Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
lunes, 17 de diciembre de 2012
ELEFANTES...
La reciente masacre en un colegio norteamericano pone sobre la mesa, una vez más, la relación de su cultura con la armas, o mejor dicho, su cultura de las armas.
Es inevitable pensar en el documental de Michael Moore ("Bowling for Columbine") y -especialmente- en "Elefante", la película de Gus Vant Sant.
Recuerdo haber visto con pocos días de diferencia una y otra. Ver "Elefante" (una película que, sin datos ni argumentos, expone la desnudez de los hechos con la mano pausada de un cirujano) con la carga previa de información que implica el documental de Moore genera un efecto impresionante.
A diferencia "Bowling for Columbine" (a la que seguí con parejo interés de principio o fin), "Elefante", fue -tal vez- la película que más sensaciones diversas me iba generando con el correr de los minutos: intriga, tedio, ansiedad, angustia, terror, un vacío total mientras aparecían los créditos finales....y, una vez que las pantalla quedó totalmente en negro, pude responder a la pregunta que me había formulado al promediar la película. ¿Qué es esto? Ahora lo sé: esto es una obra maestra. Entiendo porqué ganó en Cannes. Entiendo porqué yo premiaría a esta película y a su director.
Tal vez, que estas cosas sucedan esporádicamente, es decir que esporádicamente un chico se arme para ir al colegio y dispare a mansalva, es algo milagroso.
Están dados todos los condimentos para que eso suceda. De ahí que, entre millones, algunas mentes afiebradas den el paso y lo hagan no debería ser nada "paranormal". Ver estos hechos como "situaciones paranormales" implica, justamente, negar las condiciones de posibilidad que hacen que, periódicamente, lo "anormal" aflore, dejando un tendal de muertos a su paso.
Lo que falta en Elephant es -a todas luces- lo que está presente en "Entre los muros" (casualmente también ganadora en Cannes), es decir la palabra como herramienta indispensable para tramitar un conflicto social.
Otra masacre en el país del norte. Y lo que es peor: siguen sin velar a sus muertos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario