Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
martes, 15 de febrero de 2011
ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS...
Desmemoriado como nunca antes. Así me encuentro mientras doy mis primeros pasos en este 2011. Mi incapacidad para retener información (finales de películas, pasajes de libros, cumpleaños, cosas que me contaron personas cercanas en un tiempo cercano)me evidencia grietas, espacios en blanco que invaden aquello que alguna vez fue una mente capaz de un registro minucioso de lo que mis sentidos le ponían a su disposición.
No sólo eso; no tengo ideas y antes las tenía (¿cuando dejé de tener ideas?). "Tenés preocupaciones que antes no tenías: un trabajo, una casa y un coche propio para mantener" me dice Flor. Y tiene razón, pero, claro, eso no me arregla a mí.
Pienso que volver a la facultad me va a hacer bien. Hace 10 años que curso ininterrumpidamente: el cbc en la sede de avellaneda y en Montes de Oca, las Facultades de Derecho y la de Filosofía y Letras de la UBA y la Facultad de Ciencias Sociales de Lomas fueron los hospedajes en donde pasé buena parte de mis tardes y mis noches en todo este tiempo. No me imagino fuera de la facultad. No me imagino fuera de ese ámbito.
Pienso en que falta poco para volver y ver si es que la memoria que tengo (poca o mucha) sólo está dispuesta a retener la información que circule por las aulas, los libros y los apuntes de las cátedras, o bien si también está dispuesta a no continuar con los papelones a los que me tiene acostumbrado ultimamente.
Faltan unas semanas para ello y, mientras tanto, tengo el propósito de comenzar a abstenerme de seguir subrayando libros. No por una cuestión de "respeto" a los libros, sino porque, dado mi estado de liquidez mental, subrayar en este momento implica, claramente, no hacer ningún esfuerzo por fijar absolutamente nada. El subrayado viene a proteger este estado del que, sin saber como, quiero emerger.
De lo que se trata, entonces, es de recuperar y reconstruir los mundos perdidos en algún lugar indescriptible; los que, creo, están ahí nomás...a pocos metros del hoy y del mañana.
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