viernes, 18 de enero de 2013

HUNDAN AL BELGRANO...



ENTREVISTA A LA DIRECTORA DE CINE KATHRYN BIGELOW PARA "LA VANGUARDIA"

Convertida en una estrella tan importante de su película, La noche más oscura, como lo es la protagonista, Jessica Chastain, Kathryn Bigelow se ha pasado los últimos días hablando sin parar. Ya sin voz y tras permanecer unos días en su casa y en silencio para recuperarse, ha vuelto a la carga, pero encontrar un momento en su cargada agenda es casi imposible. Y es que desde el inicio de la carrera por los premios, el filme, que cuenta los pormenores de la búsqueda de Osama Bin Laden a lo largo de una década y su posterior asesinato en Pakistán se ha convertido en favorito.
La experiencia es similar a la que vivió cuatro años atrás, cuando su filme En tierra hostil les arrebató el Oscar a la mejor película a su ex marido, James Cameron, y su Avatar, y se llevó, además, otras cinco estatuillas doradas, incluyendo una a la mejor directora, lo que la convirtió en la primera mujer en la historia en obtener ese galardón. Cuando finalmente la directora encuentra un momento para sentarse a hablar con el Magazine, queda claro que Bigelow no se marea con las felicitaciones. A sus 61 años, ha experimentado muchas veces el rechazo y la indiferencia y sabe que en el mundo del cine, la fama de un director dura tanto como el éxito de su última película.
 
¿Cómo fue su investigación para La noche más oscura?
 
Inicialmente estábamos trabajando en otro proyecto, que también era sobre la búsqueda de Osama Bin Laden, la operación que fracasó en el 2001. Esos acontecimientos sucedieron en las montañas de Tora Bora, en Afganistán, entre el 6 y el 20 de diciembre del 2001. Mientras Mark (Boal) trabajaba en el guión, se produjo el acontecimiento del primero de mayo del 2011… Entonces nos dimos cuenta, después de mucha reflexión, de que iba a ser complicado hacer una película sobre la búsqueda frustrada de Osama Bin Laden en el 2001, cuando todo el mundo sabía que ya lo habían matado. Después de debatirlo mucho, cambiamos el rumbo. Mark, que es un periodista al que le fascina la investigación, se propuso contar la historia desde el 2011, cuando ya sabemos cuál ha sido el desenlace.
 
¿Recuerda dónde estaba usted cuando se enteró de que habían matado a Osama Bin Laden?
 
Por supuesto. Estaba trabajando con Mark Boal en el guión de la otra versión de la película. Estábamos en su oficina y alguien nos llamó para contarnos que habían matado a Bin Laden. Inmediatamente encendimos el televisor y vimos lo que estaba pasando en Nueva York y en Washington DC. Fue un momento muy emotivo para nosotros dos.
 
¿Cuán difícil fue lograr que los que participaron de la operación le contaran cosas de las que nadie ha hablado antes?
 
No fue tan difícil. En tierra hostil (The Hurt Locker en inglés) es una película que gustó mucho dentro de la comunidad que se ocupa de esas cosas y ciertamente esa fue una indicación de que si yo y Mark Boal íbamos a ser los que contáramos esta historia, lo íbamos a hacer de una manera muy respetuosa y fiel a la verdad. Eso nos abrió muchas puertas.
 
¿Cómo hizo para crear una narración que fuera fiel a los hechos, teniendo en cuenta al mismo tiempo la importancia del entretenimiento en el cine?
 
Se trata de una historia intrínsecamente dramática y, al mismo tiempo, creo que, como cineasta, es muy interesante quedarse dentro de los límites establecidos por los hechos históricos y la realidad. Por eso, no hubo ni un momento en el que pensáramos que hubiera sido mejor hacer tal cosa o tal otra. No existía esa posibilidad. La belleza de esta película está en el naturalismo, en el realismo y en la especificidad. A mí me encanta trabajar desde esas perspectivas. Nada de lo que aparece en el filme está allí por necesidades dramáticas. Cada una de las escenas ocurrió en la realidad, algo que como directora me parece absolutamente emocionante.
 
Es interesante que aunque estos personajes parecen no tener permiso para sentir piedad, haya logrado darles un toque de humanidad...
 
Es que lo que me parece maravilloso del guión de Mark es que estos personajes revelan quiénes son a través de sus acciones. Para ellos su trabajo lo es todo, y permanentemente se meten en situaciones extremadamente peligrosas. Están trabajando en este caso, tratando de dar con el hombre más peligroso del mundo y por eso su humanidad, su vulnerabilidad, su fuerza, su valentía, su tenacidad y su dedicación están definidos por sus acciones en el trabajo. Eso es lo que te lleva a ti como espectador a acercarte a los personajes. Jessica (Chastain), por ejemplo, ha realizado una interpretación muy sutil que revela todos los detalles de su personalidad, aun en escenas que tradicionalmente no te permitirían apreciar esos detalles.
 
En contraste con la celebración de los militares después de que mataran a Bin Laden, el personaje de Chastain se muestra infeliz, incluso llora.
 
Eso estaba muy bien contado en el guión y nunca nos desviamos de ahí. Fue una idea de Mark y creo que era muy interesante y conmovedor para Jessica y para mí, y para todos nosotros: la idea de que esta mujer ha dedicado los últimos diez años de su vida exclusivamente a la persecución de un hombre. Y sí, cuando llega el final, ella triunfa, pero no es una victoria, porque lo único que quedan son preguntas mucho más profundas: ¿qué va a hacer ahora?, ¿adónde irá? Es una manera de humanizar al personaje en una historia en la que no hay mucho lugar para la humanidad.
 
Jessica Chastain es una mujer hermosa. ¿Cuán realista es ese detalle?
 
Muy realista. Todas las agentes que he conocido son muy hermosas. Y eso forma parte del reporte que Mark escribió tras su investigación. Hay muchas mujeres muy hermosas que trabajan en el mundo de la inteligencia y que son particularmente inteligentes, y muy eficientes en la tarea de obtener información.
La de Bigelow ha sido, sin duda, una carrera peculiar. Tras debutar en el largometraje tres décadas atrás codirigiendo la ultraindependiente The Loveless con Monty Montgomery, Bigelow resurgió cinco años después con una película de vampiros, Los viajeros de la noche, en la que demostró su buena mano para el cine de género. Convertida en la niña mimada de los grandes estudios, su filmografía incluye varios thrillers, como el que protagonizó Jamie Lee Curtis, Acero azul, y el que transformó en estrella a Keanu Reeves, Le llaman Bodhi. Sin embargo, su relación con la gran industria sufrió una sacudida cuando Días extraños, el filme de ciencia ficción que escribió su entonces marido, James Cameron, fue un estrepitoso fracaso en la taquilla pero ayudó a convertirla en una directora de culto.
Aun así, Bigelow tuvo que marcharse a dirigir televisión, para luego regresar con otra película inusual, El peso del agua, que pasó absolutamente inadvertida. Su mala suerte en la taquilla no cambió cuando dirigió a Harrison Ford en su último filme de estudio, K-19: The Widowmaker, que con un presupuesto cercano a los 75 millones de euros apenas recaudó 26. Al menos, en ese filme la alta y esbelta directora descubrió el género que le llevaría a la etapa más estimulante de su trayectoria: la del cine firmemente inspirado en la realidad.
 
Su carrera se extiende a lo largo de tres décadas, en las que ha pasado del cine vanguardista al de género, para luego desarrollar el periodístico ¿Diría que ha habido una evolución deliberada hacia este tipo de cine?
 
De alguna manera, sí. Mark y yo pensamos que esta es una película periodística, porque la historia y la película son contemporáneas. De hecho, el día que filmamos la redada era el primero de mayo del 2012. Yo miré al equipo y al elenco y me di cuenta de que los acontecimientos habían pasado hacía apenas un año. Así que había algo, una especie de urgencia en la cronología, que me atraía, y que de verdad me parece muy interesante. Es algo que me apasiona, y de verdad aprecio ese entusiasmo después de haber pasado por varias transformaciones, de haberme fascinado con distintas escuelas de cine, y antes de eso con el mundo del arte. Hay algo muy liberador en evolucionar, y al mismo tiempo me entusiasma mucho esta forma de hacer cine, creo que llena un espacio, el de la historia viva. Al menos, así lo veo yo.
 
Se ha pasado muchos años sin que nadie prestase atención a sus películas. Pero, ahora, es la mujer del momento y todo el mundo está hablando de usted. ¿Cómo le hace sentir que le hagan tanto caso?
 
Todo me parece surreal. Tal como dices, no estoy acostumbrada a este tipo de atención, pero lo veo como un tremendo honor y estoy muy agradecida por todo lo que me está pasando. De todos modos, me parece muy importante mantener la humildad, saber apreciar las cosas y no sentir que uno debería esperar estos reconocimientos.
 
¿El hecho de que antes no fuese así hace que la experiencia sea más disfrutable?
 
Por supuesto. Además, yo creo que cuanto más grande es el desafío, más se aprecia la victoria. Es algo sobre lo que no tengo la menor duda.
 
Muchas veces la parte más complicada no es estrenar un filme, sino conseguir el dinero para ponerlo en marcha. ¿Su experiencia con La noche más oscura fue diferente a sus películas anteriores?
 
Es una buena pregunta, porque lo que diferencia a En tierra hostil y La noche más oscura de mis películas anteriores es que en ambas pude trabajar sin compromiso creativo alguno. Y eso es algo muy importante para mí, aun cuando tuve que manejarme con un presupuesto limitado. Pero yo quería poder contar estas historias de la manera en que yo pensaba que había que contarlas, y para poder hacerlo tenía que tener el corte final. Yo quería poder presentar la historia de la forma en que sentía que era apropiado para cada material en particular y para estos personajes. Poder tener ese tipo de autonomía creativa, de espacio creativo, era verdaderamente importante para mí y es algo que logré en estas dos películas, lo cual las distingue de todas las demás.
 
Hoy en día debe de haber muchas adolescentes que le admiran y quieren ser directoras como usted. Pero en su época, no tenía a casi nadie a quien admirar. ¿Cómo de sola se ha sentido en todos estos años?
 
En realidad, yo primero fui pintora. Trabajé en el mundo del arte y en determinado momento descubrí el cine, o mejor dicho, el cine me descubrió a mí. Lo cierto es que empecé a hacer cortos en el contexto del mundo del arte cuando era joven. Y algo que siempre me interesó mucho del mundo del arte es que el tema del género nunca tuvo demasiada importancia. Lo que contaba era el trabajo, el contenido, la manera en que uno lo encaraba y cómo proponía sus ideas. No importaba si quien lo hacía era una pintora o un pintor. Sólo contaba el tema. Y yo creo que en mi desarrollo como artista he logrado conservar esa perspectiva. Siempre he visto las cosas de esa manera y creo que me ha ayudado mucho a lo largo de mi carrera. Por lo tanto, no veo el trabajo o las películas que hago desde una perspectiva femenina, mi mirada y mi evaluación son según el contenido. Por eso para mí es tan importante que el contenido sea un desafío. Esa es la misma manera en que se encaran las cosas en el mundo del arte.
 
¿Pero, de adolescente, no le llamaba la atención el cine?
 
No. Mi relación era con el arte. Yo pintaba. Me fascinaban los impresionistas, los prerrafaelistas, el expresionismo abstracto. Mi obsesión era la pintura, y cuando descubrí el cine, lo hice desde el arte. Llegué con una mirada muy inocente. Había estado metida durante tanto tiempo en el mundo del arte que cuando desemboqué en el cine lo hice con un enorme entusiasmo. Durante dos o tres años estudié todo con fascinación, porque todo me parecía muy exuberante. Digamos que devoré el compendio de la historia del cine en ese periodo. Enla Universidadde Columbia, en Nueva York, donde me gradué, tuve unos profesores extraordinarios, entre ellos Andrew Sarris y Milos Forman, que era el director de departamento de cine y es un hombre verdaderamente brillante. Digamos que conté con el entusiasmo y la guía de algunas mentes increíbles cuando me topé por primera vez con el cine.
 
Sin duda, su viaje de pintora abstracta a directora de cine ultrarrealista no podría haber sido más inusual...
 
Es cierto. Pero a la vez es un viaje de la forma al contenido. Uno también lo puede ver de esa manera.
En tierra hostil permaneció en el limbo durante largos meses antes de que la distribuidora norteamericana decidiera estrenarla. De pronto, esa película se convirtió en un gran éxito y terminó arrasando en el Kodak. ¿Cómo fue toda esa experiencia para usted?
 
Muy sorprendente y bastante surreal. Lo cierto es que estábamos en manos de la distribuidora que quería esperar y que eligió ese momento en particular para estrenar la película. Obviamente, la decisión terminó siendo muy acertada y todo lo que vino después fue una gran sorpresa. No esperaba que las cosas se dieran así.
 
Ha sido la primera mujer en ganar un Oscar a la mejor dirección en la historia del cine. Me imagino que debe de estar muy orgullosa, pero, por otro lado, ¿no le parece vergonzoso que se haya tenido que esperar 80 años para que una mujer se llevara ese premio?
 
Sí, por supuesto. Ciertamente fue surreal desde mi perspectiva, pero a la vez es una injusticia de la que todos tenemos conciencia. La verdad es que no se cómo explicarlo desde mi perspectiva. Probablemente se pueda explicar mejor desde una mirada histórica. No se por qué existe semejante inequidad, pero supongo que debe de tener que ver con que haya habido tan pocos ejemplos a los que seguir. Por lo tanto, supongo que en el pasado debía de ser muy difícil soñar con ser directora. De todos modos, creo que si uno logra poner el género a un lado, algo que tal vez no sea posible de lograr, yo creo que un realizador es un realizador, y que todos, hombres y mujeres, nos enfrentamos a los mismos desafíos. El objetivo es contar una buena historia, completar un día de rodaje habiendo cumplido con los objetivos propuestos, mantenerse dentro del presupuesto, cumplir con los días previstos de filmación, y a la vez tratar de obtener las mejores interpretaciones posibles por parte de los actores. Esa forma de ver las cosas, más que desde la necesitad de tener un modelo femenino, más allá de lo honrada que me siento de que me hayan puesto en esa posición, está más cerca a como yo siento que son las cosas. Me siento más identificada con esa perspectiva que con la política sexual o la historia del cine. En realidad, me encantaría que llegase un momento en la historia en que la gente no prestase atención a si el que gana es un director o una directora. Que sea simplemente un realizador. Yo creo que ese momento va a llegar muy pronto. Casi te diría que ya está aquí. Y por eso mismo estoy segura que de aquí en adelante las directoras van a tener muchas más oportunidades.
 
¿Cuáles son sus recuerdos de esa noche?
 
Estaba totalmente conmocionada. Fue como tener una experiencia extrasensorial. Nada en mi vida me había preparado para algo así. Usualmente, yo estoy detrás de la cámara. No estoy habituada a tener las cámaras delante de mí. Fue una situación muy inusual, y muy sorprendente para mí.
 
¿Cómo ha sido de grande la influencia artística de James Cameron en usted?
 
Soy una gran admiradora de su trabajo, y yo creo que todos somos influenciados por los artistas a los que admiramos. Es algo que nos pasa a todos, aunque es difícil de decir en qué medida. Pero lo cierto es que hemos tenido una colaboración laboral muy valiosa, y le admiro tremendamente.
 
¿Cree que algún día le dejarán hacer una comedia romántica?
 
Sí, siempre y cuando ese sea el proyecto que yo quiera hacer. Pero si me lo propongo, que no le queden dudas de que no voy a bajar los brazos hasta conseguirlo. No lo sé, quizás hasta algún día lo haga. En este mundo, todo puede llegar a pasar...

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