jueves, 30 de junio de 2011

PAISAJE DESPUÈS DE LA BATALLA...











Hay algo que siempre me gustó en la idea de que River pierda la categoría.Y es que los momentos de crisis, propios como ajenos,son indispensables para, en principio, pensarlo todo otra vez. El cambio efectivo para ser (o volver a ser) lo que uno no es, tiene que ver con un proceso. Es, justamente, el lugar de la crisis el que uno se debe ubicar para habilitar la posibilidad de cambio a futuro. Dejar de lado la hermosa fantasía que reza la canción: "que sólo es el tiempo el que llevará a tu vida adonde quieras que esté".
Me gusta, sobre todo,la idea de que esa crisis suceda donde siempre se pensó que era imposible que tal cosa ocurriera. Que River (un equipo-nación por el que pasaron, a los largo de su enorme historia, los mejores jugadores del país, ganando infinidad de títulos y generando negocios millonarios)deba ir a jugar con equipos de segunda categoría en canchas que -literalmente- son de segunda categoría.
Teniendo en cuenta que -para quien esto escribe- se trata de una crisis meramente deportiva, no puedo dejar de verlo como algo absolutamente necesario para pensarlo todo otra vez.
Aseguradas nuestras necesidades básicas como seres humanos, todo debería (y en algún momento es muy probable que así suceda)ser puesto en crisis.
Y es que, siguiendo la sociología de Bourdieu y la escuela psicológica de la cotidianeidad, el sujeto ocupa un lugar en el campo social, y estructura su identidad en las relaciones diarias con sujetos de su mismo y de otros campos. Y lo hace, justamente, a partir de hábitos.
Cuando las posiciones en el campo se reestructuran (por nuevas relaciones entre los sujetos), el hábito comienza a caer y, en consecuencia, surge la temida crisis por la recuperación de la identidad perdida.
De la articulación imaginaria frente al dolor de ya no ser y la posibilidad de poder volver a ser, es que todo vuelve a ser tan deseable como necesario: el pensamiento y la acción.
Y es que, como siempre, este fracaso viene a decirnos que nosotros -todos- también,ante la posibilidad cierta de experimentar algún tipo de derrumbe, algún tipo de imposición externa.
Tal vez, lo mejor que nos podría pasar.

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