domingo, 15 de agosto de 2010

EL RESUMEN CRÌTICO DE LOS MEDIOS...





Lo prometido es deuda, y las deudas, se sabe, no las debe pagar dios; 6,7,8, entonces, es la propuesta para mis primeras 50 entradas.
No puedo arrancar sin dejar en claro que el programa me parece lo mejor de la televisión vernácula del 2010. Un programa necesario. No hay, en la pantalla chica al menos, otro espacio en el que se pongan a circular ideas. Ahora bien, lo interesante es pensar qué tipo de ideas, de qué forma circulan, y qué efecto generan del otro lado de la pantalla.
El programa cumple al pie de la letra la vieja consigna futbolera/guerrera que reza lo siguiente: "no hay mejor defensa que un buen ataque". Se defiende una gestión, la de los k, atacando a los que, desde diferentes sectores, la atacan (el grupo Clarín, básicamente, pero también la oposición, el campo, la iglesia, los militares).
Como un "resumen crítico" de los medios. De esa forma Luciano Gallende, su conductor, presenta el ciclo cada noche.
¿Qué tipos de ideas circulan? Que 6,7,8 es el programa que viene a echar luz sobre todo aquello que pretenda echar sombras sobre el oficialismo. Que 6,7,8 se ubica, en el espectro político, dentro de una centro-izquierda que apoya todas las causas progresistas-populares que impulsa el actual gobierno (el matrimonio igualitario, la ley de medios, la redistribución de la renta del agro, la asignación universal por hijo, la condena a todos los militares que participaron del proceso, el esclarecimiento de la causa noble, y siguen las firmas).
La circulación de estas ideas tiene varios soportes: el archivo (conjunto de imágenes de ayer y hoy) y la palabra presente, viva. La palabra circula a través de los panelistas, teniendo asignadas formas de uso según cuál de ellos haga uso de la misma; de este modo, podemos decir que: a Gallende le corresponde la redistribución de los tiempos del habla y los comentarios de analista terapéutico, a Barone la reflexión histórica así como también la metáfora y las analogías, a Cabito el chiste fácil ante del corte, a Barragán sus canciones hiperofensivas (especialmente contra Macri) y sus pomposas ironías, a Carla los lugares comunes del que sabe poco de mucho y mucho de nada y a Sandra Russo, seguramente la màs interesante, la reflexión inteligente, elaborada. Este soporte, en sí mismo, sería insuficiente para instalarse como lugar de oposición a la oposición. La fuerza la consiguen, entonces, a través de lo que ellos mismos llaman el "efecto multiplicador de voces". Multiplicar es la tarea, por lo que, en cada envio, participa no solo pùblico en vivo, sino también, y fundamentalmente, personalidades, muchas veces destacadas, de diferentes ámbitos (actores, políticos, intelectuales, artistas, periodistas, deportistas) que refuerzan el relato crítico de los medios. La otra pata sobre la que se para el programa es su facebook, desde el cual la "gente común" sube sus fotos con "buena onda", con lo cual vemos que la "gente común" tiene buena onda con su presente, con el programa, y, en consecuencia, con la actual gestión de gobierno.
¿Cuál es el problema con 6,7,8? Concentra demasiado tiempo en atacar a los anti-k y poco, muy poco, en resaltar logros del gobierno. Basta ver, cuando arranca el programa, el cartel que dice "otro día con muy buenas noticias" y luego enumera: 1)- "disminuyo el trabajo en negro" 2)- "Hoy Nalbandian hizo un gran partido"
Dedican tanto tiempo a Clarìn, escondidos bajo del ropaje de su consigna de que son, simplemente, "un resumen crítico de lo que pasa en los medios", que pasan por alto lo siguiente: qué pasa con aquellas noticias que Clarín o La Nación publican sobre le gobierno y que en el programa no se encargan de desmentir: tendríamos que pensar que son ciertas. Lo que hace 6,7,8, lo que pretende crear su relato nocturno en la consciencia de los espectadores, es que ellos solo seleccionan las mentiras mas groseras de los grandes medios, pero dejan en claro, implícitamente, que no podemos creer absolutamente nada de los mismos. No les haría falta contestar todas y cada una de las falsedades de Clarín o La Nación, simplemente eligen muestras, significativas, de un todo "podrido".
EL odio que genera en mucha gente, es saludable. Es un odio que surge de poner en jaque aquellas cosas que dábamos por sabidas, por "dadas", por entendidas y asumidas de un modo y no de otro (¿el mismo odio que genera el analista, tal vez?)
Un programa valioso entonces, con aciertos en la medida que nos pone en jaque y nos obliga a confrontar hechos y discursos, pero que también nos patotea y nos subestima muchas veces, irritando hasta el hartazgo con sus repeticiones insufribles de archivos, y omitiendo el màs mìnimo anàlisis crìtico del gobierno.

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