"La política ha sido un espacio magnético que me atrajo cuantas veces creí, equivocada o en lo cierto, que desde allí llegaba a algún llamado que debía seguir porque sintonizaba exactamente con lo que yo estaba buscando. Después de meses o años, ese llamado demostraba que me había equivocado al depositar en él tantas expectativas o que, si bien estaba en lo cierto en aquel momento, algo había cambiado en el presente."
"Algunas cosas estaban claras desde el principio: mi meta no era casarme ni formar una familia ni tampoco tener hijos dentro o fuera del matrimonio. Algunos hombres me lo reprocharon. No conocí el deseo reproductivo o multiplicador. Entre mis proyectos no figuraba reformar la institución familiar, tal como la había conocido, sino independizarme de ella. Mi objetivo era la autonomía completa, no la reforma de algunas costumbres o la obtención de algunos permisos. Mi feminismo era instintivo, poco refinado, ignorante."
"Las escenas son los objetos, porque son mediadores esenciales para que las personas vivan en ellas. Muchas historias comienzan por los objetos: la carpeta que adorna la mesa ratona, la fuente de plata sobre el aparador, el florero art decó junto a la biblioteca. Esos objetos construyen un mundo social al que pertenecemos desde el comienzo, aun sin darnos cuenta. Naturalizamos los objetos hasta que, alguna vez, quizá, vemos que su disposición difiere de la que encontramos en otra parte. Sociedad y cultura. "
"Me atraía la resistencia al sentido, no su apertura. Entender de inmediato llegó a significar, para mí, que lo que se entendía no valía la pena. Si cualquiera lo entendía al instante, mejor dedicarse a otra cosa, porque era más excitante destruir obstáculos que no encontrarlos. También se podían pasar por alto las dificultades, dejas esos detalles incomprensibles para que el futuro los resolviera o fingir que no existían. A veces lo que leía sonaba como si hubiera sido escrito en una lengua extranjera, de la que reconocía palabras pero no significados."
"Las marcas sociales, que más tarde me ocupé de investigar, eran indelebles. Mi abuelo había sido inmigrante; sus hijas habían sido maestras; para no dilapidar la herencia, yo tenía que llegar más lejos. Pero yo quería "hacerme". No fingir sino diseñarme, aunque entonces ignorara el sentido de esa palabra. Lo más claro que podía ofrecer como explicación era "ser diferente". En este punto se combinaban pulsiones que desconozco hasta hoy, elecciones que no obedecían a esas pulsiones y otras que las confirmaban. Era un camino complejo y aun no había tomado conciencia de que me comprometería para siempre. Nunca se sabe del todo cuál es el momento que podemos llamar "comienzo". ¿Cuando escuché el primer elogio o cuando sentí la primera humillación?"
"En la escuela repetía esta conducta bipolar: obediente y desobediente, en una síntesis de opuestos irreductibles según la ley. Era prolija y obsesiva dentro del aula y en mi cuaderno de clase, pero antipática y rebelde en cuanto ponía punto a un problema matemático o a la ortografía de un dictado."
"El buen gusto resulta de un largo y terco trabajo, incluso para los nacidos dentro de alguna élite. Necesita un camino seguido por elección o por herencia. Nada más complicado que ensamblar una estructura de conocimiento y sensibilidad que reacciones instantáneamente. Nada más contradictorio que producir un efecto innato. El buen gusto innato es, en verdad, una capacidad adquirida. Se nace como rústico animal humano, y solo el medio y el trabajo provocan cambios que, a veces, llegan a parecer de "toda la vida". Victoria Ocampo cuenta esta historia, donde se arma y se desarma lo recibido, donde se traiciona lo que pareció innato y se abre el espacio de lo desconocido."
"Y además estaba Eva Perón. Eva murió en 1952; al año siguiente, el Ministerio de Educación organizó, en todas las escuelas, una competencia nacional de escritos sobre ella. Yo tenía 11 años y gané una mención en ese concurso."
"En el origen (en la primera infancia) no hay nada. Sobre esa nada actúan la familia y la clase. Pero tienen que competir con los medios masivos de comunicación. Los chicos son extremadamente sensibles a las formas de la cultura industrial, porque ese es su primer territorio educativo. El gusto se forma como una geología de fractales, donde emergen napas de distintas proveniencias."
"Mi recuerdo político más remoto corresponde a una manifestación de apoyo al coronel Perón. Es difícil que haya sido el 17 de Octubre de 1945, porque entonces yo tenía 3 años. Quizá sea el deseo de un recuerdo, el deseo de poder decir "yo estuve ahí". Que alguien fabrique un recuerdo porque piensa que será excepcional para quien lo conserve es una rara estrategia que busca resguardar la dimensión subjetiva de la historia."
"Durante años pensé que, si me produje a mí misma, fue con algunas ayudas. Analizarme, también durante años, me permitió ver que casi nada fue autoproducido. Estaba mi padre, en primer lugar; estaban mis tías; y estaba el encono y la distancia que me separaba de mi madre. Hoy reconozco que no fui capaz de hacer por ella lo que hice por una de mis gatas."
"Adoré Buenos Aires antes de saber, o de reconocer, que se puede adorar una ciudad con la misma intensidad con que se ama a un ser humano. Nunca pude abandonarla por más de seis meses seguidos, ni siquiera durante la dictadura militar. Si me tenían que agarrar, que fuera acá y que todo terminara."
"De mi padre me gustaban sus defectos. Un erotismo de los defectos me unía a él profundamente. Fue mi tipo de hombre en su permanente elección de caminos que los desviaban de aquello que las costumbres indicaban como apropiado. No encontré en ninguna mujer un modelo con la misma capacidad persuasiva."
"Hablar con desconocidos sigue siendo para mí una forma sorprendente del diálogo, donde todo se juega en el presente de la consigna política o del volante y nada en el pasado compartido de quienes ya se conocen."
"Sucedió, sin embargo, que mi obsesión por el trabajo (por la escritura diría, sino fuera una petulancia) y durante muchas décadas por la política, construyeron una especie de valla contra ciertas inclinaciones que, en mi adolescencia, parecían enemigas de los límites. No fui alcohólica porque me gustaba leer y escribir. Paradoja: el alcoholismo de mi padre pudo haber provocado mi imitación servil y amorosa; pero también fue el espejo donde no quise reflejarme: aunque quería ser idéntica en todo a ese hombre, rechazaba una de sus dimensiones."
"Es posible que yo sea lo que quiso mi padre, pero modelada en una sustancia diferente de la suya; como si me hubiera impreso una forma, pero no la hubiera rellenado con su sustancia. Creo que le habría gustado saber que nadie, nunca, me dio la extensión de una tarjeta de crédito. Eso resume mi independencia y también mi falta de compromisos. Puedo agradecer muchas cosas, menos la asistencia económica. Como diría Perón: independencia económica y soberanía política."
"No entender fue mi experiencia primera y definitiva. Comencé no entendiendo y, casi enseguida, acepté que ese era el punto de pasaje a todo lo que valía la pena. Convencida de que entender era un trabajo, me acostumbré a que ese trabajo fuera un placer. Ni el camino del arte ni el del pensamiento son una línea recta."
"No entender nos coloca frente a lo desconocido, al ofrecernos la oportunidad de ampliar el espacio en el que vivimos y pensamos. Ofrece la oportunidad, no la seguridad."
"NO ENTENDER" (B. SARLO)
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