Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
jueves, 10 de junio de 2010
EL INICIO..Y DESPUÈS
Y entonces era eso. Es eso: una sombra espesa bordeando la puerta de la habitación, los ojos claros de la noche durmiendo entre las sábanas, el sueño esquivo del ángel que se posa en la ventana, el insomnio clavado en la mesa de luz, la historia inconclusa de un libro perdido en el cajón, un traje azul y un hueco en el lugar de la pasión, las arañas desfilando por las paredes, una mujer ausente, el llamado inaudible de un hombre distante que dice las palabras jamás dichas, una mesa servida para dos, las velas tiritando de frío, un café frío volcado sobre el cielo, una mancha en la foto del comedor, montañas de cigarrillos besando el cenicero, unos labios de papel arrastrados por el viento, una voz, muchas voces de metal atravesando una pantalla, el guiño de la puerta de calle, una cucaracha resbalando en la cerámica del baño, un sobre con bollitos de dinero, un rapto del corazón en plena noche, un estampida de estrellas en la madrugada azul, un fuego que baña los alrededores de la casa, el aullido de la puerta de calle, un hombre buscando una llave, buscando una salida, buscando algún colectivo o un tren, algo o alguien que lo envuelva y lo lleve hacia un momento frente al mar, hacia una plaza en primavera, la sangre de un niño, la sal de un ciego en sus días sin sol, el sabor de la mañana, el sudor de las palabras, la ansiedad de los objetos, los ríos de incomunicación, los ojos de las mujeres que no ven, el perfume de su madre, las manos rotas de su padre, el deseo latiendo en el horizonte, las pesadillas de la civilización, el sueño de otros hombres, el sueño de una vida.
Eso fue el inicio. El resto fue el futuro.
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