domingo, 3 de abril de 2011

DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE...








Miércoles por la tarde. Nos encontramos en la casa del Lic. listos para partir. U2 nos espera en La Plata (donde las calles no tienen nombre). Salimos en dos autos. Aterrado por mi desconocimiento absoluto sobre como llegar, y sabiendo del desconocimiento absoluto del que también era partícipe mi flor, emprendo un seguimiento encarnizado de mi amigo, digno de las mejores persecuciones hollywoodenses. "Camino Centenario" no es, precisamente, el camino de los sueños; no obstante ello, nos internamos sobre su asfalto hasta desembocar, tras más de una hora de viaje, en la ciudad de las diagonales.
Estacionamos a unas cuantas cuadras del estadio. Faltan casi tres horas para el inicio; el movimiento de gente es incesante pero tranquilo: sin prisa pero sin pausa todos buscan su lugar.
Una vez dentro del estadio comprobamos, ademàs del marco imponente del escenario, que Caro, la amiga Lic, esta vez tiene pocas provisiones: apenas unas manzanas. Flor tampoco tiene sus pancitos ni su milka mousse, por lo que no queda otra que aguantar los pedidos internos.
A las 8 arranca Muse, la banda soporte. Gran sonido, como era de esperarse, para una buena banda pero que no llega, en ninguno de los temas de su set de casi una hora, a tocar alguna de mis fibras íntimas (sería algo poco común, y terriblemente perturbador al mismo tiempo, que ese manoseo emocional se diera la primera vez que uno se topa con algo o alguien, no?).
Finalmente, cerca de las 10, salen a escena los 4 históricos de Dublin que, a los 50 años y con 30 de carrera encima, mantienen una vitalidad sorprendente.
El arranque es con "Even better than the real thing", y de allì en adelante, y durante màs de dos horas, se suceden algunas de las canciones que màs me gustan del grupo ("Walk on", "Electrical Storm", "Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me"), ademàs de los clàsicos de siempre ("Where the streets have no name", "One", "With or without you", "Sunday Bloody Sunday")
Sin embargo, y para mi sorpesa, no tocan los dos clàsicos que, desde mi adolescencia, siempre me encantaron del grupo: "New years day" y "Pride" (in the name of love).
El show termina cerca de la medianoche. Estamos cansados pero felices. Afuera, mientras caminamos hasta los autos, nuestras necesidades bàsicas se presentan como insatisfechas (el hambre, el sueño y el frìo son marcas registradas a la salida de todo gran concierto por el que, claro, hubo que hacer un gran esfuerzo).
El alivio està en que, justamente, el hecho de contar con movilidad propia nos hace a la idea de una cercanìa a nuestros añorados hogares.
Volvemos. Mi flor se duerme y mi cansancio no impide una persecuciòn igualmente encarnizada que la emprendida en el viaje de ida del citroen del lic.
Después de una maniobra fallida (dònde estamos?), recuperamos el rumbo.
Llegamos a la Avenida Espora y, recién en ese momento, me relajo completamente.
Nos despedimos sobre la marcha y, luego de violentar absolutamente todos los semàforos, llegamos a casa
Le mando un sms a mi vieja pasadas las 2 de la madrugada: "Llegamos bien"
Llegamos bien.
Estamos bien...còmo no estarlo?

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