Mostrando entradas con la etiqueta PARTE DE GUERRA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PARTE DE GUERRA. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de enero de 2012

SIN ESCAPE...





Tuve que huir. Casi sin saludar. Sólo quería ponerme a salvo. Había sido un almuerzo con personas que me eran completamente ajenas, extrañas. Esas personas se conocían entre sí: eran familia. Me encontré rodeado, abrumado por la ausencia de palabras, por el desinterés de las suyas para con las mías, por el calor que me aplastaba sin piedad, por la indiferencia que mostraba la persona que debía -desde mi supuesta concepción arcaica de cómo funcionan las relaciones sociales en su punto inicial- acompañarme a ese intercambio de amabilidades que implica toda conversa.
Ningún intercambio amable. Silencio de mi parte (siempre fui así ante la situación casa-ajena-gente ajena) frente a un océano de palabras cuyas olas jamás rompían hacia estas costas. Busqué un poco de aire el patio. No lo encontré y, bajo ese sol tremendo, mi desesperación (mi narcisismo) comenzó a subir, llegando a un estado de alerta naranja.
Entonces ya no había vuelta atrás. Tomé mis cosas, saludé a los pocos que estaban ahí afuera y emprendí una retirada rápida hacia el auto. Cada paso que daba por el pasillo que conducía hacia la puerta de salida era un acercamiento dulce hacia mi seguridad.
El calor seguía, feroz, ladrando sin parar. Pero para cuando el sol comenzó a caer, mi cuerpo ya no estaba allí. Se lo habían cargado al hombro mis silencios que, cansados de tanto latir, decidieron cristalizarse en alguna palabra....muy lejos de allí. Muy solo.
Me fui. No podía estar ahí. No podía ser, lo cual hay veces que se puede tolerar y, muchas otras, no aguanto semejante negación.
Y me fui sin saludar.

domingo, 22 de mayo de 2011

CIVILIZACION Y BARBARIE...





"Mi interlocutor era el capitalismo más vil"...excelente.
Odio la telefonía celular, "sus beneficios" y todo lo que tenga que ver con ella. Tengo un nokia -no recuerdo el modelo- que sirve para mandar mensajes, para hablar, y para iluminar mi cocina cuando se corta la luz. No necesito más.
Cuando los llamados por parte de la empresa para cambiar mi plan (que es el más bajo, obvio) se hicieron recurrentes, cambié el tono jocoso con el que trataba a mis amables interlocutores (cuando me decían que me iban a dar un plan acorde a mis necesidades, le respondía a la chica que si le comentaba cuales eran mis necesidades, me iba a cortar la comunicación) por uno terriblemente hostil; santo remedio: nunca más me molestaron.
Después de varios llamados (incluido uno un domingo al mediodía!), estallé: "me están llamando mucho, no me llamen más, si tengo celular es porque dejó de ser un lujo para convertirse en una necesidad" le grité, disfónico, a la chica fantasma enunciadora de beneficios. Ahora solo se esconden en el anonimato de los mensajes, que elimino inmediatamente de mi casilla.
Consejo para todos: hostilizar a los/las amables operadoras. Y que no me vengan con argumentos del tipo "pobre chica, ella tan solo tiene que cumplir con su trabajo", porque a eso opongo lo siguiente:esta bien que ella/el solo sea una pieza (insignificante desde ya) de un engranaje perverso, pero si quiero quejarme por sus llamados insoportables supongo que si le digo "pasame con el gerente para quejarme porque vos nada más cumplís órdenes", no creo que lo haga, no?..entonces que cada uno se banque lo que implica trabajar para quien se trabaja, bajo las modalidades por las que se trabaja. Y si lo hace porque "no le queda otra" (quiero creer que en la mayoría de los casos es así), que despliegue la suficiente inteligencia como para bloquear de su psiquis los efectos nocivos como consecuencia de la catara de insultos y desplantes que recibe por realizar tan asqueroso trabajo.

En la transformación del uso social de le telefonía celular que menciono antes (de artículo de lujo a artículo de primera necesidad, algo que, gracias a Dios, todavía no se extendió al facebook) reside la mayor vileza de las empresas proveedoras del servicio.
Su vileza reside, justamente, en no contemplar en lo más mínimo a sus clientes. Para qué hacerlo, si igualmente seguirán siéndolo! y, además, por cada caso de un usuario que de la baja al servicio (para pasarse a otra compañía que probablemente sea peor), habrá otro/s que se enrolarán en sus filas.
Ni siquiera se toman el trabajo de armar un lista de clientes "dóciles" y clientes "obligados". Tal cosa se podría comprobar con un mínimo llamado. Si tu cliente te dice, "ahora no", "gracias pero no" , no entienden que les estás diciendo "ahora no es NUNCA no!
Su insistencia nos obliga, está claro, a recurrir a una fórmula que se hace efectiva: un poco de hostilidad= un poco de paz.

viernes, 24 de septiembre de 2010

CARTAS ROBADAS...




Horrorizado, descubro que mi cuenta de hotmail fue bloqueada. (Cómo?, cuándo?, por qué?). Con mi brutal conocimiento de la informática y la robótica a cuestas, trato de seguir las torpes instrucciones del ordenador para conseguir la restauración de mi correspondencia electrónica. No hay caso. Error. Error. Error. Y error. Me preocupo por mi cuenta. Pienso en ella, en el pequeño archivo que guardo allí (varios cientos de mails, entre enviados y recibidos en mis 10 años de vida de comunicación cibernética), y no puedo dejar de intentar recuperarla. Muchas palabras y muchas imágenes duermen allí. Yo duermo ahí.
Recuerdo mail escritos desde un estado de alienación, como aquél escrito el domingo de las elecciones presidenciales de 2003; esa tarde de domingo me vi impulsado a salir de casa, ir a un ciber y escribir un mail que terminara: "no nos olvidemos de nosotros, recordémonos"
Mails escritos desde la furia corrosiva generada por el rechazo de la persona deseada ("Fer, estoy esperando tu mail para ir a coger; no hace falta que pagues el telo vos, podemos ir a medias, y después te invito unos ricos panchos para reponer energías") Mails tratando de declarar mi (falsa) independencia ("hay que ser uno").
Mails tratando de explicar lo inexplicable: que uno ya no quiere a quien antes quiso (“lo único que te puedo decir es que siempre traté de hacer lo mejor”).
Mails hechos básicamente para jugar con las palabras, para forzar el sentido, para imaginar una cara de sorpresa del otro lado del monitor, una mínima empatía, la ilusión de poder generar un mínima intervención sobre la cotidianeidad de los demás.
Pero también mails meramente informativos, entre amigos del grupo del colegio, amigo del grupo de mar del plata, amigos del grupo de tribunales, compañeros de facultad, primos... mails, en definitiva, que no hacen al fondo de la cuestión, pero que acompañan aquello que se va gestando en uno a través de los años.
De todo eso hoy, esta noche, me encuentro privado: no puedo ver mis mails. Sin embargo, ante mi imposibilidad, decido dejar el asunto para mañana (si no existiera el mañana...¡¿qué sería de mi hoy?!), llevar la problemática hasta las manos sapientes de mi hermano para que encuentren salida mis obturaciones tecnológicas.
Felizmente puedo entrar al blog y ver, sentir, que todos ustedes siguen allí; mirando de reojo las pequeñas andanzas de este pequeño narrador judicial.
Mi felicidad por su existencia, no opaca el brío del momento; que quede claro; le declaro la guerra a Bill Gates y a sus secuaces de microsoft.