Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
jueves, 10 de octubre de 2019
TEATRO ANTIDISTURBIOS...
De los argumentos que escuché por estos días avalando que la policía haga verificaciones públicas de la identidad hay dos que prevalecen: uno es que todo lo que sea para aumentar "el control" está bien; el otro, igualmente preocupante, es que si un hombre o una mujer "NO TIENEN NADA QUE ESCONDER" deberían aceptar no sólo el requerimiento, sino también las consecuencias por no poder acreditar la propia identidad (ser demorado en el lugar y/o trasladado a una comisaría para averiguación de antecedentes en caso de que así sea dispuesto).
Quizá habría que pensar que no se busca penalizar tanto "lo que se esconde" (falta de documentación pertinente) sino lo que "se muestra" : una determinada apariencia.
Cuando una persona camina por la calle, lo que hay que decir no es que camine tranquilo "en caso de que no tenga nada que esconder"; debería caminar tranquilo porque el principio debería ser, justamente, el contrario: QUE NO TIENE NADA QUE DEMOSTRAR A NADIE.
Que las "demostraciones", salvo excepciones, son siempre en el marco de una causa judicial, a pedido de un juez, con derecho a defensa. No por "olfato" policial.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario