viernes, 28 de enero de 2022

LA SINCERIDAD DE ESA VOZ




Hoy en día, en el Estado de Florida no hay un solo médico que practique el aborto ni clínicas que presten asistencia en ese sentido. Su lógica es la siguiente: es mejor matar a seres humanos vivos y librepensadores que a células en crecimiento, carentes de estímulo y conciencia, alojadas en una tibia cámara.

Está claro  que en términos educativos me encuentro en el nivel de un estudiante de segundo año del bachillerato. Está claro que estas palabras no se meditaron ni se releyeron siquiera. Este estilo de escritura es lo que me gusta llamar , desde la óptica de un estudiante de segundo año del bachillerato, un intento por mostrar que, a pesar del nivel de inteligencia que cada uno pueda tener, todos nosotros nos cuestionamos el amor, la falta de amor y el miedo al amor. Es bueno cuestionar la autoridad y combatirla también, aunque solo sea para hacer las cosas un poco menos aburridas.

Los representantes del macho americano tienen más de una manera de violar.

He conocido a muchas mentes capaces de almacenar y traducir cantidades ingentes de información, y sin embargo carecen de la más mínima habilidad para alcanzar la sabiduría o apreciar la pasión.

Estoy total y absolutamente a favor de: la homosexualidad, el consumo de drogas como forma de experimentación (aunque yo sea la prueba viviente de los resultados perniciosos de la excesiva permisividad en ese sentido), la anti-opresión (entendiendo por opresión la religión, el racismo, el sexismo, la censura y el patriotismo), la creatividad a través de la música, el arte, el periodismo, el amor, la amistad, la familia, los animales y la revolución a gran escala organizada de forma violenta; no se puede desprogramar a los codiciosos.

Todos los días de mi vida durante cinco años.  Cada vez que tragaba un bocado de comida sentía un dolor atroz que me daba náuseas  y ardores en la boca del estómago. El dolor se volvía aún más fuerte cuando iba de gira debido a la falta de unos hábitos alimenticios correctos y regulados y de una dieta adecuada. Desde el comienzo de dicha afección me he sometido a 10 intervenciones distintas en las zonas gastrointestinales superiores e inferiores que han revelado una inflamación brutal en el mismo punto. He consultado a 15 médicos distintos y he probado una cincuentena de medicamentos para la úlcera. Lo único que he visto que funcionaba eran los opiáceos fuertes. Había muchas veces que me veía literalmente incapacitado en la cama durante semanas, vomitando y muriéndome de hambre. Y llegué a la conclusión de que bien podría ser un yonqui si ya me sentía como tal.

La idea de perder a mi hija me persigue día tras día. Hasta me pone un poco nervioso llevarla en el coche por miedo a tener un accidente. Haré lo indecible por recordarle que la quiero más que a mí mismo. No porque sea mi deber como padre, sino porque así lo deseo por el amor que siento por ella.

Estoy amenazado por el ridículo. 

Soy demasiado consciente de la sinceridad de mi voz.

Me gusta tener relaciones sexuales.

Quiero a mis padres aunque disienta prácticamente de todo lo que ellos defienden.

Entiendo y aprecio el valor de la religión por el prójimo.

Mis sentimientos se ven influidos por la música.

El punk rock significa libertad.

Me sirvo de retazos de la personalidad de otros para forjar la mía propia.

Me gusta la pasión.  Me gustan las cosas bien hechas.  Me gusta la inocencia.

Me gusta la clase obrera.

Me gusta jugar mal mis cartas.

Me gusta soñar que algún día los jóvenes del mundo compartiremos un sentimiento de solidaridad generacional.

Me gusta el consuelo de saber que las mujeres son generalmente superiores y por naturaleza menos violentas que los hombres.

 Mis letras son un gran montón de contradicciones. Se dividen a partes iguales entre opiniones y sentimientos sumamente sinceros y refutaciones sarcásticas y humorísticas, espero, hacia los estereotipados ideales bohemios desfasados desde hace años. En fin, me gusta ser apasionado y sincero, pero también me gusta divertirme y hacer el imbécil. Bichos raros del mundo, uníos.

El colmo de la ironía es que son los periodistas los que están obsesionados con tratar de demostrar que los músicos no tienen control alguno sobre su propia creatividad y que están sometidos a la voluntad de la discográfica. Y el mayor y más extendido de los tópicos, y con todo tan cierto que no se puede pasar por alto, es que la mayoría de los periodistas no tienen ni idea de lo que supone escribir una canción, tocar un instrumento o actuar en un escenario delante de un público.

Agoté la mayor parte de las conversaciones a los nueve años.

Ojalá hubiera alguien a quien pudiera pedirle consejo. Ojalá pudiera explicarme alguien por qué razón ya no tengo deseo alguno de aprender.

Mis ojos son capaces de ver cosas con más claridad de la que imaginaba, es como un microscopio, pero ya no importa porque me acaban de prender fuego. Sí, no me cabe duda, estoy ardiendo. Maldita sea.


KURT COBAIN ("DIARIOS")

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