"El que llega a los Estados Unidos con un contrato de trabajo temporario -un puesto de profesor visitante en una universidad, por ejemplo- no desembarca exactamente en los Estados Unidos. Desembarca en un lugar muy parecido pero provisorio, una especie de pre-país limpio y funcional donde el recién llegado pasará largo tiempo haciendo colas, llenando planillas, firmando solicitudes, esperando autorizaciones y sellos sin los cuales durante los próximos cuatro meses de su vida, ya bastante parecida a una pesadilla, no tendrá derecho siquiera a tener una vida."
"Todo lo que el recién llegado hace en las tres semanas más soviéticas de su vida es sortear pruebas, reunir requisitos y satisfacer condiciones para llegar sano y salvo, y en lo posible elegible, al SSN, una seña de identidad que todo el mundo considera aquí más decisiva que el ADN. Es decir que durante veintiún días el recién llegado vive para responder a una sola necesidad, la necesidad norteamericana por excelencia, la única capaz de mantener en pie un aparato burocrático que exasperaría al ciudadano cubano más tolerante: la necesidad de identificarse."
"En Estados Unidos cualquiera puede comprar un kit para falsificar documentos y un manual para cambiar de identidad, operarse la cara y fraguarse un pasado nuevo, pero nadie puede pagar en efectivo el depósito de seguridad de un departamento alquilado y mucho menos los nueve dólares con cincuenta centavos que cuesta un almuerzo promedio. Es extraño, pero en el país cuya moneda es un verdadero objeto de fe y lleva la leyenda "In god we trust", el cash es el tabú número uno. Los billetes espantan y despiertan sospechas porque no sirven para identificar, porque no dicen nada de quien los usa, y al no decir nada dicen siempre lo peor, lo más peligroso, lo que sólo puede amenazar -narco negocios, mafia rusa, pedofilia rentada- por la sencilla razón de que no figura en ninguno de los archivos donde los números de las economías del plástico, en cambio, resplandecen y delatan."
"Escuché a un etólogo de renombre anunciar en un ascensor que las ardillas estaban llamadas a ser "la especie dominante del futuro". Pregunté por qué. "Porque vacilan. En otras palabras, porque piensan", dijo el académico. Y yo traduje: "porque descreen de la identidad."
"TEMAS LENTOS " (A. PAULS)
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