sábado, 25 de marzo de 2023

LA VIDA: ESE MOMENTO DIALÒGICO

 



"Los argentinos no debemos visitar sitios exóticos para encontrarnos con momentos de barbarie. En los años setenta, y en el seno de una espiral de violencia radicalmente confrontativa, la dictadura militar desplegó una feroz represión que arrojó como resultado una de las tragedias colectivas más severas de la Argentina moderna. Las figuras inusitadas del "desaparecido" y del "niño des-identificado" condensaron el espanto del terrorismo de Estado y el omnipotente deseo de aniquilamiento de toda memoria de las víctimas, de todo nombre, de toda identidad. Por eso entre nosotros, como efectos extraordinariamente perversos del terrorismo de Estado, son la desaparición y desidentificación de personas las que concentran el mayor desafío ético e intelectual."

"Esa negatividad, entonces, ese "no", esa privación, es la condición de posibilidad de que aquello que sucedió siga sucediendo, porque en rigor es un ocurrir que no tiene reconocimiento: de las víctimas, porque no saben o no están; de los victimarios, porque o bien lo siguen justificando o bien no lo reconocen como sucedido. Pero si lo que sucedió no se reconoce, entonces no tiene más remedio de seguir ocurriendo siempre, como un eterno retorno de lo reprimido. En el caso de los desaparecidos, lo que se ha cortado es el ritual que nuestra cultura prescribe hacia los muertos. Tanto en este caso como en el de los niños apropiados, recordemos que toda constitución de identidades implica una relación dialógica y simbólica. Dialógica, porque uno se constituye a partir de otro; simbólica, porque no se trata de vínculos de orden exclusivamente natural. Por ello ni el nacimiento ni la muerte son hechos exclusivamente biológicos. Y no lo son porque están sometidos a un proceso de significación, de otorgamiento de sentido que es simbólico por necesidad. "


"DE UTOPÌAS, CATÀSTROFES Y ESPERANZAS, UN CAMINO INTELECTUAL" (OSCAR TERÀN)

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