¿Qué piensa de las entrevistas?
Me resigno a ellas. Tengo que hacer eso para que el editor me
pague el hotel, me trate bien, me invite a comer y además es verdad que eso
ayuda un poco para la venta. A veces salen cosas interesantes en las
entrevistas y otras no. Depende del entrevistador, a veces pueden ser muy
deprimentes, porque uno siente que el trabajo que ha hecho no aparece valorado,
o puede haber una serie de malentendidos sobre el trabajo, pero me han hecho
muy buenas entrevistas a lo largo de todos estos años, en las cuales he
aprendido cosas sobre mí mismo, he elaborado cosas que de otra manera no
hubiese elaborado jamás, gracias a las preguntas que me hacían.
¿Cicatrices, esa historia en cuatro visiones, en
cuatro secuencias, está inspirada en algún hecho en particular?
Cicatrices la escribí en veinte noches. Está inspirada en un
hecho real, la escribí en 1967 cuando tenía 29 años y hacía como siete años que
la quería escribir. Trabajaba como periodista en tribunales y esta historia me
había llamado mucho la atención, un hombre que había matado a su mujer, ex
dirigente sindical, medio borracho... me había impresionado la noticia y unos
años más tarde estuve en el estudio de un amigo abogado y me mostró las fotos
del tipo, de la mujer muerta, y del lugar en que la había asesinado, todo eso
me produjo una fuerte necesidad de escribir esa historia que fue escrita en
cuatro partes con la tentativa de hacer un libro en el cual hubiese una
estructura circular que fuese englobando todas las partes. Un amigo me dijo un
día que Cicatrices tiene forma de embudo y me pareció buena la imagen. En un
determinado momento se habla del círculo y del espiral, para Goethe la realidad
es un espiral, y en un momento uno de los personajes dice: no, no es un
espiral, es un círculo. Para Goethe es un espiral ascendente, era un optimista,
y el personaje del libro tiene una visión menos optimista del mundo.
Para admirar a un escritor hay que merecerlo, no se
puede admirar a Shakespeare y escribir como Paulo Coelho, lo dijo usted .
También hizo referencia a una declaración de Coelho donde el escritor brasilero
decía que admiraba a Borges y a Jorge Amado...
Claro! Y dije que uno de los dos tenía que protestar. Si a
Coelho le gustan los dos hay algo que falla en su juicio estético, es una
manera de involucrarlos a ambos en una estética que es totalmente inexistente,
es imposible. A mi me gusta Borges, pero no me gusta Jorge Amado aunque es una
persona estimable y generosa, pero su literatura evidentemente es un poco
folklórica. Al principio era una literatura de protesta social y después dejó
de serlo, perdió ese dramatismo social y se transformó en una especie de cultor
del color local de Bahía, del cual yo desconfío, nunca estuve en Bahía pero yo
desconfío de todo el color local. Aquí en Buenos Aires el color local es el
tango, me tiene harto, me dan ganas de vomitar cuando veo bailarines de tango,
y eso que me gusta mucho el tango, pero se ha transformado en una especie de
cosa estilizada para turistas. A mi me gusta Borges y no me gusta Amado.
Otro caso similar es el de Mario Vargas Llosa , él dice que
su autor preferido es Flaubert, yo no veo absolutamente nada ni en la obra, ni
en la vida, ni en las opiniones que pueda provenir de Flaubert. En los métodos
de escritura de uno y de otro, es ahí donde hay que juzgar a un escritor, en la
concepción de la novela es totalmente diferente. Uno hace novelas enormes,
mamotretos comerciales que son cada vez peores, y el otro tenía la religión del
"Buen Gusto" ( ) la palabra justa, decía que en una novela una
palabra no puede ser cambiada porque cambia todo el sentido de la novela.
Escribió muy pocos libros y cada uno de esos libros era una aventura nueva que
empezaba y abría un camino nuevo para la narrativa. Son todos libros muy
diferentes que lo único que tienen en común es el estilo inimitable de Flaubert
cuya música basta con cerrar los ojos para escucharla inmediatamente. Él
probaba sus prosas en voz alta, a la noche, solo, para ver si funcionaba. No
podemos decir lo mismo de (Mario)Vargas Llosa cuya prosa siempre está hecha con
gran rapidez para poder llegar a las mejores ventas lo antes posible, para no
retrasarse. Parece que ahora ha hecho declaraciones contra Kirchner, es ese
tipo de lacayos que se anticipan siempre a los deseos del amo.
Ya había existido un entredicho cuando Vargas Llosa
declaró que había que perdonar a los militares en nombre de la democracia...
Si, él dijo eso y que todo el pueblo argentino estaba
comprometido con lo que pasó. Jamás perdería ni cinco minutos en contestarle.
Nunca leo sus artículos, ni las posiciones estéticas de Paulo Coelho, ni de
Isabel Allende, no me interesan ese tipo de personajes, a los que les deseo la
mayor cantidad posible de ventas y de años de vida naturalmente, además son lo
bastante astutos como para no meterse en cosas en las que no se tienen que
meter, en cambio Vargas Llosa, tal vez sea un mérito de su parte ese empecinamiento
en opinar sobre todo, es un opinador profesional, y siempre opina mal.
Alguna vez dijo usted, "uno escribe para
desconocidos" a pesar de eso hay algún lector, imaginario o real, que le
gustaría que le devuelva algo de sus novelas, algún comentario, una crítica...
Cuando uno es joven hay muchos autores que uno quisiera que
lean sus libros. Me hubiese gustado que todos esos personajes extraordinarios,
legendarios que eran para mi los grandes escritores hubiesen podido leer mis
libros, uno escribe para ese tipo de lectores que son imaginarios, son modelos
de lectores, que tal vez no sean buenos lectores, cada autor tiene su propio
sectarismo estético que le permite existir como autor. Una obra literaria está
hecha a base de muchas aperturas pero también de muchos dogmatismos, muchas
cosas cerradas, muchos rechazos, para poder existir. Yo tengo la suerte de
haber encontrado a un lector como esos que nos hemos hecho amigos, es Alain
Robbe Grillet quien leyó mis libros y me tiene una altísima estima, a veces un
poco exagerada, y es un personaje realmente extraordinario, de una inteligencia
fuera de serie, tiene ochenta y un años y una vitalidad increíble. El próximo
año vamos a venir a Buenos Aires a dar conferencias. Tener el juicio que ha
emitido él varias veces sobre mi obra, no me asegura de nada, pero es un
placer. Otros escritores como Ricardo Piglia que es de mi generación con el
cual tenemos muchos puntos de contacto, todas esas lecturas me reconfortan, me
permiten seguir escribiendo, seguir trabajando.
Onetti dijo: la literatura es mentir bien la verdad...
Si, es una linda manera de describir la paradoja de la
ficción. Onetti ha reflexionado sobre la ficción en sus propios libros a pesar
de que no escribía ensayos y por ahí salía con una guarangada cuando hablaban
de crítica, sin embargo cuando leemos sus libros, particularmente La vida breve
o El astillero vemos que hay una profunda reflexión sobre el alcance del
relato, de la ficción, de la representación, en ese sentido La vida breve es un
libro totalmente pionero y novedoso no solamente en la lengua española, yo casi
diría del siglo XX , ese tratamiento de ficciones superpuestas, una dentro de
la otra como una especie de cajas chinas, eso solo se encuentra en el
renacimiento, en el barroco. Esa frase me parece excelente, es una manera que
tiene Onetti de resumir esa paradoja que es la paradoja de la ficción. Yo
siempre digo que las razones por las que creemos en una ficción son idénticas a
las que creemos en un Dios, creemos en un Dios porque su existencia le da un
sentido el mundo, le da una estructura, y la ficción hace lo mismo, estructura
el mundo, un mundo que está hecho a base de experiencias inconexas,
fragmentarias, dispersas, la ficción las reúne en un modelo que no significa
sino que irradia un sentido múltiple, como que tornasola, como que el sentido
está ahí, lo intuimos y de pronto se apaga, de pronto reaparece, de pronto
deslumbra, hay una luz fluctuante, la lucidez y la luz vienen de la misma raíz,
la lucidez mental y la luz que nos alumbra, eso es la ficción, exactamente lo
mismo que pasa cuando creemos en Dios, le da un sentido al mundo , una
finalidad.. yo prefiero creer más en las ficciones que en Dios. Pero respeto
las creencias si no me la quieren imponer.
Usted es un hombre que trabaja con palabras, si
tuviera que elegir una, ¿cuál sería?
Se me ocurrió una, y tal vez esa palabra le dé un sentido a
muchas cosas de mi vida, se me acaba de ocurrir en este momento, la palabra es
agua, de pronto me doy cuenta mis dos hijos , que tiene diez años de diferencia
la primera palabra que dijeron fue agua, pero la dijeron en italiano los dos o
en latín "aqua". También el agua, yo soy asmático, y estoy todo el
tiempo dándome aire, y el agua es el primer elemento que se dispone para calmar
esa deficiencia de la oralidad, pero al mismo tiempo se transforma en una
especie de metonimia de todo aquello que pasa por la boca. Eso podría definir
bastante mi vida, si nos ponemos a pensar en todo lo que pasa por la boca y
todas las cosas que hacemos con la boca y como el agua está presente en todo
eso.
Usted propone un mapa de lecturas, Di Benedetto, Juan
L. Ortiz...
Mi próximo artículo será sobre Juan L. Ortiz, -porque yo
escribo artículos en los diarios para ganarme la vida- se cumplieron
veinticinco años de su muerte y por primera vez tengo la total convicción -
digo por primera vez porque me he separado afectivamente de él después de su
muerte y he podido verlo objetivamente- tengo la total convicción de que Juan
L. Ortiz es el más grande poeta argentino del siglo XX sin la menor duda, solo
podemos equipararlo con Lugones o con Borges. La lección extraordinaria de Juan
L. Ortiz es que es el antimercado por excelencia y sin embargo se ha impuesto
como un hito esencial de la literatura argentina, iría mucho más lejos y
hablaría de la lengua española. Si uno empieza a ver la historia de la
literatura argentina - y río platense- vemos que a partir del siglo XIX se
confunde con la literatura de la lengua española, es obvio que decir que Juan L
Ortiz es el más grande poeta no es posible porque hay poetas tan grandes o más
que él, como Cesar Vallejo, Pablo Neruda, el mismo Juanele Ortiz dijo que Cesar
Vallejo es el más grande poeta de lengua española del siglo XX, y no quisiera
contradecirlo.
Insisto ¿ por qué esos autores? ¿para compartirlos?
¿para sacarlos del ocultamiento?
También hay una guerra... estética, que debe resolverse. Un
conflicto que debe resolverse, creo que la teoría más idiota que ha sido
forjada por la crítica en los últimos años es la teoría del canon, porque
parece una cosa fija, además es disparatado el canon del señor Bloom porque...
en fin, no vale la pena entrar en detalles.
En toda su obra hay una imagen muy fuerte de la
amistad, está muy presente en sus libros, hay relaciones muy fuertes entre sus
personajes...
Yo valoro mucho la amistad, incluso en las relaciones
amorosas también, porque las relaciones amorosas no bastan con que sean
pasionales, también tiene que haber amistad en ellas, porque es una manera de
hacerla durar y pasar por diferentes etapas. También tengo una relación de
amistad con mis hijos. La amistad es esa relación de equilibrio que se
establece entre dos personas de cualquier sexo en la cual prevalecen menos los
instintos de posesión, nos da la capacidad de vivir afectuosamente esa relación
pero en un clima de libertad mutua, de crédito, de confianza. Con mis buenos
amigos nos divertimos mucho a costa de nosotros mismos también. Las teorías
sobre la espiritualidad, el amor y la amistad, a pesar de que yo tengo una
posición materialista muy marcada, casi deliberada, no son totalmente
equivocadas. Evidentemente el amor y la amistad pueden ser misterios en el
sentido religioso del término. Porque de esta horda salvaje, violenta,
sangrante, carnívora, destructora de pronto aparecen esas flores que salen como
de la podredumbre, del pantano, esas flores frágiles, delicadas, que son el
amor y la amistad. Podríamos atribuirle a ellas un origen divino, podemos concebirlas
como un misterio, no rechazo esa idea, no la desprecio, pero no la uso para mí,
yo prefiero concebirla mejor como una de las tantas posibilidades a las que el
hombre y los animales - recuerden el Martín Fierro: aprendan de la cigüeña este
gesto de ternura- pero también el cocodrilo se come a sus hijos, y muchos
humanos también los devoran de manera simbólica y en algunos casos, totalmente
literal.
A José Saramago le preguntaron en una entrevista en
Buenos Aires si había imaginado un epitafio y respondió: aquí yace, indignado,
José Saramago. ¿Pensó en alguno usted?
(Risas) No, por ahora no, Saramago estará más cerca... de todos modos yo no
quiero tener tumba ni epitafio, quiero ser quemado y que mis cenizas sean
dispersas dónde quieran, las pueden tirar a la basura si quieren, no porque
piense que no valgo nada, sino que en cualquier lugar donde las tiren van a
retomar la molienda universal de la materia y algún día volveré a este mundo,
quizás, según la teoría del eterno retorno de Nietzsche, pero esta vez
transformado en Paulo Coelho, lleno de dinero…
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