Pequeñas ilustraciones de estos días en la feliz:
1) En mí última noche de hotel, sueño que toca Pearl Jam en el estadio de Vélez Sarsfield. Lo curioso del sueño es que la que quiere acompañarme al recital es mi vieja. Yo le digo que no, que voy a ir al campo y que ella está grande para ir ahi, pero no cede. "Pensar que nunca más voy a ver a mis padres me resulta insoportable" escribió Quique en "Los libros de la guerra". Mientras finalizaba el año, pensé en esa frase en relación a no ver nunca más en vivo a Pearl Jam; pero ahora este sueño me revela la verdadera entidad de lo insoportable.
2) Después de casi 30 años, algunos vínculos permanecen intactos al aire corrosivo del mar: con mis amigos se terminó la infancia pero el juego continúa. No conozco muchos casos de personas que mantengan relación en su adultez con amigos " de verano" de su infancia. A diferencia de los del barrio o los de la escuela (en los que de, de algún modo, la organización de la vida facilita su manutención),en las amistades de verano no hay lugar para la comodidad; es deseo puro lo que se pone en juego.
3) Grata sorpresa: la vida en un hotel gremial; experimentar cierta forma de felicidad compartida que no se siente en un hotel cualquiera; la posibilidad de compartir cafés hasta las 3 de la mañana con una dirigente experimentada y su esposo, escuchar mucho y hablar poco; nada diferente a lo que se hace cuando se lee.
4) Encontrar, haciendo zapping en la habitación del hotel, la película "Quieres ser John Malkovich?", uno de los delirios más geniales que nos regaló el cine en los últimos veinte años.
5) Ir a la bodeguita, a ver cómo estuvo el segundo semestre.
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