Primero fue "Pizza, Birra, Faso", luego la inolvidable "Bolivia" y, hace veinte años ya, Adrián Caetano nos entregaba otra joyita : "Un oso rojo". Bien pudo haber sido una de las tantas (buenas) películas que nos ofrece el cine nacional. Pero si quedó en la memoria de muchos de nosotros, no hay otra explicación que un nombre: Julio Chávez.
Producida por Lita Stantic (bajo condición de que sea protagonizada por Chávez), el rodaje de la película coincidió con el estallido de fines del 2001, y estuvo a punto de cancelarse por falta de presupuesto.
Diez años después, Chávez interpretó al "puntero". Interesante pensar al personaje del gitano como una continuación de la vida del personaje del oso; así como también resulta interesante pensar al personaje de Lombardo en el puntero (interpretado por Rodrigo De La Serna) como continuación del personaje de Ricardo (interpretado por el mismo De La Serna, en Okupas)
Me gusta encontrar algún registro de emotividad allí donde un personaje solo parece tener para ofrecer su violencia. Volviendo a "un oso rojo", nunca olvidé la escena en la que el oso está comiendo con su hija en una pizzería y la nena le pregunta si mató a alguien. "Cómo voy a hacer eso?. Eso está mal!" fue la respuesta.
Lo increíble de Chávez: dice en la entrevista que, cuando le ofrecieron el papel, sintió que nada más alejado de sus posibilidades eso que le estaban pidiendo. Que nunca le pegó a nadie. Que nunca nadie le pegó a él. Pero después se acordó de que es actor.
Y, al ver la película, nos hace recordar que no es que solo sabe actuar un personaje. "Saber actuar sé actuar yo; Julio Chávez hace otra cosa." dijo Cecilia Roth.
De esas otras cosas, de esas cosas sin nombre, es que está hecho el arte que nos hace más libres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario