"Toda vida corre siempre en dos niveles: uno que parece gobernado por la necesidad, si bien no logramos descifrar su ley; y otro abandonado a la casualidad y a la contingencia. Es en vano fingir que entre ellos hay una arcana, demoníaca armonía y, aún así, en el punto en el cual logramos mirarnos sin asco, los dos niveles, aunque incomunicados, no se excluyen ni contrastan, sino que se dan una suerte de recíproca, serena hospitalidad."
"De jóvenes, la mano no sabe lo que busca; sabe, acaso, lo que rechaza, pero eso que rechaza dibuja la forma cóncava de lo que busca, de cualquier modo la guía hacia el bien no visto."
"Se dice que a los viejos sólo les queda una cuerda para tocar. Y es, tal vez, una cuerda desafinada. Sin embargo, esa nota desafinada suena más larga y profunda que el instrumento intacto de la juventud."
"Lo único seguro es que ya no sabemos dónde estamos de verdad. O mejor aún: sentimos que estamos en un punto, que somos ese punto, ese donde, pero ya no sabemos situarlo ni en el espacio ni en el tiempo. Todos los lugares que hemos habitado, todos los momentos que hemos vivido nos asedian, piden entrar -nosotros los observamos, los evocamos uno por uno. Volverse íntimamente extranjeros para nosotros mismos, ya sin patria. Lo que tenemos -las costumbres, los hábitos, los recuerdos- es demasiado, ya no lo podemos tener."
"Los temas de la vida ahora te parece que casi puedes escucharlos, como en una partitura musical. Los encuentros decisivos, las amistades, los amores son las frases y los motivos que se enuncian y responden en el secreto contrapunto de la existencia, que no tiene pentagramas. E incluso cuando parecen situados en un pasado remoto, los temas de la vida son necesariamente incompletos, como una melodía o una fuga interrumpida que espera ser continuada y retomada. Intentar escucharlos, en la oscuridad. Nada más."
"Es como cuando miras algo en el crepúsculo. No es tanto que la luz sea incierta, sino que sabes que no podrás terminar de ver, porque la luz disminuye. Así se presentan ahora las cosas y las personas: fijadas par siempre en la imposibilidad de terminar de verlas."
"¿Cómo se tiene una potencia? No se puede tener una potencia, sólo se la puede habitar."
"Un hombre que tiene algo novedoso que decir al principio sólo puede ser escuchado por quienes lo aman."
"Conocer significa nacer juntos, ser generado o regenerado por la cosa conocida. Y esto y no otra cosa significa amar."
"En lo que me atañe, pienso que no puede tomarse un libro que se ama entre las manos sin sentir un vuelco en el corazón, ni conocer de veras una criatura o una cosa sin renacer en ella o con ella."
"¿Qué significó para mí el encuentro con Heidegger en Provenza? Sin duda no consigo separarlo del lugar en el cual sucedió; su rostro a la vez apacible y severo, esos ojos tan encendidos e intransigentes no los he visto en nadie más, salvo en sueños. Hay en la vida acontecimientos y encuentros hasta tal punto decisivos que es imposible que entren del todo en la realidad. Suceden, cierto, y marcan el camino, pero nunca terminan, por así decirlo, de suceder. Encuentros, en este sentido, continuos, como los teólogos decían que Dios jamás deja de crear el mundo, que hay una creación continua del mundo. No dejan de acompañarnos hasta el final. Forman parte de lo que permanece inacabado en la vida, que va más allá de ella. Y lo que va más allá de la vida es lo que de ella queda."
"Se ama a alguien porque se lo recuerda y, viceversa, se recuerda porque se ama. Amando se recuerda y recordando se ama y, al final, amamos el recuerdo -es decir, el amor mismo- y recordamos el amor, es decir, el recuerdo mismo. Por esto amar significa no llegar a olvidar, a sacarse de la mente un rostro, un gesto, una luz. Pero también significa que, en realidad, ya no podemos tener un recuerdo de ellos, que el amor está más allá del recuerdo, inmemorable, incesantemente presente."
"AUTORRETRATO EN EL ESTUDIO" (G. AGAMBEN)
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