebir el mundo físico de la película, confió en la diseñadora de producción Thérèse DePrez.
D: Quería trabajar con Thérèse desde hace mucho tiempo. Verdaderamente nos creó un gigantesco lienzo a partir de un presupuesto muy ajustado. Creó un mundo que no es el mundo real pero que lo parece, lo cual es muy difícil de lograr.
Y para la representación de El Lago de los Cisnes, contó con Rodarte, la firma de moda formada por Kate y Laura Mulleavy.
D: Visualmente posee un estilo completamente distinto de El Lago de los Cisnes. El vestuario del ballet diseñado por Rodarte está a otro nivel, es totalmente clásico pero innovador al mismo tiempo.
Le entusiasmó la música que había compuesto Clint Mansell.
D: Es uno de los trabajos más extraordinarios que he podido escuchar de Clint. Sientes a Tchaikovsky por todas partes pero también sientes algo completamente nuevo. Resulta inquietante, hipnótico y muy hermoso. Desde la música, el vestuario y los decorados hasta la unión entre coreografía y trabajo de cámara, todos y cada uno de los aspectos del rodaje de las escenas de El Lago de los Cisnes han constituido una importante fuente de aprendizaje, pero todo ha valido la pena. Empezamos sabiendo muy poco sobre ballet, sobre cómo filmarlo y cómo conseguir que a la gente le interesara, pero yo creo que la película sabe conectar realmente al espectador con esta forma artística, sabe hacérselo accesible.
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