"Si tuviera que asaltar el banco más protegido de América , en mi banda sólo habría poetas. El atraco concluiría , probablemente, de forma desastrosa, pero sería hermoso."
"Todos tenemos un antepasado imbécil. Es una sombra, pero también es nuestro hermano, y pervive en el fondo de nosotros mismos con nombres diferentes que expresan nuestro grado de implicación en el crimen: miedo, ridículo, indiferencia, ceguera, crueldad."
"Qué libro le regalaría usted a un condenado a muerte?, me preguntó. No sé, dije. Yo tampoco lo sé, dijo el librero, y me parece terrible. ¿Qué libros leen los desesperados? ¿Qué libros les gustan? ¿Cómo se imagina usted la sala de lecturas de un condenado a muerte?"
"El caso de la poesía argentina, bastante desconocida por cierto, establece un desarrollo sin rupturas con el pasado. Una maduración natural y la consiguiente decantación, que confluyen en una integración de aquellas voces importantes dentro del mapa poético, para abordar por medio de un lenguaje conversacional la problemática del hombre fragmentado e incomunicado de hoy."
"La vanguardia está constituida por la continuidad de aquellas voces que desarrollan una poesía que escapa tanto del populismo (que solo busca la rutinaria satisfacción de la masa) como del hermetismo esteticista. En mi opinión la tarea es, luego de entender que pueden coexistir la vanguardia y el compromiso, la exposición lúcida de los sentimientos de la gente, lo que constituye un acto de lucha."
"La manera de vivir de esta poesía es el sobrevivir de cada día, con la vitalidad del grito, la frescura de la ironía, el respaldo del oficio y la esperanza en un mundo más justo. Así, irrumpe repartiendo salud y agitación y cae como "ladrillo al agua".
"Nadie llega más hondo que Lemebel. Y encima, por si fuera poco, Lemebel es valiente, es decir sabe abrir los ojos en la oscuridad , en esos territorios en los que nadie se atreve a entrar. ¿ Que cómo supe todo esto? Fácil. Leyendo sus libros. Cuando todos los que lo han ninguneado estén perdidos, Pedro Lemebel será aún una estrella."
"El suicidio de Gabriel Ferrater, uno de los mejores poetas catalanes de la segunda mitad del siglo XX, se encuadra en la categoría de los suicidios cerebrales o concienzudamente premeditados, sin que ello quiera decir, en modo alguno, que Ferrater se pasar la vida acariciando su propio suicidio, de la misma forma que otros poetas acarician su hipertrofiado ego. Al contrario, parece ser que a los veintitantos años, más cerca de los treinta que de los veinte, Ferrater decidió suicidarse y eligió el año 1972, un año, visto así, tan vulgar como cualquier otro, con la única salvedad de que aquel año él cumpliría cincuenta, una cifra y una edad redondas. Vivir más allá de los cincuenta años, consideró, era, más que una pérdida de tiempo, una claudicación a los bochornos de la edad. Mientras llegaba aquella fecha fatídica, pero aún lejanísima, se dedicó en cuerpo y alma a leer, a traducir (Kafka, Chomsky), a follar, a beber, a viajar, a visitar museos, a atravesar en moto Barcelona, de arriba a abajo, con litros de whisky en la sangre, a cultivar la amistad, a enamorarse de mujeres extrañísimas. Cuando por fin llegó el año 1972 y a los cincuenta años de su vida, en un pueblito cercano de Barcelona, cumplió su destino y se suicidó, A nadie le pareció anormal."
"El olor de las multitudes encerradas sabe a polvo y a muerte, tal vez la misma cosa. El olor de las multitudes en grandes espacios abiertos, como estadios y explanadas, sabe a miedo. Por el contrario, me gusta pasear por el paseo marítimo de Blanes en verano. Me gusta contemplar la playa. Allí, en esa aglomeración triunfal de cuerpos semidesnudos, hermosos y feos, gordos y flacos, perfectos e imperfectos, el aire nos trae un olor magnífico, el olor de las cremas bronceadoras. Me gusta el olor que desprende esa masa de cuerpos abigarrados. No es perfecto. A veces, incluso, es un olor melancólico. Y puede que hasta metafísico. Huelen a democracia, huelen a civilización."
"Lo importante es que aún podemos reírnos y nos manchar a nadie con nuestra sangre. Lo importante es que seguimos en pie y no nos hemos vuelto ni cobardes ni caníbales."
ROBERTO BOLAÑO (" A LA INTEMPERIE")
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