Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Y LOS GANADORES SON...
Este fin de año me encuentra -como a todo el mundo- tratando de hacer posible lo imposible: escapar del calor sanguinario que nos persigue sin piedad. Lo sabemos: no podemos escapar; sólo refugiarnos al amparo de los aires acondicionados que (cuando la energía eléctrica lo permite) funcionan en nuestras casas, en la oficina, en el bar o en el cine.
El cine, este año, me reportó experiencias muy ricas y diversas.
El abanico comprende títulos como "Pendejos", "Gravedad", "La sospecha", la sorprendente -y altamente recomendable- "Borgman" (una joyita del festival de cine europeo) y, fundamentalmente, "Antes del anochecer". Ésta última es una gloria absoluta. Sobre todo pensándola en relación a las dos anteriores. Habrá que hacer memoria (y en mi caso no va a alcanzar) para encontrar alguna trilogía que borre los límites entre la pantalla y la realidad.
Recuerdo haberme enterado de su estreno la semana de junio en que la fiebre llegó a mi cuerpo superando los límites de lo soportable (42°!!!).
Esa felicidad anticipada se vio corroborada en el cine. Dos veces.
Al pasarle las dos primeras a mi amiga le advertí: "traté de conseguirte la tercera y no lo pude hacer. Cuando termines de ver la segunda vas a salir desesperada a buscar la última". A los pocos días su mensaje me hizo reír: "terminé de ver la segunda y salí en pijama a la calle para buscar la tercera. Recién cuando subí al auto me di cuenta que no me había cambiado!"
Brindo por este tipo de películas; por las que nos hacen salir a la calle desnudos, o en pijama.
En mi caso, la desnudez me resultaría menos vergonzosa.
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