Una delivery de incongruencias al servicio de la dama que cuelga del hombro de la cartera o de la billetera en la que duerme, junto a roca y belgrano prensados, el caballero suburbano.
domingo, 30 de diciembre de 2018
EL ALMA EN EL TIEMPO
"El ser humano es único en cuanto que se compone de dos acontecimientos: el de su organismo biológico, y en eso es igual que la tortura y la liebre, y el de su conciencia. Así, en el ser humano coexisten dos tiempos que corresponden a esos dos acontecimientos. El tiempo durante el cual es concebido, crece, madura, envejece y muere. Y el tiempo de su conciencia.
El primer tiempo se comprende a sí mismo. Por eso, los animales no se plantean problemas filosóficos. El segundo tiempo ha sido comprendido de una manera o de otra en los diferentes períodos. La primera tarea de cualquier cultura es, en verdad, proponer una comprensión del tiempo de la conciencia, de las relaciones del pasado con el futuro percibidos ambos como tales.
La explicación ofrecida por la cultura europea contemporánea, la cual, durante los dos últimos siglos, ha ido marginando cada vez más cualquier otra explicación, ha consistido en construir una ley del tiempo uniforme, abstracta, unilateral aplicable a todos los acontecimientos y con arreglo a la cual puedan ser comparados y regulados todos los "tiempos".
Según esta ley, la Osa Mayor y la hambruna pertenecen a un mismo cálculo, un cálculo que ambas desconocen. También mantiene esta ley que la conciencia humana es un acontecimiento establecido en el tiempo, como cualquier otro. De este modo, una explicación cuyo fin es explicar el tiempo de la conciencia, trata a esta conciencia como si fuera algo pasivo, como un estrato geológico. Si el hombre moderno se ha visto a menudo víctima de su propio positivismo, el origen de este proceso hay que buscarlo ahí, en la negación o abolición del tiempo creado por el acontecimiento de la conciencia.
En realidad, siempre estamos entre dos tiempos: el del cuerpo y el de la conciencia. De ahí la distinción que hacen todas las demás culturas entre el cuerpo y el alma. El alma es lo primero y, sobre todo, el escenario de otro tiempo.
JOHN BERGER ("Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos")
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