"¿Cómo podemos los norteamericanos conseguir que nuestra mente piense en otra cosa? Porque lo cierto es que si no nos ponemos a pensar en otra cosa el planeta acabarà incrustado en esa maquinaria, en montañas de metal inorgánico y poluciòn violenta, habrá asesinatos en masa. Ya hemos sido testigos en realidad de esos horrores.
Haré por tanto de forma abrupta una primera propuesta: una a nivel simbólico, pero que debería ser tomada lo màs literalmente posible, sorprenderá a algunos y agradarà a otros: que todas las personas que oigan mi voz, directa o indirectamente, prueben al menos una vez en la vida el LSD, todos los hombres y mujeres y niños de Estados Unidos con buena salud y mayores de 14 años, incluso si es necesario que tengamos que pasar por una crisis nerviosa en masa de una buena vez por todas, que veamos a los banqueros partiéndose de risa en sus puertas giratorias con miradas extrañas.
Propongo entonces que todas las personas, incluyendo al Presidente con todas sus vastas hordas de generales, ejecutivos, jueces y legisladores de estos Estados vayan a la naturaleza, encuentren un amable maestro o un gurù o guÌa indígena de peyote y examinen sus conciencias con LSD.
Cuando esto suceda, profetizo que recibiremos un rayo de gloria o de inmensidad que nos llevarà màs allá de nuestros condicionados egos sociales, màs allà de nuestro gobierno, màs allà incluso de América y nos unirá en una comunidad pacifica.
Todavía podemos salvar a la Tierra de nuestra propia agresión y la vida orgánica puede volver a ocupar en la superficie el lugar en el que han proliferado la cancerígena materia inanimada, el metal y el asfalto. A pesar de que en este siglo se hayan extinguido muchas especies de mamíferos todavía hay algunas que pueden salvarse, nosotros entre ellas. "
Haré por tanto de forma abrupta una primera propuesta: una a nivel simbólico, pero que debería ser tomada lo màs literalmente posible, sorprenderá a algunos y agradarà a otros: que todas las personas que oigan mi voz, directa o indirectamente, prueben al menos una vez en la vida el LSD, todos los hombres y mujeres y niños de Estados Unidos con buena salud y mayores de 14 años, incluso si es necesario que tengamos que pasar por una crisis nerviosa en masa de una buena vez por todas, que veamos a los banqueros partiéndose de risa en sus puertas giratorias con miradas extrañas.
Propongo entonces que todas las personas, incluyendo al Presidente con todas sus vastas hordas de generales, ejecutivos, jueces y legisladores de estos Estados vayan a la naturaleza, encuentren un amable maestro o un gurù o guÌa indígena de peyote y examinen sus conciencias con LSD.
Cuando esto suceda, profetizo que recibiremos un rayo de gloria o de inmensidad que nos llevarà màs allá de nuestros condicionados egos sociales, màs allà de nuestro gobierno, màs allà incluso de América y nos unirá en una comunidad pacifica.
Todavía podemos salvar a la Tierra de nuestra propia agresión y la vida orgánica puede volver a ocupar en la superficie el lugar en el que han proliferado la cancerígena materia inanimada, el metal y el asfalto. A pesar de que en este siglo se hayan extinguido muchas especies de mamíferos todavía hay algunas que pueden salvarse, nosotros entre ellas. "
"SOLEDAD PÙBLICA" (ALLEN GINSBERG ESENCIAL)