25 años después de haber visto a los Redondos en River, (25 años!) con mi amigo vamos al día extra del Quilmes Rock, en Tecnópolis. El secundario quedó allá atrás en el tiempo, pero muchas de las bandas que surgieron en ese entonces siguen vigentes y son las bandas que, hoy, me siguen convocando ( tanto a nivel espiritual como físico)
En el día extra, entonces, vemos desfilar a Massacre, Los caballeros de la quema, La Delio Valdez, Lisandro Aristimuño, Bersuit y, finalmente, a Los Piojos.
Dos menciones especiales de la jornada.
La primera: Walas. El cantante de Massacre es insuperable en su carisma. Es la gran anti-estrella del rock nacional. Al terminar el primer tema -"te leo al revés"-, nos dice a los presentes: "pueden creer que hoy me olvidé el DNI y no me querían dejar entrar?! Tuve que armar terrible tramoya para estar acá! Todo indica que la anécdota fue real. Y que lo cuente nos marca lo poco que le importa ser reconocido; a muchos otros cantantes, en cambio, les hubiera resultado una experiencia de lo más vergonzante.
La segunda: ver en vivo a Pepe Céspedes, bajista de Bersuit, de perfil diminuto, un tipo que perfectamente puede tomar el subte todas las mañanas sin llamar la atención (seguro tuvo que llevar su DNI para entrar y que, de no haberlo hecho, no podría haber recurrido a la verborragia de Walas para entrar); verlo sobre el escenario no por su carisma ni su virtuosismo con el instrumento, sino por la admiración infinita que le tengo; es el compositor de la canción "Vuelos", que, para mí, es una de las canciones más conmovedoras de todo el rock nacional.
Walas y Pepe Céspedes: dos que leen al revés y, de esa forma, nos ayudan a leer, es decir, a soñar.
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