domingo, 30 de mayo de 2021

EL SOL EN EL BOLSILLO...

 



"En países donde impera la salud pública y en los que hay una fuerte regulación de precios de medicamentos, el sector conocido como "Big Pharma" suele pasar desapercibido. Pero en países como Estados Unidos es sinónimo de maldad corporativa. Después de años de aumento de los precios de los tratamientos y de su papel protagónico en la crisis de los opioides, esta industria es vista como poco confiable. Lo mejor que le pudo pasar fue la pandemia, que le dio la oportunidad de redimirse, revertir décadas de mala imagen y obtener ganancias ilimitadas.

Hoy se muestran como los grandes vencedores. Y en efecto, es un hito científico de la misma altura que el programa Apolo, no una sino varias vacunas eficaces y seguras fueron desarrolladas a casi un año del descubrimiento del virus SARS-Cov-2- El pequeño gran detalle es que ninguna de las vacunas autorizadas para su uso de emergencia surgió exclusivamente de los programas de investigación internos de estas empresas. Todas recibieron una inyección masiva de dinero público, y se basaron en investigaciones anteriores financiadas con fondos públicos.
En realidad, la principal contribución de las grandes farmacéuticas fue la logística para organizar los ensayos clínicos a nivel mundial -en los que participaron países del Sur global como Argentina- y acelerar la producción en tan solo unos meses. A cambio, los gobiernos simplemente recibieron la oportunidad de comprar las vacunas resultantes a precios ligeramente por debajo del mercado.
Las compañías farmacéuticas asumieron escasos riesgos a la hora de desarrollar la vacuna y ahora cosechan las ganancias y protegen celosamente sus patentes, mientras miles de personas mueren por día.
De hecho, la pandemia no solo mató a más de diez millones de personas, según las nuevas estimaciones, también creó 40 nuevos billonarios, entre ellos el director ejecutivo de Moderna.
En este contexto de nula colaboración internacional apareció un nuevo desequilibrio: la brecha entre países ricos y pobres se amplió. Los países de ingresos más altos , que representan el 16 % de la población mundial, compraron colectivamente mil millones de dosis más de las que necesitan: Gran Bretaña ordenó más de 9 dosis por cada adulto y Canadá más de 13. Hoy están cerca de vacunar a la mayoría de sus poblaciones.
En contraste, solo el 0,3 % de las más de 1.250 millones de dosis que se han aplicado en el mundo se administraron en países de ingresos bajos y medios, que recurrieron a Rusia y China para proteger a su población. Mientras que en Estados Unidos ya se vacunaron adolescentes, 7.000 millones de personas aguardan recibir un pinchazo y el coronavirus sigue devastando los países más pobres de Asia, América Latina y África.
Vacunar contra el coronavirus a toda la población del mundo no solo es un imperativo moral. También debería preocuparles a los propios habitantes de los países ricos que ya han sido vacunados: al acceso desigual a las vacunas amenaza la vida en todas partes. Cuantas menos personas se vacunen, más probable será que surjan variantes resistentes a las vacunas. A los únicos que les conviene que las cosas sigan como están es a las grandes farmacéuticas, ya que les garantiza ingresos millonarios permanentes en forma de dosis de refuerzo por varios años.
En la historia de las pandemias y de la ciencia hay varias lecciones para tener en cuenta. En una entrevista en los años 50, el periodista Edward Murrow le preguntó a Jonas Salk quién era el propietario de la patente de su vacuna contra la polio. El virólogo estadounidense respondió: " Bueno, la gente, diría yo. No hay patente. ¿Podrías patentar el sol?"
"LA GUERRA DE LAS PATENTES" (LE MONDE, JUNIO 2021)

jueves, 27 de mayo de 2021

ETAPAS DE LA VIDA, CIUDAD DE BUENOS AIRES...




 Consultado en su momento , Matthew Perry fue muy preciso en su análisis. "Friends" retrataba la vida de un grupo de amigos entre los 25 y los 35 años, etapa en la que , muchas veces, las piezas en nuestra vida cambian de lugar: los amigos se vuelven, ( aunque no siempre, claro), nuestra familia, y nuestra familia de origen queda en un segundo plano, para volver a integrarse nuevamente a nuestras vidas con la creación de una nueva familia ( la que se crea, en general, después de la etapa que comprende friends).

Friends es ese paréntesis posible y amable en la vida de una persona. No debería sorprendernos, entonces, que sea considerada la serie más importante de la historia. Hecha cuando todavía internet y los celulares estaban en pañales, sigue siendo vista ( hoy) por millones de personas, muchos de ellos nativos digitales. Nativos digitales o no, todos queremos ser jóvenes y tener amigos.
En base a este análisis, está claro que una continuación de la serie, hoy, no podría tener sentido. No si la intención es conservar el espíritu de la original.
Y la "reunión" televisada ( una especie de encuentro de ex/ compañeros de colegio, ahora cincuentones, para recordar anécdotas graciosas y comparar envejecimientos) tampoco puede reconfortar ( sí a sus cuentas bancarias, pero no a nuestros corazones)
Friends no tiene que venir a nosotros; cuando los necesitemos ( y en esta cuarentena larga sabemos que los necesitamos) somos nosotros los que iremos a buscarlos a ellos.

lunes, 24 de mayo de 2021

QUERÍAMOS TANTO A ARNOLD...

 



En este fin de semana largo sin calles, ni deporte, ni sol, vuelvo a ver después de mucho tiempo Terminator 2. La película cumple 30 años de su estreno. La vuelvo a ver no tanto como vía de escape de esta realidad (hacia mi infancia, en que apareció esa película) sino para confirmar que, efectivamente, Arnold viaja desde el 2029 hacia los noventa y, al relatar a John Connor el periplo que atravesó la humanidad en ese lapso, en ningún momento habla de una gran peste que comenzaría a fines de 2019!

Si Terminator ( 1 y 2) representaron lo que representaron, no fue solo por lo fascinante de la historia, ni por la presencia imponente de Arnold, sino también porque, entre tiros, explosiones, persecuciones y viajes en el tiempo, la película encerraba un gran drama: el de pensar la idea de la paternidad en un mundo a punto de llegar a su fin. No vi el resto de la saga; no necesito verlas para intuir que son puro desperdicio; dejando de lado el obvio afán de lucro, ninguna de ellas creo que haya sido capaz de conservar ese aura dramática.
Ahora que lo pienso, todas las que considero grandes películas (taquilleras o no, y ya sea que se cataloguen a nivel industrial como "dama", "suspenso", "ciencia ficción" o incluso "comedias") tienen -de forma más o menos perceptible- un aura dramática que las constituye y les da su potencia y -en consecuencia- es lo que constituye la condición de posibilidad para permanecer en la memoria de los espectadores a través del tiempo.
La música juega otro papel clave. No me gusta, en general, la música en el cine. Pero cuando funciona, funciona sobremanera.
Recuerdo, viendo "Foxcatcher", haber entendido que, sin música -y sin el recurso de la cámara lenta- el director de la película no podría lograr que el espectador piense lo que está viendo en el mismo momento en que lo está viendo; por lo general uno suele pensar la película (si es que la vale la pena pensarla) cuando la terminó de ver; no durante.
Podemos decir entonces que, así como en la oración el adjetivo que no da vida mata, en el cine la música que no da vida también mata; pero la que da vida da mucha vida.
La leyenda de Terminator, entonces, le debe mucho a su banda sonora.
También veo un corto actual, "Dos perfectos desconocidos" que, a pesar del tono pedagógico sobre el final, me gustó mucho. Pero esa es otra historia.

sábado, 22 de mayo de 2021

TODOS LOS FUEGOS, EL FUEGO...

 



"En mi opinión de neoyorkina aterrorizada y entristecida, Estados Unidos de América nunca ha parecido estar más lejos del reconocimiento de la realidad que ahora que ha tenido que hacer frente a la monstruosa dosis de realidad del martes 11 de Septiembre. Resulta pasmoso y deprimente constatar el trecho que separa, por una parte, lo que sucedió ese día y lo que deberíamos comprender de todo ello, y por otra, el puro engaño y la estupidez autocomplaciente que transmitían a bombo y platillo prácticamente todas las personalidades públicas de la clase dirigente estadounidense y sus comentaristas televisivos. Las voces autorizadas a exponer el seguimiento de los acontecimientos parecen haberse unido en una campaña dirigida a tratar al público como si fuéramos niños. ¿Quién de todos ellos ha admitido que no se trataba de una agresión "cobarde" contra "la civilización" o contra "la libertad", "la humanidad" o el "mundo libre", sino un ataque contra Estados Unidos, la autoproclamada superpotencia mundial, un ataque que es la consecuencia de las acciones e intereses específicos estadounidenses? ¿Cuántos norteamericanos saben que aún continúan los bombardeos norteamericanos contra Irak? Y, ya que hablamos de "cobardes", ¿no habría que aplicar este calificativo  a los que matan desde lejos, desde el cielo, fuera del alcance de posibles represalias, en vez de tildar así a quienes están dispuestos a sacrificar su propia vida para matar a otras personas? Hablando de valor -una virtud moralmente neutra-  algo que se puede afirmar sobre quienes perpetraron la matanza del pasado martes es que  no eran cobardes precisamente.

Cueste lo que cueste, los dirigentes estadounidenses se empeñan en hacernos creer que no pasa nada, que todo va bien. Estados Unidos no tiene miedo. Nada quebranta nuestra resolución. "Esos" serán cazados y castigados (quienes quiera que puedan ser). Tenemos un presidente-robot que nos asegura que la patria siempre ha tenido la cabeza bien alta. Muchas personalidades públicas de todo tipo y condición, opuestas con vehemencia a la política exterior de este gobierno, no tienen reparos en decir y repetir lo mismo una y otra vez: "respaldamos todos unidos al presidente Bush". Nos han asegurado que todo marchaba bien, o casi, incluso durante un día marcado por el sello de la infamia, incluso aunque Norteamérica estuviera ya metida en guerra.  Pero no todo marcha bien. Y esto no es Pearl Harbor. Va a ser necesaria mucha reflexión sobre el fallo colosal de los servicios secretos estadounidenses, sobre las opciones posibles que se barajan para la política exterior de la nación, en concreto en Oriente Próximo, y sobre lo que se considera  un programa inteligente de defensa militar.

La unanimidad de la retórica moralizante emitida sin límites por los dirigentes y por los medios de comunicación estadounidenses en los últimos días para enmascarar la realidad no es digna de una democracia madura.

La psicoterapia ha sustituido a la política, en este caso a la política de una democracia (que implica desacuerdos y anima a la sinceridad). De acuerdo, suframos juntos. Pero no hagamos el estúpido todos juntos. Un poco de conciencia histórica puede ayudarnos a entender qué es exactamente lo que ha sucedido y qué más podría suceder.

"La nuestra es una nación fuerte", nos repiten sin cesar. A mí eso no me consuela mucho, la verdad. ¿Quién puede dudar de que Estados Unidos es un país fuerte? Lo que ocurre es que no debería conformarse con ser sólo eso"


SUSAN SONTAG (LE MONDE, 17/9/01). "EL MUNDO DESPUÉS DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001"

domingo, 9 de mayo de 2021

LAS PALABRAS QUE CURAN...

 



"Para mí, la literatura fue al comienzo, y sigue siendo, una espacio vacío, en dos sentidos de esta última palabra: primero, vacío como "vaciado", en el sentido en que lo usan los escultores, vale decir el espacio modelado por el retiro de figuras de bulto que son las artes, la ciencia, y también la vida: las aventuras, el amor.  Y segundo, vacío como espacio libre, y aquí debía estar prodigiosamente vacío para permitirme evolucionar con toda la libertad necesaria, y se necesita muchísima, para volver a crear todo lo que se ha retirado. Los dos sentidos se condicionan mutuamente, y no sé cuál estuvo antes. Por alguna razón nunca pude ver a la literatura como una entidad sustancial. A pesar de lo cual siempre estuvo en el centro de mi vida, en el centro vacío. Creo que esto provino de una percepción, que debí de hacer en la infancia, de mi definitiva incapacidad para practicar en los hechos algún arte; o bien esta percepción fue secundaria, y complementaria,  a la convicción más grave de que no podría hacerme cargo de mi vida, de que la realidad rechazaría mi trato. Y como yo quería vivir a pesar de todo, por un imperativo que comparto con todos los seres,  me hice un nicho en el vacío que dejaban las diversas imposibilidades de la acción. Esto, que reconstruyo como un mito, no fue un gesto de resignación sino todo lo contrario: fue un loco permiso a la más desmesurada ambición. Ya que se me negaban los dones para practicar cualquier arte, hasta el de vivir, me proponía dominarlos a todos. La elección de la literatura es bastante obvia, por las pocas exigencias que pone para la representación, por su contigüidad con la fantasía: el que no puede pintar o componer música, puede describir cuadros o conciertos, el que no vive aventuras, las puede contar. El que no puede escribir poemas o novelas, puede escribir cómo los haría. La literatura no se me iba a entregar más que la pintura o la música o las mujeres o el dinero o la acción, así que la puse a ella también en el cerco de planetas girando a mi alrededor, inalcanzables para mí pero dominándome de todos modos. Sus campos gravitacionales combinados me daban vida, me mantuvieron con vida, y la incoherencia de sus distintas fuerzas actuando sin descanso sobre mí me dieron  el movimiento frenético, inconexo, sin efectos, que ha sido la marca de mi vida de escritor."


"Misericordiosamente, no se necesita talento: basta con el pensamiento , y ni siquiera con el pensamiento de la inteligencia  sino el mero "pensamiento ciego", el que puede seguir haciendo cálculos allá donde no alcanza la sensibilidad o la intuición. Las construcciones  resultantes se parecen a ficciones o mitos. El mismo mito que me hace escritor me hace músico, y escultor, y naturalista, y padre de familia, y feliz."


C. AIRA ("MIS INTERESES LITERARIOS" DE "LA OLA QUE LEE")

domingo, 2 de mayo de 2021

EL NIÑO EN EL HOMBRE...




 "Fue famosa la aversión de Borges por la literatura infantil. Hombre de otra época, era natural que la viera como una aberración, consecuencia deplorable de la expansión de la industria editorial y de la segmentación interesada de los mercados."

"Habría que preguntarse por la relación intrínseca entre literatura e infancia, relación original, y persistente aun en un lector tan civilizado como Borges. Uno empieza a leer porque es un niño, porque no tiene otra cosa que hacer, porque está disponible para los sueños ajenos; esos motivos se mantienen intactos en el lector adulto, y le dan una buena razón para respetar al niño que fue."

"Podemos coincidir en que el pecado original de la literatura infantil, más industria que género, está en este corte y separación de los dominios de la infancia y la vida adulta. Razonando mi propia aversión a la literatura infantil, yo agregaría que lo que la hace subliteratura es que no inventa a su lector, operación definitoria de la genuina literatura, sino que lo da por inventado y concluido, con rasgos determinados por la sospechosa raza de los psicopedagogos: de 3 a 5 años, de 5 a 8, de 8 a 12, para preadolescentes, adolescentes, varones, niñas; sus intereses y gustos se dan por sabidos, sus reacciones están calculadas. Queda obstruida de entrada la gran libertad creativa de la literatura, que es en primer lugar la libertad de crear al lector, y hacerlo niño y adulto al mismo tiempo, hombre y mujer, uno y muchos."

"La literatura está brotando siempre de su fuente primigenia, la infancia, y toda separación es nefasta. En la tarea de reintegrar el origen, un preliminar necesario es la reunificación de los estadios de la vida, o la devolución de la infancia al lector adulto, que es donde debe estar."


"CONTRA LA LITERATURA INFANTIL" (C. AIRA, PÁGINA 12, SUPLEMENTO RADAR, HOY)