sábado, 8 de noviembre de 2014

EL AMOR: UN SISTEMA AUTORITARIO...







 


"ENTRE HOMBRES" DE GERMÀN MAGGIORI (FRAGMENTO)

El amor es un mecanismo de supervivencia para el gènero humano. Un dispositivo innato y perverso cuya finalidad es ejercer el dominio sobre los semejantes. Desde un enfoque puramente bioquìmico, el amor es la liberaciòn de una cascada de hormonas e intermediarios quìmicos en la sangre. En presencia de la persona amada o cuando esta es evocada de la mano del recuerdo, se desencadena el còctel de humores responsable de la sensaciòn conocida como amor. El efecto producido, solo comparable en casos  de relaciones muy intensas al sìndrome de abstinencia que provocan los opiàceos, y en la mayorìa de las relaciones a la sensaciòn de tono desagradable que produce la sed, en efecto, decìa, es uno de los horrores del amor. 
No existe la correspondencia afectiva absoluta. Solo hay un hormigueo quìmico, el tono desagradable de la ausencia que solo cura la presencia, la saciedad de la presencia del ser amado. El amor funciona como un mecanismo adaptativo del hombre para ejercer el dominio tanto sobre su misma especie como sobre los demàs. Quedarà por determinar todavìa si se trata de una categorìa màs dentro del aprendizaje filogenètico o de la simple exteriorizaciòn de una habilidad inscripta directamente en el còdigo genètico.
Tomemos como ejemplo la primera relaciòn que establece un ser humano, estamos hablando de la realaciòn de una madre con su hijo durante la gestaciòn, una relaciòn prenatal. Aquì no puede decirse que exista una simbiosis sino que lo màs adecuado es hablar de parasitismo, un caso de biocompatibilidad parasitaria. La criatura se alimenta de la madre, extrae de ella los nutrientes esenciales para completar su desarrollo. Hay, por lo tanto, un sometimiento (placentero, aceptado) de la madre hacia su bebè. El amor de la madre hace posible la viabilidad del ser en gestaciòn. Podrà objetarse que la madre embarazada no tiene control sobre su cuerpo y que el sometimiento es pasivo, pero afirmar algo asì serìa desatinado: hay en la literatura mèdica infinidad de casos registrados de abortos espontàneos producidos en madres que no aceptan la maternidad. Por otro lado, si la madre fecundada contra su voluntad no genera un aborto espontàneo, usualmente termina recurriendo  a alguien para que se lo practique. En estos casos, si a pesar de todo el embarazo llega a tèrmino, la criatura arrastra generalmente graves problemas fìsicos y psìquicos. Las relaciones aberrantes entre la madre y el hijo en gestaciòn provocan vidas aberrantes consecuencia de la falta de amor, de la falta de la tiranìa del amor.
El amor, entonces, funciona como un sistema autoritario: el amor es el imperio de la esclavitud, es la lucha por ejercer el dominio de ese imperio."

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