domingo, 26 de diciembre de 2021

MIRANDO AL INTERIOR...

 



"No mires arriba" parece un eslabón perdido de "Los Simpson", o una tapa de la revista Barcelona hecha séptimo arte. El cinismo filoso genera algo ambiguo: según el día, nos reconforta (nos gusta mover el pie en sintonía con la idea de que no participamos de la brutalidad que hay a nuestro alrededor) o nos deprime (nos angustia no saber bien qué hacer ante eso que se nos presenta como el curso ineluctable de este tiempo).

La película está dirigida por el creador de "La gran apuesta", un maestro absoluto del montaje. Allí también había mucho cinismo, pero también personajes que marcan un quiebre con ese mundo que se nos presenta, y diálogos memorables (pienso en la entrevista laboral de la escena inicial, o en la carta a los inversores para comunicar el cierre el fondo de la escena final). Acá, en "No mires arriba", no hay lugar para espectadores débiles.
Nos reímos de lo que ya sabemos: el funcionamiento de las corporaciones, la crisis de representación política a escala global, el funcionamiento perverso de los medios y la "democracia versión siglo XXI" a partir del auge de las redes sociales, para constituir un lugar abstracto (un "no-lugar") desde el que pareciera ser que son muchos, muchos, muchos los que tienen ganas de hablar desde una especie de presente absoluto, y pocos, muy pocos, los que quieren escuchar.
Nos reímos, sí. Y después, qué hacer?

martes, 21 de diciembre de 2021

LOS AMIGOS Y SUS DEFECTOS...




Algo raro de mi relación con J.P. Feinmann: es el autor de uno de los libros más patéticos que recuerde haber leído: "el flaco". Un libro en el que el lector esperaba algún tipo de iluminación en relación a la figura de Néstor Kirchner, y en su lugar nos encontramos con largos , muy largos pasajes en los que el autor parece olvidarse del supuesto objetivo del libro, para hacer alarde de la convocatoria que tienen sus seminarios, e incluso para darse el lujo de discutir con...Nicole Neumann!. Al parecer Feinmann consideró necesario aclarar que no le interesa salir en la tapa de la revista gente, y de hacerle saber a la ex modelo que a él no le importa si ella no lo considera como posible pareja, porque de todos modos él está para otra cosa; "soy un guionista de cine internacional" dice José Pablo.

Con "el flaco" , literalmente, hice un asado. Y me juré nunca más comprar un libro de este señor.
Y sin embargo ( neurosis pesa y nobleza obliga), algo de este tipo insoportable tuvo que haberme afectado, porque luego leí otros libros en los que, invariablemente, se me presentaba el trabajo de hacer que la ideas tengan más voz que la propia voz del autor.
En términos de personalidad, el contraste con Horacio González era absoluto ( lo que se ve reflejado en las intervenciones de cada uno en el libro que reúne sus conversaciones). En términos políticos, el recorrido de sus vidas parece haberlos llevado por un camino en la búsqueda de la defensa de las mayorías. La búsqueda de ese camino es lo que, creo, hace que podamos dejar de lado el narcisismo espeso de Feinmann y volver a tomar alguno de sus libros o leer sus artículos . Es lo que tuvo que haber operado en mí para no descartar definitivamente su figura.
Recuerdo que en su contratapa en página 12 por la muerte de Horacio González, advirtió que estaba cerca del final: "Espérame Horacio que me falta poco".
José Pablo se puede ir con esa tranquilidad: va a estar acompañado por su amigo y los dos nos van a acompañar en tiempos en los que parece urgente identificar a ese otro al que queremos sentir como un interlocutor válido.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

HABITANTES DE LA NOCHE...

 


Anne Rice
Cántico de sangre (fragmento)

"Deseo ser santo. Deseo salvar a millones de almas. Deseo hacer el bien en todo el mundo. ¡Deseo combatir el mal! Deseo ver mi estatua, realizada a tamaño natural, en todas las iglesias. Mido un metro ochenta centímetros de estatura, tengo el pelo rubio y los ojos azules.
Un momento.
¿Sabe usted quién soy?
Estoy pensando que quizá sea usted un lector nuevo y todavía no haya oído hablar de mí.
En tal caso, permítame que me presente, cosa que me encanta hacer al comienzo de cada uno de mis libros.
Soy el vampiro Lestat, el vampiro más potente y entrañable que haya sido creado jamás, un ser sobrenatural impresionante, de doscientos años, aunque fijados para siempre en la forma de un varón de veintidós años con unas facciones y un cuerpo por los que usted estaría dispuesto a morir... y quizá lo haga. Soy increíblemente ingenioso e innegablemente encantador. La muerte, la enfermedad, el tiempo y la gravedad no significan nada para mí.
Sólo tengo dos enemigos: la luz del día, que me convierte en un ser inerme y vulnerable a los rayos abrasadores del sol, y la conciencia. Dicho de otro modo, estoy condenado a ser un habitante eterno de la noche y un vampiro eternamente atormentado. "

jueves, 9 de diciembre de 2021

MOVER MONTAÑAS...

 



"El verano pasado pasé mucho tiempo como voluntario en una residencia de ancianos. Le leía "La divina comedia"  de Dante a un hombre mayor, el señor Shulman. Un día le pregunté de dónde era y el me respondió,  "de justo al este de aquí, de las Rocosas". Y yo le dije: "Señor Shulman, las Rocosas están al oeste de aquí". Y él hizo un voilà con las manos y dijo: "muevo montañas". Me quedé con eso. La narrativa o mueve montañas o es aburrida."

"Creo que toda buena escritura de alguna manera trata la soledad y actúa como un antídoto contra ella. Todos estamos terriblemente solos. Y hay un modo, al menos en narrativa, que te permite intimar con el mundo y con mentes y personajes con los que no es posible hacerlo en el mundo real. No sé lo que estás pensando. No sé mucho de ti como tampoco sé mucho de mis padres o de mi amante o de mi hermana, pero una obra de ficción que lo sea de verdad te permite intimar con...no quiero decir que con la gente, sino que te permite intimar con un mundo semejante al nuestro en suficientes detalles emocionales como para que podamos trasladar al mundo real ese modo diferente de sentir las cosas. Creo que lo que me gustaría que hiciera lo que escribo es que la gente se sintiera menos sola."

"Según lo veo yo, el 50 % de lo que hago es malo, y es así como va a ser, y si no puedo aceptarlo, entonces es que no estoy hecho para esto. El truco está en saber qué es malo y no permitir que los demás lo vean."

"El arte aceptable sería aquel que localiza y efectúa una reanimación cardiopulmonar sobre aquellos elementos mágicos y humanos todavía vivos y resplandecientes a pesar de la oscuridad de los tiempos. La narrativa realmente buena podría tener una cosmovisión tan oscura como quisiera, pero encontraría el modo de representar ese mundo oscuro y de iluminar las posibilidades de estar vivo y ser humano en su interior."

"Lo que resulta atrayente y artísticamente auténtico es, considerando como axioma que el presente es grotescamente materialista, ¿Cómo es que en tanto seres humanos aún tenemos la capacidad de alegrarnos por cosas que no tienen precio, de ser caritativos, de relacionarnos genuinamente? ¿Se puede hacer prosperar esas capacidades? Y si es así, ¿cómo?, y si no, ¿por qué no?"

"La ironía posmoderna y el cinismo se han convertido en un fin en sí mismos, en una medida de la sofisticación en boga y el desparpajo literario. Pocos artistas se atreven a hablar de lo que no funciona en los modos de enfocar la redención, porque a todos esos ironistas hastiados les parecerá un rollo sentimental e ingenuo. La ironía ha pasado de liberar a esclavizar. Hay un gran ensayo en algún sitio que contiene una frase acerca de que la ironía es la canción del prisionero que llegó a armar su jaula. La ironía posmoderna se ha convertido en nuestro medioambiente."

"Son destellos breves. Y así no me siento solo, intelectual, emocional y espiritualmente. En la narrativa y la poesía me siento humano y acompañado y como en medio de una conversación profunda y significativa con otra conciencia de un modo que no experimento con otro tipo de arte."

"El arte serio es aquel en el que las cuestiones complejas y difíciles adquieren urgencia y humanidad y realidad; y ahora mismo el clima político en Estados Unidos es tan desagradable, irreflexivo, egoísta, patriotero y materialista que probablemente nunca antes el arte serio haya sido más necesario. Sin embargo, el arte serio provoca incomodidad en las personas -esa es su intención- y parece que partes enormes de nuestra población están dispuestas a hacer todo lo posible para evitar que se les incomode; y hemos elegido líderes lo suficientemente débiles y cortos de miras como para estar dispuestos a aprovechar la situación."


"CONVERSACIONES CON DAVID FOSTER WALLACE"