LA BATALLA CULTURAL: EL NIHILISMO COMO TERCERA POSICIÓN.
"Esta noche me siento particularmente
mal. Absolutamente asilado en la, como dice Foster Wallace, soledad esencial
que se da en el mundo. El fervor es un estado epifánico al que me es humanamente
imposible acceder. La cuestión sobre la toma de las armas, la discusión
política, la marabunta simbólica y semántica, bajo la cual el raciocinio pierde
su estado de exaltada y anárquica creatividad para caer en los modos formales
de acciones y expresiones, se me antoja esta
noche como un innecesario ejercicio de disipación temporal, con marcados
tonos egóticos y reconfortantes. Algo, en fin, que gravita fuera de mi socavado
interés. Algo en lo que descreo. Por lo cual resulta frívolo, impersonal, desapasionado,
hablar de aquello que no me entusiasma mucho más allá del lenguaje puro.
Por dónde quiera que mires,
hay extravió y confusión. El hombre desea participar activamente de su
presente, sentir que el tiempo que define y limita su existencia le ofrece un
lugar, a través del cual sentirse sujeto, vinculado a lo vivo inmediato,
alejado del sesgo disgregatorio del tedio y asco, de la ignorancia y la muerte.
Podría renunciar a todos sus actos, apartarse, sumirse en el aislamiento, detenerlo
todo, dejarse morir, y acaso atestiguaría una clase de silencio y soledad de un
linaje milenario, terrenal, indeciblemente personales y visionarias. No hay
hombres genuflexos en la aterradora dimensión de la más radicalizada soledad,
sino participes colectivos en un presente común y ligeramente previsible.
No vengo a hacer ningún
aporte. Leí cada palabra. Ricardo tiene ideas interesantes. Y las expresa bien.
Por lo demás, me aburren en demasía. Entiendo tu particularización de ese
aspecto del hecho. Estamos en la era de las sospechas, la restauración de la
ilusión de los trasmundos, que el viejo Nietzsche parecía haber desterrado para
siempre. Tal vez se deba a que hay tantas potencias invisibles, tantas fuerzas
anónimas y simultáneamente colectivas, tantas presencias atemporales y
físicamente inexistentes, que la sensación de un más allá, de un otro lado de
las cosas es inmensamente acosadora, y por lo demás constante. Una idea conspirativa,
bajo la cual uno ha de vivir su vida en la ingenuidad e ignorancia de un
territorio social cuyas fronteras, constituidas por millones de filamentos de
poder, no logra apreciar. Se vive en un punto. Se piensa desde un punto. Se
vive y se piensa desde un punto, hacia y en una totalidad misteriosa e
inabarcable. Así, pensar que un cerebro planificador, que una metaconsciencia omnisciente,
de infinita deliberación, previsora de todas las causalidades posibles, pueda
concebir que una facción de sus propias fuerzas sea enviada a las manos
inclementes del verdugo, que un jovencito, como un cordero, vaya a incitar una
reacción totalmente lógica, para extraer una prueba de repudio acusable y el
consecuente fortalecimiento corporativo, es, sin dudas, probable. Y ya está. No
hay nada más que pueda decirse. No hay mayores originalidades. Se puede, sí,
sugerir las formas debidas, indicar un territorio de lucha intelectual, argumentativa,
de índole ideal, que difícilmente se consiga.
Hablo desde la infecundidad de
este instante. Francamente me siento mal. Hay una dimensión que excita la
mente, que simula el movimiento, pero que no toca aquello malogrado, aquella
perpetua afasia con la que debemos cargar y resistir. Decir y sentir. ¿Qué le
importan a estas horas mías Barone y Cristina? ¿Qué sentir sino asco y turbación
por toda esa múltiple música de fondo que es la vida de los otros, y que se
filtra con impunidad y prepotencia, como un fluido demasiado viscoso, como la
elasticidad de la luz, a la cámara desesperada, en la cual mi propia vida no
encuentra respuestas?
Tu actividad intelectual me alienta y me sujeta. Pero es lo que conozco de su autor, el apático tedio insípido que suele poseerlo, lo que la dignifica, y le demanda mis respetos."
Tu actividad intelectual me alienta y me sujeta. Pero es lo que conozco de su autor, el apático tedio insípido que suele poseerlo, lo que la dignifica, y le demanda mis respetos."
NELSON PEÑA
Quién es Nelson Peña?
ResponderEliminarCreí que lo habías escrito vos, incluso cuando habla de "Ricardo" pensé que te estabas refiriendo a mí (interesante pero aburrido, paranoico!) y al final, veo la firma de Nelson Peña, jaja.