La hipótesis comunista continúa siendo la buena hipótesis, no veo ninguna otra. Si tenemos que abandonar esta hipótesis, ya no vale la pena hacer nada en absoluto en el campo de la acción colectiva. Sin el horizonte del comunismo, sin esta Idea, no hay nada en el devenir histórico y político que tenga algún interés para un filósofo. En realidad, lo que se nos impone como misión, hasta como una obligación filosófica, es contribuir a que la hipótesis pueda desplegarse en un nuevo modo de existencia.
Llamo "Estado" o "estado de la situación" al sistema de obligaciones que, precisamente, limitan la posibilidad de los posibles. Podrá decirse también que el Estado es aquello que prescribe lo que, en una situación dada, es lo imposible propio de esa situación, a partir de la prescripción formal de lo que es posible.
¿Qué constituye hoy el Estado respecto de lo posible político? Pues bien: la economía capitalista, la forma constitucional del gobierno, las leyes (en el sentido jurídico) referentes a la propiedad y la herencia, el ejército, la policía...
El Estado organiza y mantiene, a menudo por la fuerza, la distinción entre lo que es posible y lo que no lo es. De todo ello resulta claramente que un acontecimiento es algo que ocurre en tanto se sustraiga a la potencia del Estado.
La Historia como tal, compuesta de hechos históricos, no se sustrae en modo alguno a la potencia del Estado. La Historia no es subjetiva ni gloriosa. Antes bien, debemos decir que la Historia es la historia del Estado."
El balance actual de la Idea del comunismo es que la posición de la palabra ya no puede ser la de un adjetivo, como cuando se dice "partido comunista" o "regímenes comunistas". La forma Partido, como también lo es la del Estado socialista, hoy es inadecuada para asegurar el sostenimiento real de la Idea.
Durante tres décadas, la palabra "comunismo" fue o bien completamente olvidada, o bien prácticamente identificada con empresas criminales. De ahí que la situación subjetiva de la política se haya vuelto tan confusa en todas partes. Sin Idea, la desorientación de las masas populares es ineluctable."
Llamo "Estado" o "estado de la situación" al sistema de obligaciones que, precisamente, limitan la posibilidad de los posibles. Podrá decirse también que el Estado es aquello que prescribe lo que, en una situación dada, es lo imposible propio de esa situación, a partir de la prescripción formal de lo que es posible.
¿Qué constituye hoy el Estado respecto de lo posible político? Pues bien: la economía capitalista, la forma constitucional del gobierno, las leyes (en el sentido jurídico) referentes a la propiedad y la herencia, el ejército, la policía...
El Estado organiza y mantiene, a menudo por la fuerza, la distinción entre lo que es posible y lo que no lo es. De todo ello resulta claramente que un acontecimiento es algo que ocurre en tanto se sustraiga a la potencia del Estado.
La Historia como tal, compuesta de hechos históricos, no se sustrae en modo alguno a la potencia del Estado. La Historia no es subjetiva ni gloriosa. Antes bien, debemos decir que la Historia es la historia del Estado."
El balance actual de la Idea del comunismo es que la posición de la palabra ya no puede ser la de un adjetivo, como cuando se dice "partido comunista" o "regímenes comunistas". La forma Partido, como también lo es la del Estado socialista, hoy es inadecuada para asegurar el sostenimiento real de la Idea.
Durante tres décadas, la palabra "comunismo" fue o bien completamente olvidada, o bien prácticamente identificada con empresas criminales. De ahí que la situación subjetiva de la política se haya vuelto tan confusa en todas partes. Sin Idea, la desorientación de las masas populares es ineluctable."
ALAIN BADIOU ("SOBRE LA IDEA DEL COMUNISMO")
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