"No puedo descifrar el código de Hegel y Heidegger; no es que los conceptos me sean ajenos, pero obtengo mis ideas de la vida real, no de los libros. Cuando escucho el tipo de lenguaje que usan los fanáticos y teóricos del cine, las persianas americanas bajan ruidosamente. Hay que construir películas, no deconstruirlas. Crear poesía, no destruirla. Cada vez que me encuentro con teóricos del cine, bajo la cabeza y embisto. Por suerte el cine sigue gozando de una salud de hierro. Todavía no ha recibido una dosis letal de intelectualismo."
"Me mudé a los Estados Unidos en 1995 por una única razón: Lena, la mujer oriunda de Siberia que se convirtió en mi esposa cuatro años después, estaba allí. Cuando me fui de Viena, donde estaba viviendo, renuncié a todas y cada una de mis posesiones terrenales, así como a mi idioma. Un oficial de la aduana en el aeropuerto de San Francisco se preguntó por qué no cargaba equipaje y tenía un pasaje sólo de ida. Me miró con recelo e indagó: "¿Se olvidó de buscar sus valijas en la cinta transportadora?". Cuando le dije que llevaba solamente un cepillo de dientes, me interrogaron por dos horas. Durante los primeros meses en nuestro pequeño departamento, Lena y yo contábamos únicamente con dos platos, dos juegos de cubiertos y dos copas de vino. A los invitados se les exigía que trajeran sus propios utensilios de cocina cuando venían a cenar. Así de grande era nuestra dicha doméstica."
"No hago distinciones entre actores "profesionales" y "no profesionales". Solamente hay dos tipos de actores: buenos y malos. Si para los espectadores una actuación es creíble, entonces es una buena actuación y, si un actor sale bien en la pantalla, entonces es un profesional. Lo mismo aplica en el caso de los técnicos. Un profesional es alguien que es bueno en lo que hace. Una vez conversé con el director técnico de un equipo de fútbol, y me dijo que podía darse cuenta en sesenta segundos si un jugador era talentoso y le podía servir al equipo; no le hacían falta dos semanas de entrenamiento. Lo primero es ver cómo corre el jugador, luego prestar atención a qué hace la pelota con él y después observar qué hace el jugador con la pelota. Cuando dirijo actores, me centro tanto en qué le hacen ellos a la cámara como en qué les hace la cámara a ellos. Las interacciones entre actores "profesionales" y "no profesionales" pueden ser interesantes, pero, según mi experiencia, todo funciona mejor cuando a los primeros se les informa de la situación y se les indica que hagan lo menos posible, y a los segundos sólo se les brindan las instrucciones más vagas posibles."
"Si les interesa mi opinión sobre la naturaleza, miren el cielo nocturno y consideren que es un desastre completo, cargado de un caos recalcitrante. La cualidad arrolladora del universo es el desorden y la indiferencia monumental. Es una improbabilidad estadística que tan siquiera estemos en el planeta, ese puntito minúsculo rodeado de un sinnúmero de estrellas inhabitables, hostiles y letales que hierven con furia nuclear. Con solo observar el sistema solar desde un satélite vemos lo insignificante que parece la Tierra."
"Hace unos años, viajaba en un avión que tuvo que aterrizar de emergencia. Nos ordenaron que nos agacháramos y apoyásemos la cara contra las rodillas. Me negué rotundamente. El copiloto salió de su cabina y me ordenó que adoptara esa postura poco digna. "Si todos vamos a perecer", le dije, "quiero ver lo que se me viene encima. Si sobrevivimos, también lo quiero ver. No represento ningún peligro para nadie si me siento erguido." Al final, el tren de aterrizaje se desplegó correctamente y tuvimos un aterrizaje seguro, pero me prohibieron volar con ellos de por vida. Me complace contar que la aerolínea quebró un par de años después. Tener miedo o no tenerlo solamente depende de la forma en que elegimos lidiar con nuestra propia mortalidad. Una vez que nos reconciliamos con ella, deja de ser un tema. La muerte nunca me ha impresionado."
"Tal vez, de algún modo, quiero ser ese hombre visto a la distancia, que contempla el horizonte, que mira más allá del océano embravecido hacia lo desconocido, que decide salir a descubrir la forma de la tierra por sí mismo."
"Hay algo en la obra que produje hace cuarenta años que aún atrae a la gente, pero no me engaño: mi existencia en este planeta es fugaz, y y tal vez también deberían ser así las vidas de mis películas. Jamás me atrevería a predecir que alguien las mirará en cien años. De todas formas, vivo enteramente en el presente, y en realidad me tiene sin cuidado la posteridad. Sólo existe el ir hacia adelante."
"UNA GUÌA PARA PERPLEJOS" (CONVERSACIONES CON WERNER HERZOG)
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