Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
miércoles, 27 de enero de 2016
UNA NOVELA QUE AYUDA...
ENTREVISTA A FRANCISCO MOULIA (AUTOR DE LA EXCELENTE NOVELA "TÀCTICAS DE SUPERACIÒN PERSONAL") PARA TELAM.
T : ¿Cómo nació Tácticas...: cómo un experimento literario, cómo una suerte de diario personal (o persona")?, ¿Cómo es tu relación con la zona del país donde transcurre la mayor parte del texto?
FM : Tácticas de superación personal nació como la consecuencia natural de mi oficio de escribir. No sé si la definiría como un experimento literario. Prefiero explicarla como una instancia más de proceso. Es imposible para mí pensar en Tácticas… desconociendo todo lo que escribí antes o, incluso, lo que escribí después. En todo caso, si tomara a esta novela como un experimento, diría que es una de las primeras que no me explotó en la cara. Tiene algo de diario personal, es verdad. Pero de diario personal de un narrador. Yo no ayudé a suicidarse a mi bisabuela. El narrador sí, a la suya. La ficción permite expandir, corromper, manipular la realidad. Los personajes tienen impunidad literaria; los escritores, no. La novela transcurre en Córdoba, en el valle de Traslasierra. Es una parte del país que conozco bastante; en la que me siento cómodo y en la que me habría gustado estar si me hubiera pasado lo que le pasó al narrador.
T : Confesión de parte: yo estoy de acuerdo tanto con la eutanasia como con el suicidio asistido. Esto no tiene importancia más que para preguntarte a vos, como alguien que escribe y que inventa un personaje, cuál es tu posición al respecto.
M : Las personas que no quieren seguir viviendo están en todo su derecho a morir. En este punto el narrador y yo estamos de acuerdo. La sociedad no debería tratar de retenerlos, sino de proveerles las herramientas necesarias para que ese momento sea lo menos dramático y lo más natural posible. Sostener las funciones vitales de un cuerpo cuando la persona que lo ocupa ya está podrida de vivir es un acto egoísta de la sociedad. Y ese egoísmo no es sólo el de los familiares que no aceptan que su ser querido prefiera morir antes que seguir compartiendo su denigrante sufrimiento con ellos; está también el egoísmo de un sistema: empresas que producen drogas para mantener activa una biología que ya no da para más, que engordan sus ganancias a base de prolongar la agonía. Mi posición con respecto a la eutanasia o al suicidio asistido no tiene nada que ver con que no le tenga miedo a la muerte. Todo lo contrario. Pero me da más miedo quedar atrapado en este cuerpo, sufriendo por demás, deseando que todo termine de una puta vez, y no poder morir porque las leyes siguen sujetas a una moralidad tradicionalista y arcaica.
T : ¿Qué pensás de los libros de autoayuda: son buenos materiales para una ficción, o creés que esas prácticas en general, sirven para algo más que una función de placebo?
M : En lo personal, los libros de autoayuda me aburren. Están plagados de lugares comunes y frases conciliadoras. No les encuentro valor estético. Ni literario. Así y todo es una apreciación personal. Son gustos. En un análisis más profundo, hay que entender a los libros de autoayuda como un fenómeno de época. Hoy todo lo que tenga que ver con la motivación está de moda: videos para futbolistas antes de una final, coaching para empresarios, textos que buscan que sus lectores reflexionen y se superen a sí mismos. Tácticas de superación personal no busca ayudar a nadie, excepto al narrador. El título juega con la idea de libro de autoayuda, pero en un sentido más literal: es el texto que él necesitaba escribir para ayudarse. La novela trata de no perder de vista en ningún momento una de las funciones vitales que, para mí, tiene que tener cualquier obra, sea de la expresión artística que sea: entretener. Si en el medio alguien se queda con alguna reflexión profunda o decide irse a vivir a la montaña, es un accidente fortuito. Yendo concretamente a la pregunta, creo que todos los libros de autoayuda son ficción. Y todas las ficciones pueden funcionar como placebo. Pero también como remedio. Y si tienen sustancia literaria, mucho mejor.
T : A la novela la sobrevuela cierto aire de retiro, de la necesidad, algunas veces, de retirarse para tomar distancia, ver más claro. ¿Esto es así?
M : Yo creo que sí. Sin distancia no hay perspectiva. Sin perspectiva no hay análisis posible porque todavía somos un componente activo de eso que queremos analizar. No estamos diseñados para ser objetivos, eso está claro. Pero también es cierto que cuanto más nos alejamos del vértigo de un hecho, esa subjetividad intrínseca se debilita. La distancia a veces es tiempo. El narrador se va a una casa en el valle de Traslasierra para poner en perspectiva el hecho de haber ayudado a suicidarse a su bisabuela. A veces ver más claro no implica cuestionarse una decisión, sino todo lo contrario: entenderla, reafirmarla, argumentarla mejor.
T : También parece sobrevolarla cierto aire de irrealidad, concentrado en la figura del señor Iván, o en la idea de venganza que trama el personaje respecto a un rival, quien finalmente no es responsable de ser más que quién es. Tácticas... ¿no cede en rigor cuando le da tanta importancia a esos episodios?
M : Convivimos con un aire de irrealidad permanente. O, por lo menos, con la sospecha de que eso que nos parece imposible, puede estar desarrollándose en algún laboratorio clandestino en este mismo instante. La tecnología nos viene aleccionando hace tiempo al respecto. Hoy muchas cosas que se ubicaban en la categoría de lo imposible pasaron a la de lo improbable. Y ese pasaje ya nos ofrece una perspectiva totalmente distinta. El señor Iván –tal vez– descubrió la forma de compatibilizar el ADN de la medusa inmortal con el del ser humano. La importancia no radica en lo imposible o improbable de su hallazgo, sino en qué sentido tendría que hubiera encontrado realmente la fórmula de la inmortalidad. El señor Iván, en algún punto, propone una reflexión sobre cómo cambiaría nuestra concepción de la vida si no existiera el límite de la muerte.
T : Finalmente, ¿qué pensás del saber sobre la responsabilidad que creo yo gana el personaje durante esos meses alejado de la gran ciudad?
M : El narrador pasa tres meses en la montaña, lejos de la muerte de su bisabuela, del rechazo de su familia; afuera de ese contexto de ciudad en el que se sentía estancado. El valle tiene otra densidad, otra dinámica, otros personajes. Pero él sigue siendo él. Es ingenuo pensar que el hecho de cambiar de paisaje hace que los conflictos internos de una persona desaparezcan. José –el narrador– gana responsabilidad en el sentido de que gana conciencia sobre sí mismo. Conciencia y aceptación. Su evolución tiene que ver con reconocer sus deficiencias y asimilarlas con naturalidad. José logra explicarse sus miserias y desdramatizarlas. Y eso, en mi opinión, es algo que nos vendría bien a todos.
domingo, 24 de enero de 2016
LITERATURA: CUANDO LA ÙNICA VERDAD NO ES LA REALIDAD...
DEL LIBRO "CRÌTICA Y FICCIÒN" (CONVERSACIONES CON RICARDO PIGLIA)
"No creo que existan escritores sin teorìa: en todo caso la ingenuidad, la espontaneidad, el antiintelectualismo son una teorìa, bastante compleja y sofisticada, por lo demàs, que ha servido para arruinar a muchos escritores."
"¿No es el psicoanàlisis una gran ficciòn? Una ficciòn hecha de sueños, de recuerdos, de citas que ha terminado por producir una suerte de bovarismo clìnico. Se podrìa decir, ademàs, que hay muchos elementos folletinescos en el psicoanàlisis; las sesiones, sin ir màs lejos, ¿no parecen repetir el esquema de las entregas? El psicoanàlisis es el folletìn de la clase media, dirìa yo. Por otro lado, se puede pensar que "La interpretaciòn de los sueños" es un extraño tipo de relato autobiogràfico..."
"La ficciòn trabaja con la verdad para construir un discurso que no es ni verdadero ni falso. Que no pretende ser ni verdadero ni falso. Y en ese matiz indecidible entre la verdad y la falsedad se juega todo el efecto de la ficciòn. Mientras que la crìtica trabaja con la verdad de otro modo. Trabaja con criterios de verdad màs firmes y a la vez màs nìtidamente ideològicos. Todo el trabajo de la crìtica, se podrìa decir, consiste en borrar la incertidumbre que define a la ficciòn. El crìtico trata de hacer oìr su voz como una voz verdadera."
"La ficciòn construye enigmas con los materiales ideològicos y polìticos, los disfraza, los transforma, los pone siempre en otro lugar."
"Uno siempre escribe para alguien, pero nunca sabe quièn es. Aparece quizàs un destinatario, un lector, presente en el momento de corregir, una especie de doble social desde el cual se corrige y se reescribe. Corregir un texto es socializarlo, hacerlo entrar en cierto sistema de normas, ideologìas, estilìsticas formales, que son sociales. La literatura es un trabajo con la restricciòn, se avanza a partir de lo que se supone que "no se puede" hacer."
"Las novelas de Arlt parecen alimentarse del presente, quiero decir, de nuestra actualidad. Si hay un escritor profètico en la Argentina, èse es Arlt. No trabaja con elementos coyunturales, sino con las leyes de funcionamiento de la sociedad. Arlt parte de ciertos nùcleos bàsicos, como las relaciones entre poder y ficciòn, entre dinero y locura, entre verdad y complot, y los convierte en forma y estrategia narrativa, los convierte en el fundamento de la ficciòn."
"Valery decìa: la era del orden es el imperio de las ficciones, pues no hay poder capaz de fundar el orden con la sola represiòn de los cuerpos. Se necesitan fuerzas ficticias. ¿Què estructura tienen esas fuerzas ficticias? Quizàs èse sea el centro de la reflexiòn polìtica de un escritor. La sociedad vista como una trama de relatos, un conjunto de historias y de ficciones que circulan entre la gente. Hay un circuito personal, privado, de la narraciòn. Y hay una voz pùblica, un movimiento social del relato. El Estado centraliza esas historias; el Estado narra. Cuando se ejerce el poder polìtico se està siempre imponiendo una manera de contar la realidad. Pero no hay una historia ùnica y excluyente circulando en la sociedad. El complot es una. La conspiraciòn. Ése es un relato bien argentino. La maquinaciòn, el mecanismo oculto, la razòn secreta. Antes que nada es un relato verdadero. Aquì el poder funciona asì. Al mismo tiempo es un relato paranoico: viene de la època de la dictadura y ahora està invertido"
"Todo crìtico escribe desde una concepciòn de la literatura (y no sòlo de la literatura) y a menudo su esfuerzo consiste en enmascarar la trama de intereses que sostienen su anàlisis"
"La pregunta en realidad serìa: ¿de què modo la novela reproduce y transforma las ficciones que se traman y circulan en una sociedad?"
"Algunos han perdido las ilusiones. Se han vuelto sensatos y conformistas. Corren el riesgo de convertirse en funcionarios del sentido comùn. Para pensar bien, quiero decir para ser lo contrario de un bien-pensante, hay que creer que el mundo se puede cambiar. Hay que estar en un lugar excèntrico, opuesto al orden establecido, fuera de todo. No tengo confianza en nada ni soy un hombre optimista, pero justamente por eso creo que hay que aspirar a la utopìa y a la revoluciòn. Sòlo por amor a los desesperados conservamos todavìa la esperanza, solìa decir un amigo de Bretch."
"Yo creo que las verdaderas experiencia son siempre sociales. La idea de una experiencia individual es un efecto de la literatura"
"La polìtica se ha convertido en la pràctica que decide lo que una sociedad no puede hacer. Los polìticos son los nuevos filòsofos: dictaminan què debe entenderse por lo real, què es lo posible, cuàles son los lìmites de la verdad. Todo se ha politizado en ese sentido. Tambièn la cultura. La polìtica inmediata define el campo de reflexiòn. Parece que los intelectuales tienen que pensar los problemas que les interesan a los polìticos. Esa es la tendencia hegemònica. Los intelectuales hablan como si fueran ministros. Se habla de la realidad con el cuidado y el càlculo y el tipo de compromiso y el estilo involuntariamente paròdico que usan los que ejercen directamente el poder."
"Si la polìtica es el arte de lo posible, el arte del punto final, entonces la literatura es su antìtesis. Nada de pactos, ni transacciones, la ùnica verdad no es la realidad."
(¿"QUÈ ES ROBAR UN BANCO COMPARADO CON FUNDARLO"?)
miércoles, 20 de enero de 2016
ESTADOS MENTALES...
DEL LIBRO "MICROMONÒLOGOS" (M. KARTUN COMP)
"De polvo eres y en polvo te convertiràs, dicen. En càscara te convertìs. Recè un padre nuestro. Por cualquier cosa. Las dejè volar. ¿Adònde se dejan flores? ¿Cuando morimos nos volvemos mugre?"
"Me gusta sacàrmelos (los lentes) para esas cosas de ojos cerrados o de mirar para adentro. Sì, el amor lo hago sin lentes. Duermo, sueño, leo, escribo, me masturbo. Cosas de mirar para adentro."
"Entonces simpàtica se acabò. Nunca màs. A la mierda. Simpàtica las pelotas. ¿Se calienta alguien con la simpatìa? ¿Conocen a alguien que se toque con la simpatìa del otro? ¿Vieron la foto de alguna simpàtica en alguna pàgina porno? No. Los graciosos se mueren vìrgenes."
"Yo en verano me desnaturalizo. Pierdo docencia y soy otra. Extraño: usted dirà: el guardapolvo, el libro de actas, el libro de firmas, el de pases, el de comunicaciones, tocar la campana.No!: corregir. ¿Còmo se puede vivir sin corregir?"
"Tuti, me cuesta darle aceptar, pero hace un tiempo que nuestra relaciòn caducò. Estamos desconectados. Y no hay USB que nos ponga en sincro. Contra el virus que infectò la relaciòn no hay actualizaciòn que valga. Necesito un click para mi vida. Es tarde para reiniciar...Creo que tenemos que navegar otros links...pertenecemos a diferentes redes, es asì."
"Escucha esta verdad que llega para iluminarte: el sexo es mentira. Mentira pura, mentira hasta las ùltimas consecuencias. Y aprender a mentir es aprender a tener buen sexo. Y tener buen sexo es aprender a ser feliz. Ante todo: en el sexo hay mucho tabù: que el sexo es amor, intimidad, uniòn...MENTIRA!. Burocracia: el sexo es ante todo burocracia. Todo prefijado, nada te sorprende, siempre sabès què hacer, todo previsto, planificado."
"Seguimos las tradiciones. Familieros somos. Nos viene de los tanos, los abuelos... la familia primero, la familia ante todo. En una casa los hijos estudian y molestan, la madre sufre y se sujeta. Y el padre pone la plata y manda. La sagrada ley familiera: padre...patrimonio...y patròn."
"Salgo un dìa con cada uno y los pruebo. Los testeo a fondo. Porque una mujer antes de elegir a su verdadero amor tiene que tener variedad de citas y llegar a un diagnòstico que determine con cuàl de ellos. Porque el amor es inmenso como una patria y el que no ama a su patria està perdido y es un gorila traidor."
domingo, 10 de enero de 2016
JUNTOS?
"NO TAN SENCILLO" Por Martìn Kohan para Perfil
No nos está saliendo del todo bien a los argentinos esto de unirnos y tirar todos para el mismo lado. La consigna era clara, rotunda, contundente, preciosa; y ya había sido puesta a consideración general en otras ocasiones (en 1853, en 1862, en 1880, en 1910, etc.). Juntarnos todos, como argentinos que somos, y cinchar al mismo tiempo en una misma dirección. ¿Puede ser, acaso, tan complicado? De decir, evidentemente, no. De hacer, daría la impresión de que sí.
Ahí tenemos, por ejemplo, a los tres que hace unos días se fugaron de la cárcel: Lanatta, Lanatta y Schillaci. Con esos apellidos tan pero tan italianos, que son el sello inconfundible de la argentinidad. ¿Alguien quiere acaso unirse a ellos, tirar para el mismo lado, etc.? Todo indicaría que no. Ni siquiera aquellos que, de una manera o de otra, ya habían estado vinculados a ellos (las acusaciones al respecto se entrecruzan; yo, personalmente, las creo todas).
Pero lo cierto es que tampoco nos unimos todos los argentinos para perseguir a estos malhechores, para atraparlos y llevarlos de nuevo a la prisión. No nos unimos, al contrario: brotó al instante la fatal división. Que la culpa es del Gobierno, dicen unos; que la culpa es del gobierno (pero del otro gobierno), dicen otros. Que el que está en la cosa es A., que el que está en la cosa es R. Que el servicio penitenciario juega para éstos, que el servicio penitenciario juega para aquéllos. ¡Divididos, de nuevo divididos! ¡Y acababan de decirnos que íbamos a unirnos todos!
En Esa mujer, de Rodolfo Walsh, hay un momento en que el coronel y el periodista intercambian frases de esa índole: “Yo también soy argentino”, “somos todos argentinos”, etc. ¿Lo hacen porque se proponen unirse? En absoluto. Lo hacen para evidenciar que esas frases, como tales, son completamente huecas. Que decirlas no es sino una forma simple de no estar diciendo nada.
jueves, 7 de enero de 2016
"HUELGA DE ACONTECIMIENTOS"
"En el mundo que Baudrillard explicaba no habìa lucha o conflicto donde se dirimiera algo contundente, eso que fue la historia se desvanecìa, el acontecimiento como tal habìa dejado de ocurrir, ya no pasaba nada. La dinàmica de la revoluciòn que habìa conmocionado el siglo XX se reemplazaba ahora por una implosiòn suave, casi impercetible, un retorno callado a estadios anteriores que sensibilidades acadèmicas, culturales y exquisitas como las del filòsofo francès se solazaban en describir generosamente, para que entendièramos el mundo nuevo y los ingenuos despertaran del tonto sueño de ayudar a que mejorara.
"Acontecimientos en huelga" anunciò Baudrillard...En la Argentina de los 90 el concepto sedujo a buena parte de la intelectualidad argentina, tal vez memoriosa del destino de desapariciòn, tortura y muerte de tantos intelectuales que apostaron por pensar un mundo en el que podìa ocurrir un acontecimiento tras otro, allà por los 70. Pero la seducciòn que Baudrillard ejercìa sobre estos estudiosos era apenas el correlato de una contunedente realidad previa: Baudrillard decìa "en difìcil", para pocos, lo que la Argentina parecìa desear masivamente. Sus palabras resonaban con potencia en un paìs resignado, desmovilizado, que se entregaba alegrmente al simulacro de riqueza menemista y a la ilusiòn negadora de que el "nunca màs" se referìa al final de cualquier conflicto, cualquier enfrentamiento significativo (cualquier acontecimiento), asì tambièn podrìa referirse, como habìa rogado la CONADEP, al final de toda masacre."
ELSA DRUCAROFF ("Los prisioneros de la torre")
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