sábado, 12 de noviembre de 2011

FIN DE UN MUNDO ENFERMO...






ENTREVISTA AL GRAN FERNANDO VALLEJO...

Este es un libro muy complejo. Usted desmenuza más de mil quinientos años de historia. En esta historia, la iglesia católica aparece en su dimensión más siniestra. La cantidad de información, además del cuidado de la prosa, es aplastante. Quería preguntarle cuánto de su tiempo embargó y cuál es el objetivo del libro.

Bueno, el tiempo no me preocupa mucho. Estamos condenados a la nada, así que más vale invertirlo en algo que sirva para sacudir cabezas.

Pero...

No se preocupe, entiendo a dónde va su pregunta. Y debo decir que si no existieran Internet y Amazon (la librería virtual), éste hubiera sido el trabajo de una vida entera. Incluso así, nunca hubiera llegado a conocer lo que conozco. Pero existiendo Internet, las cosas se simplificaron bastante. Por ignorancia, pereza, o lo que sea, la misma Iglesia ha puesto a disposición del curioso, del investigador, una cantidad de documentos, bulas y encíclicas que bien leídas desenmascaran a la institución y facilitan mucho la investigación. Sin Internet, no tenga dudas, la escritura me hubiera llevado años.

Internet terminó con las enciclopedias.

Fernando Vallejo: Yo diría que terminó con la erudición. Usando una tecla se pueden encontrar cosas increíbles. Buscas datos sobre Manuel Paleolobus (o Manuel II, el Paleólogo, que mantuvo, circa 1391, un debate con un erudito persa sobre Mahoma, a quien el entonces emperador de Bizancio acusó de una incontrolable pulsión expansionista) y los encuentras apretando un par de teclas. Y entiendes por qué ese hombre fue citado por el Papa Ratzinger en la conferencia de Ratisbona (el 12 de septiembre del 2006), lo que produjo un gigantesco escándalo con los musulmanes. Evidentemente, la Web también está llena de basura, pero hay mucha basura útil.


¿Por ejemplo?


Bueno, esto que le estoy contando y otros datos muy relevantes. Es increíble que la Iglesia haya cometido el error de meter a todos sus padres juntos: los griegos, los latinos, todos. Es increíble pero cierto que no hay peor enemigo de la Iglesia que ella misma. Cuando se den cuenta, retirarán esos documentos, pero será tarde. Así como trataron de controlar la imprenta a un siglo de que la inventara Gutenberg, cuando la Contrarreforma, y crearon el índice de libros prohibidos, intentarán ahora controlar Internet, pero la situación de hoy es mucho más complicada. Es cierto que tienen sus aliados (los evangelistas, el mismo Islam; la tercera parte del planeta tributa en alguno de los monoteísmos...), pero la decadencia del catolicismo es irreversible. El recambio no lo es, claro. Es menos sólido doctrinariamente, pero igual de opresor y peligroso.

Usted ha formulado críticas feroces a Wojtyla cuando estaba vivo. Siempre se dijo que Ratzinger era el ideólogo, el cerebro detrás del Papa polaco.

No sé si se puede hablar de cerebro de una institución descerebrada. La Iglesia es una institución obcecada, obtusa, retrógrada, oscurantista, que sólo dice estupideces, infamias y mentiras contra la humanidad y contra los animales. Como no pueden quemar gente, porque han perdido el poder que tuvieron durante la Edad Media y el Renacimiento, siguen haciendo el mal, oponiéndose al control de la natalidad, por ejemplo, agitando la hoguera de la bomba demográfica. Seguramente están atrás de la industria de los pollos de cautiverio, de la producción de vacas artificiales, de la deforestación, la desaparición de determinadas especie... Esas vacas contaminan y recalientan el aire tanto como la deforestación. En la raíz del calentamiento global están las políticas contra los animales, y la inmensa cantidad de especies extinguidas o en vías de extinción.

Personalmente parece menos escéptico de lo que en verdad es...

Será porque quedan algunos animales que me alegran la vida. No espero nada de los humanos, y tampoco de la literatura. La vida no tiene otro destino que la muerte. Sin embargo, no me deja de asombrar cómo seres con un cerebro tan sofisticado son capaces de sabotear el futuro, cualquiera sea. El tema del amontonamiento de gente es espantoso. Nadie puede vivir así. Sin espacios de intimidad, aturdidos por el ruido. En la ciudad siempre hay ruido. La contaminación y el ruido están destruyendo lo poco que queda de civilización.

Le cambio el tema: ¿qué opina de las medidas que el presidente colombiano, Alvaro Uribe, ha propuesto para los guerrilleros de las FARC?

Uribe es un hombre vil, especialmente vil. Es el presidente de estúpidos que compraron el discurso de la mano dura y que eligieron a ese sinvergüenza esperando que pusiera orden. La idea de orden ya es detestable. ¿Querían orden? Hay tienen a 30 mil paramilitares sueltos. Pero lo peor de todo es que fue reelecto. Hace treinta años que vivo en México. Jamás volveré a Colombia. Uribe es un hombre despreciable. Pero no es cierto que sea un títere de los norteamericanos. La realidad es más compleja. Estados Unidos tiene cosas buenas y cosas detestables. Pero solemos olvidarnos que la idea de libertad nació en los Estados Unidos, cien años antes de que ocurriera la Revolución Francesa.

Tampoco tiene mucha simpatía por Hugo Chávez, ¿no?

Es un granuja, un delincuente. Un payaso que vive del petróleo que le compran los norteamericanos, que además lo financian también con los sistemas de extracción. A Chávez le gusta aparecer en las revistas. Es como Juan Pablo II. Un mal actor. En América Latina es difícil destacar a alguien. Son todos cómplices. El mundo de hoy es un lugar invisible.

Volvamos a la literatura. No puedo dejar de preguntar sobre los fastos que rodean los ochenta años de Gabriel García Márquez, y sobre su obra.

Era hora. Esperaba esa pregunta. Doy un rodeo: no me interesa la literatura en tercera persona. El narrador omnisciente que controla todos sus personajes. Para eso está el cine. Sólo me interesa la primera persona. Tampoco me interesa el periodismo aséptico, "objetivo". Sobre García Márquez hay que agregar que su pieza cumbre, "Cien años de soledad", no es más que un anecdotario mal escrito, separado por cadenas temporales y cierto exotismo entonces de moda. Es un narrador poco original y un peor prosista. Ya que estoy en la Argentina, ahora le pregunto yo: ¿se puede comparar la prosa de García Márquez con la de Mujica Láinez, o con la de Borges?

¿Se puede?

No resiste la menor comparación.

¿Algún contemporáneo que le interese?

Ya casi no leo literatura. Reynaldo Arenas tiene excelentes tramas pero muy mal escritas. No conocía el oficio, y para escribir, además de ideas, hay que saber manejar las palabras. Y leo a Michel Houellebecq, en francés, por supuesto. Mis lecturas están más destinadas hoy a la ciencia y la divulgación científica.

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