Mostrando entradas con la etiqueta EL DEPORTE Y EL HOMBRE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EL DEPORTE Y EL HOMBRE. Mostrar todas las entradas

sábado, 26 de marzo de 2022

EL GENIO MALVADO...

 



"Le puedo ganar a cualquiera pero también puedo perder con cualquiera", declaró Nick Kyrgios después de su triunfo de ayer (6/3, 6/0 frente un top ten).

Kyrgios es único. Así como Messi hace jugadas que uno no entiende cómo las hizo (y como las hizo con tanta facilidad), en Kyrgios uno encuentra tiros que nunca vio en otros jugadores. Busca tanto entretener como hacerse odiar. Fue sancionado en más de una oportunidad por sus reiteradas indisciplinas. Buena parte de los tenistas del circuito lo detestan. Se nota en la forma en que lo saludan al terminar el partido; casi sin mirarlo, casi sin darle la mano. Kyrgios fue el que puso en debate si era "ético" sacar de abajo. Si era "ético" pegarle a la pelota entre las piernas como primer recurso y no como último.
"No soporto esa necesidad que tiene Djokovic de buscar que todo el mundo lo quiera" . Kyrgios, en cambio, parece debilitarse cuando se "porta bien", y encontrar su alimento en las provocaciones. El mismo Nadal ha declarado que Kyrgios tiene condiciones para ganar un gran slam si tan solo se tomara el deporte como un verdadero profesional. A lo que Kyrgios respondió: "mi modelo no es Nadal, no juego para quedar en la historia, yo juego por la plata y para divertir a la gente."
Y cumple.

domingo, 25 de octubre de 2020

PONER EL CUERPO



Una lástima que en su libro "Del deporte y los hombres" Roland Barthes no haya analizado el rugby.

Qué es el deporte? Qué es lo que le ponen los hombres al deporte?
En el rugby, no tengo dudas, el valor que se pone en juego es el coraje. A diferencia del boxeo, en el que el objetivo no es otro que lastimar al adversario, en el rugby el objetivo es el mismo que en el fútbol, el tenis o el basquet anotar más puntos que el rival; pero con una pequeña gran diferencia: en ese intento por anotar más puntos lo que se pone en juego es el cuerpo. El cuerpo, en el rugby, todo el tiempo está en riesgo.
Será por eso que me genera, a la vez, cierta fascinación y cierto rechazo. A la pregunta ¿soy un cuerpo o tengo un cuerpo? (cuya respuesta, si pensamos en ciertos personajes televisivos, se genera inmediatamente), el rugby viene a decir "soy un cuerpo, sí, pero no un cuerpo moldeado para su contemplación impoluta. sino un cuerpo moldeado para lidiar con el dolor.
Fascinación y cierto rechazo según el momento. Porque la pregunta que sigue es: "dolor para qué? para demostrar qué? Para conseguir qué cosa? en nombre de qué causa?
A todas esas preguntas se responde con el título del libro de Herzog: "la conquista de lo inútil"
Y Barthes me recuerda lo siguiente: "en el deporte, el hombre vive el combate fatal de la vida, pero ese combate está distanciado por el espectáculo, reducido a sus formas, liberado de sus efectos, de sus peligros y sus vergüenzas"
Y, nobleza obliga, decir que el partido de los pumas contra Francia por el tercer puesto en el mundial del 2007 quedó, en mi memoria, como uno de los momentos deportivos más emotivos que haya visto, del deporte que menos emoción me genera.
Y que la corrida de Corleto en el try que convirtió en ese partido, hace que seguir asociando al pájaro Caniggia con el apodo "el hijo del viento" resulte ridículo.
El riesgo del cuerpo, la materialidad del viento, y cierta sensación de libertad, creo, los pilares de mi emoción de aquella tarde.