sábado, 24 de abril de 2010

LA SENDA DEL PERDEDOR...




Paseando la mirada por los títulos de mi biblioteca, me detengo en "La Senda del Perdedor" de Bukowsky. Lo leí hace varios años (por recomendación del hoy Atún Iracundo)y mi adoración por su autor fue inmediata. Luego seguí con "Factotum" y
"Escritos de un viejo indecente". Nada más impresionante que la identificación total que se produce cuando, sin expectativas de que suceda, dos voces se encuentran en el silencio del desierto.
Bukowsky tendría hoy 90 años. Si en el infierno tiene Internet (cosa que dudo), y pudiera leer este blog, le diría que, cuando guste, puede asomar su cuerpo y salir del pozo negro de mi casa, subir por un rato a tomar unas copas, y comprobar efectivamente que estoy haciendo bien las cosas: soy un hombre que vive solo y que jamás tiene limpia y ordenada su cocina, clara señal, según el viejo Charles, de que mi alma no tiene cualidades detestables.

El rostro de un candidato político en una valla publicitaria

Ahí está:
No demasiadas resacas
No demasiadas peleas con mujeres
No demasiados neumáticos desinflados
Nunca pensó en el suicidio

No más de tres dolores de muelas
Nunca se saltó una comida
Nunca estuvo encarcelado
Nunca estuvo enamorado

7 pares de zapatos

un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapa hermética

seguro que le eligen.


A la puta que se llevó mis poemas

" Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!

¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero?
Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos
en el rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50,
pero no mis poemas.

No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía."


Culminación del dolor

" Oigo incluso cómo ríen
las montañas
arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua
los peces lloran
y toda el agua
son sus lágrimas.

Oigo el agua
las noches que consumo bebiendo
y la tristeza se hace tan grande
que la oigo en mi reloj
se vuelve pomos en la cómoda
se vuelve papel sobre el suelo
se vuelve calzador
ticket de lavandería
se vuelve
humo de cigarrillo
escalando un templo de oscuras enredaderas...

poco importa

poco amor
o poca vida
no es tan malo

lo que cuenta
es observar las paredes
yo nací para eso

nací para robar rosas de las avenidas de la muerte."

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