martes, 28 de mayo de 2024

FUERA DE LA REALIDAD...




"Alguien decía que de su padre conservaba tres fotos, de su abuelo una sola, y de él tenia varios miles, en el teléfono, la computadora, en pendrives y cds. En efecto, hoy día se toman fotos todo el tiempo en todas partes. La abundancia hace que no se les dé importancia. En la era de la imagen nada más devaluado que la imagen. La abundancia devalúa. Y en la sociedad de consumo todo parece abundar. Hace cien años las fotos eran objetos raros y preciosos, y hasta debían conservar algo del prestigio de lo mágico, aun cuando estaban al alcance de casi cualquier familia. Sería bueno que volviera a haber algo así. Un programa de acción para alguien que quisiera enriquecer al mundo, cuando todo el esfuerzo está puesto en crear y multiplicar la abundancia, sería crear nuevas escaseces." 

"La imagen digital es fantasma del objeto. Tengo la teoría de que el objeto va a volver, con toda su realidad, su dignidad, su belleza, su apelación a los cinco sentidos. No creo que la humanidad se resigne al mundo espectral de las pantallas, teniendo a su alcance a los objetos. Sobre todo porque el objeto nunca se fue del todo. Los mismos dispositivos del mundo digital, pasablemente fetichizados,  están ahí para recordarlo."

"A propósito de los altos precios a los que Picasso podía vender sus cuadros, la imaginación popular forjó la leyenda según la cual cuando quería algo, lo dibujaba (vendía el dibujo y con ese dinero compraba el objeto deseado).

Recuerdo haber leído lo que parecía un episodio de un cuento infantil, aunque lo daban por verídico:  Picasso caminando por el campo encontraba a una viejecita, charlaba con ella, le oía decir que su ambición nunca realizada era tener una casa propia. Sacaba un bloc del bolsillo, dibujaba una casa, firmaba y le daba la hoja a la señora.

Ahora bien. William Rubin, que fue director del MoMA y amigo de Picasso, cuenta en sus memorias que cuando dibujaba algo, Picasso tenía que hacerlo una y otra vez, la primera nunca lo satisfacía, debía "calentar la mano" y repetir varias veces hasta que le saliera bien. Curioso dato, tratándose de un artista de legendaria seguridad en la improvisación. (Y no hay motivo para dudar de la palabra de Rubin)

El que crea lo dicho en el primer párrafo y sepa lo del segundo podría llegar a la conclusión de que las insatisfacciones y repeticiones de Picasso no se debían a escrúpulos o dudas estéticos (¿cuáles podría tener, el más grande de los pintores modernos?) sino a la eficacia mágica de valor de cambio que tuviera el dibujo."

"Cuando uno toma una pastilla para remediar o aliviar algo, lo hace con un trago de agua. El efector sanador, si se produce, lo atribuimos a la pastilla, pero en realidad la que lo produce es el agua con que la tragamos. Tantas veces para lo mismo, tanto nos equivocamos sobre lo que actúa y lo que acompaña. Eso es porque nunca nos pasa algo por acción de un sólo agente, siempre son por lo menos dos, el importante y el accesorio, y es fácil confundirlos, ya que el efecto se desprende de los dos sin dejar dicho de cuál lo hizo. Y el error puede ser más frecuente si interviene un tercer agente, que siempre lo hay. En el ejemplo de la pastilla, además del agua está el vaso que la contiene."

"El habitante de las ciudades modernas ve tantos reflejos como cosas, si no ve más reflejos que cosas, tomando en cuenta que las cosas, en tanto tengan una superficie pulida, están cubiertas de reflejos, por lo que es difícil ver una cosa sin ver también un reflejo, o dos. Las grandes superficies vidriadas, que proliferan, contienen una segunda ciudad. El hábito nos hace ignorar esa incesante duplicación, el hábito y un condicionamiento protector, ya que si estuviéramos todo el tiempo con la atención despierta en esa jungla espejeante podríamos desorientarnos y perder el sentido de la realidad. En muchas ocasiones, como esta en que estoy sentado en un café con grandes ventanales, vemos todo dos veces, una al derecho y otra al revés, y eso no nos inquieta en lo más mínimo."

"En el siglo XVIII, cuando las armas de fuego eran una novedad, y estaban en el aire las ideas que llevaron a la Revolución Francesa, se decía que la pólvora sería funcional a la liberación de los pueblos y la liquidación del feudalismo. Las armas de fuego pondrían a todos, ricos y pobres, en un pie de igualdad en la guerra. Los ejércitos se organizarían de otro modo, más igualitario, y el pueblo mismo podría salir a las calles en forma de ejército, ya no con palos y piedras sino armado de verdad, tan potente como las fuerzas que podían poner en pie los reyes. O más, dado su número. El joven Hegel comulgaba con esta opinión. No es imposible que estas razones hayan estado presentes en los norteamericanos que por entonces llevaban a cabo su revolución, y no es improbable que sigan activas en la mentalidad del país. Explicaría la tenacidad con la que siguen defendiendo el derecho de todo ciudadano a tener en su casa todas las armas que quiera."

"Hay un spot publicitario en la televisión que es inevitable pensar que se aplica al producto equivocado: un hombre vuelve cansado a su casa del trabajo, se arrastra, cae muerto de fatiga en la cama; su esposa en cambio vuelve a casa llena de energía, a pesar de lo mucho que parece haber hecho (compras, cargar con los niños, pelearse con la vecina). Todo indica que es la publicidad de una vitamina o un alimento vigorizante. Pero no. Es de un desodorante. Podría pensarse que los publicitarios lo hicieron para esas vitaminas, pero a sus fabricantes no les gustó. Y ya que lo tenían hecho, se lo vendieron barato al fabricante de desodorantes. Sería la explicación fácil. Pero podría pensarse también que todos los productos que ofrece el mercado responden a un deseo que puede representarse con los mismos signos."

"Me consuelo pensando que yo practico otra clase de oscuridad, quizás no menos oscura, y es la que se construye con sucesivas claridades que no terminan de crear una claridad general sino que quedan a la espera..."

"Me son indiferentes por igual el fútbol y la política, pero comprendo que sean tantos los que siguen sus vicisitudes. Dada la falta de sentido último de la vida, y el vacío que esto produce en las vidas, no es de extrañar que el común de la gente busque algo que ocupe sus días. Y se queda con el fútbol y la política en primer lugar porque son lo que está más presente en los medios audiovisuales y en el periodismo escrito, pero sobre todo porque en ambos siempre está pasando algo, y después pasa lo contrario y se borra lo que pasó antes. Todo el tiempo está pasando algo, pero con la tranquilizadora garantía de que no pasa nada. Todo recomenzará. Mantenemos domesticado al tiempo, ese enemigo."

"Los niños de poca edad cuando caminan por la calle van subiéndose a cada borde sobresaliente, a los escalones de los zaguanes, saltándose baldosas, pateando una piedra...es como si el mero caminar no les bastara y tuvieran que adornarlo con actividades interesantes; los adultos lo vuelven utilitario (caminar es "ir" a alguna parte) y no piensan más en el asunto."

"Yo cuando escribo actúo como los niños, no como los adultos.  El escribir utilitario no me basta; quiero decir el escribir transitivo, escribir "algo", ir a algún lugar. Yo querría practicar una escritura que fuera solo "ir", sin "algún lugar."

"Yo no podría ser un escritor realista, porque para serlo hay que saber muchas cosas sobre la realidad, cosas que no me interesan y me sería un trabajo ingrato ir a averiguarlas. Y no sabiéndolas ni teniendo ganas de aprenderlas, para ser realista tendría que escribir sobre mí, lo único de la realidad sobre lo que sé sin tener que ir a enterarme. De modo que además de no poder ser realista, no quiero serlo."

"IDEAS DIVERSAS" (C. AIRA)


jueves, 23 de mayo de 2024

HABLANDO (EN SERIO) DE LA LIBERTAD...

 





"Hablando de la libertad" es la canción de la Renga que bien podría funcionar como subtexto de "Los días afuera", la obra de Lola Arias.

De eso se trata la obra: de la libertad pero pensada en serio, no a escala presidencial.
La sensación al finalizar la función es que aplaudimos muchas cosas a la vez; lo que acabamos de ver, sí, pero también la esperanza de que algo distinto se nos ponga en juego ante personas que estuvieron detenidas, algo diferente de los típicos sentimientos de espanto o desprecio.
Apuesta arriesgada la que se propone, sobre todo en tiempos donde -nuevamente- se busca instalar que los límites del propio mundo son pura y exclusiva responsabilidad del sujeto. Tiende puentes Lola Arias.
Tengo para mí que una línea del texto se me revela con una potencia poética abrumadora: "no hay que meterse con un preso cuando está durmiendo, porque puede estar soñando con lo que está haciendo afuera"
De qué hacer cuando se recupera la libertad después del encierro, de preguntarse (como se pregunta una de las mujeres): "¿qué hay del otro lado?", de ese tipo de cuestionamientos salimos empapados del teatro.
Volver a vivir en sociedad dejando atrás la cárcel, dejando atrás mil razones en el tiempo.

miércoles, 22 de mayo de 2024

ANTES PAN, AHORA CLONAZEPAM...

 



Tal vez, la canción más indicada para escuchar esta noche...

"Perdimos estabilidad

No sabemos de qué lado

Vamos a quedar paradosSe agotó lo naturalMentimos una vez másNo cantamos la verdadEn nuestra vida realSiempre fuimos decadentesTuvimos la libertadApretada entre los dientesAlguien cantó no va másCon los párpados pegados
Por un sueño postergadoNos cansamos de lucharDemasiada camisetaY cada vez menos gambetaLa sonrisa cuesta másDe que país estoy hablandoLas neuronas van marchandoMucho traje de fajinaPero sobra cocaínaY con el precio que tieneÉste lugar me convieneGente fina, delincuenteAlgunos ya diputados
Y brindo por nosotrosDos tarados que les pagamosAntes pelo, ahora genteAntes lucha ahora circoAntes pan, ahora clonazepamPastillas la última esperanza negraPodés pedirle pastillas a tu suegraNo me digas la verdad, no me mientasYa me di cuenta que no es lo que eraDe eso se da cuenta cualquieraAntes o después de las rosasVes a través de las cosas, oh
En nuestra vida realSiempre fuimos decadentesTuvimos la libertadApretada entre los dientesAlguien cantó no va más, no va más"

"CLONAZEPAM Y CIRCO" (A. CALAMARO)

lunes, 13 de mayo de 2024

Y SOÑAR UN POCO...






Tiene razón Saborido: cuando un sueño se cumple a destiempo, ya no lo queremos. Y lo ejemplifica: "en 2015 yo tenía el sueño de ver a Scioli en el gobierno; ahora se me cumplió."
El encuentro, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, fue mi regreso a una universidad después de muchos años. Al finalizar la charla, escucho a los chicos. Se hacen eco de las palabras de Saborido: entre tantas otras razones, están ahí un sábado a la mañana porque no quieren sentirse solos. Y yo estoy ahí por la misma razón.
Me hubiera gustado ver a esos chicos , por la tarde, en la presentación del libro de Norberto Galasso. Me hubiera gustado encontrarme a mi mismo, hace veinte años, en la presentación de un libro de Galasso ( a los veinte tampoco queremos estar solos).Hubiera sido una sensación muy linda la de experimentar en vivo una suerte de continuidad de una línea temporal ( justamente lo que está en riesgo hoy: la ruptura de los legados históricos); distintas generaciones acompasadas en un mismo lugar, a una misma hora.

Ah, pero ahora que lo pienso, esa continuidad la viví hace poco, para ser más preciso, el 23 de abril pasado, caminando por la ciudad. Entonces pienso en eso. Me quedo con esas imágenes. Lo haré en breve , cuando tome el libro del gran historiador vivo, me siente en un café y sueñe un poco. Y no estaré solo. 

miércoles, 8 de mayo de 2024

EL ESTUDIO DE LA VIDA

 



Se cumplen 30 años de la edición de "Vitalogy" ( algo así como "ESTUDIO DE LA VIDA")

Como en todos los discos de PJ, en este también encuentro una gran joya oculta; una canción que nunca tocan en vivo (se disfruta mucho más en soledad que en multitud) porque invita a mirar hacia adentro antes que hacia afuera: "Tremor Christ" (CRISTO TEMBLOROSO)
"Pequeños secretos, temblores...se volvieron terremotos...
Hasta en los océanos más grandes se forman...grandes, grandes olas"

miércoles, 1 de mayo de 2024

EL TRABAJADOR DE LA PALABRA...

 




Paul Auster

Diario de invierno (fragmento)

"Tienes diez años, es pleno verano y hace un calor sofocante, tan húmedo y molesto que, incluso sentado a la sombra de los árboles del jardín, se te llena de sudor la frente.
Que ya no eres joven es un hecho indiscutible. Dentro de un mes cumplirás sesenta y cuatro años, y aunque eso no es ser demasiado viejo, no lo que todo el mundo consideraría una edad provecta, no puedes dejar de pensar en todos los que no han logrado llegar tan lejos como tú. Ése es un ejemplo de las diversas cosas que podrían no pasar nunca pero que, en realidad, han ocurrido. El viento en tu rostro durante la tormenta de nieve de la semana pasada. El espantoso aguijón del frío, y tú ahí fuera, en las calles desiertas, preguntándote qué te habría llevado a salir de casa con aquella rugiente tempestad, y sin embargo, aun cuando luchabas por mantener el equilibrio, estaba el júbilo de aquel viento, la euforia de ver las familiares calles empañadas de blanco, convertidas en un remolino de nieve.
Placeres físicos y dolores físicos. Placeres sexuales antes que nada, pero también el placer de la comida y la bebida, el de reposar desnudo en un baño caliente, de rascarse un picor, de estornudar y peerse, de quedarse una hora más en la cama, de volver la cara hacia el sol en una templada tarde a finales de primavera o principios de verano y sentir el calor que se difunde por la piel. Innumerables ocasiones, no pasa un día sin algún instante o instantes de placer físico, y sin embargo los dolores son sin duda más persistentes y obstinados, y en uno u otro momento han asaltado casi todas las partes de tu cuerpo. Ojos y oídos, cabeza y cuello, hombros y espalda, brazos y piernas, garganta y estómago, tobillos y pies, por no mencionar el enorme forúnculo que una vez te brotó en el carrillo izquierdo del culo, llamado lobanillo por el médico, lo que a tus oídos sonaba a dolencia medieval, y que durante una semana te impidió sentarte en una silla.
La proximidad que tu menudo cuerpo guardaba con el suelo, el cuerpo que te correspondía cuando tenías tres y cuatro años, es decir, la brevedad de la distancia."