sábado, 9 de mayo de 2015

LA RADICALIDAD DEL NO...

 


No pasa todo el tiempo, pero cuando pasa resula placentero. Podrìa hablar del placer de ver còmo las cosas, solas, se conectan. Hay un disfrute en la conexiòn, pero ese disfrute se amplifica cuando parece que el proceso se diera solo, sin ningùn tipo de forzamiento. Sin plan de estudio; por la simple y -cotidiana- operaciòn del azar.
Con pocos dìas de diferencia, volvì a ver "El estudiante" de Santiago Mitre y el "El poder de la codicia" (Margin Call), la pelìcula que, ambientada en una financiera, ficcionaliza el origen del crack ecònomico del 2008, al tiempo que leìa un libro de correspondencia y entrevistas a Pasolini.
Todo confluye en una palabra: NO. Dos escenas centrales en las pelìculas estàn atravesadas por una contestaciòn de Pasolini a una de las preguntas que le formulan. Dice que el NO debe ser total, absoluto, incondicional. NO es NO. 
Claro, la pregunta viene desde el fondo de los tiempos: ¿en què situaciones la radicalidad del NO es sìntoma de entereza moral y profundidad intelectual y en cuàles es sìntoma de tozudo dogmatismo y robusta estupidez?




No hay comentarios:

Publicar un comentario