Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
lunes, 29 de noviembre de 2010
MEIN KAMPF...(FARSA)
Releo "Patriotas, héroes y hechos penosos de la política argentina", ensayo que Juan José Becerra le dedica a personajes mediáticos de la tv argentina (De Narváez, el rabino Bergman, Marcos Aguinis y Alfredo de Angeli)y no puedo contener la risa.
Se trata de un mapa de lecturas (con el humor como telón de fondo) de personajes que representan, cada uno desde su lugar -pero a su vez el lugar que los nuclea no es otro que la tv, aparato conservador por naturaleza- y a su modo, lo más conservador y reaccionario que fluye entre las capas medias y altas de la sociedad.
Exquisito el capítulo dedicado al rabino Sergio Bergman. Pasen y vean...
"El rabino Sergio Bergman me da un poco de miedo. Lo veo como un cyborg, una maquinita antropomórfica que repite frases a una gran velocidad -como si recién le hubiesen cambiado la batería-, para que el lenguaje robótico que lo hace hablar rinda a la altura de las exigencias televisivas que se le presentan. Está programado por una serie de aforismos cuya eficacia depende exclusivamente de sus reiteraciones (nada mas efectivo que decir las mismas cosas mil veces) y del sonido publicitario de esas reiteraciones."
"Estamos contemplando a una persona que intenta, desesperadamente, introducir un océano en una botella, por lo tanto vemos, en vivo y en directo, el sacrificio que significa para ella reducir el volumen de su canto moral a una síntesis. Y qué ha quedado en la botella? Dichos empalagosos: que la sociedad clama y reclama; que en vez de hablar de la Ley de Medios, hay que volver al principio en el que el medio es la Ley (esto lo volverá a decir porque acaso lo siente como un nuevo éxito de su playlist, y porque algún vicio inescrutable lo arrastra a revolcarse en sus propias frases); que una cosa son las reglas del juego y otra jugar con las reglas; que esto no se soluciona con manifestación de protesta sino con construcción de propuesta; que no hay que ver para creer sino creer para ver; que no hay que enojarse con el termómetro sino ver dónde está la fiebre. Humildemente: se está olvidando de Pablito clavó un clavito, qué clavo clavó Pablito?, o de en un plato de trigo comen tres tristes tigres trigo."
"Cuál es la posición corporal de Bergman respecto de su propia espiritualidad? Dónde podemos encontrarlo? Bueno, podemos verlo abonado al programa de Mariano Grondona; pero también junto a Hugo Biolcatti en actos de espiritualidad cívica organizados por la Sociedad Rural; o en marchas a favor de una política de seguridad de mano dura (es cierto: cuesta más verlo en escenarios de pobreza, pero ya irá)."
"Quiere una burocracia aristocrática: la burocracia buena; y nuevas estructuras, porque las estructuras actuales sólo pueden contaminar a los referentes. Por ejemplo, el Partido Socialista de Santa Fe podría, cómo no, contaminar a un referente como Susana Giménez, y así no arrancamos nunca. La pregunta es qué ideas tan novedosas y excepcionales tiene Bergman que no quepan en los más de setecientos partidos políticos que tiene la Argentina, de los cuales algunos como la gente debe haber (y si no, la pureza de Bergman podría desinfectarlos)"
"En qué consisten los contenidos que engordan el pensamiento cívico de Sergio Bergman? Somos los voceros del sentido común. El sentido común: nada más lejos de la reflexión que el sentido común, un fenómeno totalmente orgánico que se encuentra más del lado del hipo o la toz que del pensamiento. Y sin embargo, siempre hay un pensamiento detrás del sentido común, aquello que el sentido común no dice del todo y que lo arrastra hacia un terreno de interpretaciones - y allí lo espera la ley, su intérprete natural- en el que termina siendo traducido velozmente a una supuesta necesidad de normas."
"La lectura del Manifiesto Cívico argentino es de un altísimo riesgo mental, y cuando creo que ya está, que lo terminé y que cumplí con un trabajo de lectura que no puede no haber sido impulsado por el masoquismo, qué veo? Que Bergman va a resumir lo dicho! El final del libro es tortuoso, como lo fue su curso, porque Bergman no nos abandona: nos persigue. Nos dice que si queremos continuar con el diálogo abierto a partir de la lectura de este Manifiesto, nos invita a involucrarnos con su página web y su mail: con su after hour espiritual. Pero...de qué diálogo habla si se la pasó hablando solo?"
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