viernes, 30 de julio de 2010

NUESTRAS CLASES...




Viendo 6, 7, 8 (ya vendrá una columna sobre el programa), algo, no se bien que, me remite a "La Clase", del francés Laurent Cantet, y no puedo dejar de pensar que es una película de una inteligencia abrumadora. La articulación de cuestiones vitales para analizar el presente de la educación (y el presente en si) es brillante. Qué es educar, qué es aprender, que es enseñar, qué es entender, qué es compartir...pero también, cómo hacerlo, dónde y por qué.
Educar, tal vez, sea el verbo de conjugación más compleja. Y es que, conjugado sanamente según mis reglas gramaticales, se trata de un verbo al que se debe saber en que momento (o etapa, o situación) se lo aplica en forma vertical, y en cuàl de ellos se lo debe intentar hacer de la forma màs horizontal posible.



P: ¿Cómo surgió el proyecto?

LC: Hacía tiempo que quería rodar la historia de un alumno difícil enfrentado a una expulsión, pero fue al descubrir el libro de François Bégaudeau cuando me lancé a la piscina. El microcosmos de una clase suele ser reflejo de la propia sociedad y me permite abordar temas que me interesan especialmente: la integración de los inmigrantes, los efectos de la invisibilidad de las minorías o la explosiva situación de la banlieue francesa. Todo pasa por la escuela y empieza en ella.

P: ¿Por qué eligió al autor del libro como protagonista?

LC: Solo François podía re-crear su propio personaje de manera fiel, ya que escribió el libro basándose en su propia experiencia como profesor de Lengua en un instituto parecido. Solo él podía aportar un punto de vista interior, que ni el mejor de los actores profesionales podría haber adquirido.

P: Lleva su cine a una dirección cada vez más naturalista con métodos del documental.

LC: Me inscribo en la ficción, pero me interesa situarme cerca de la realidad que describo. Por eso siempre uso actores no profesionales en mis films. Me encuentro cómodo en este espacio intermedio. Quiero que cada una de las personas que participa en mis películas nos permita participar de su propia experiencia y nos ayude a entender mejor el mundo en que vivimos. En este caso, alterné largos ensayos con los jóvenes protagonistas con mucha improvisación en el set.

P: Su retrato del profesor es atípico, ya que el personaje no está exento de defectos.

LC: Los profesores son personas formidables con una función social muy importante, pero también son seres humanos que cometen errores. Fue importante trabajar estas ambivalencias. El profesor como personaje ejemplar que hemos visto tantas veces en el cine no me interesaba. Muchos profesores se han reconocido en el personaje, aunque muchos me reprochan que muestre esas debilidades.

P: De hecho, la película ha sido un fenómeno en su país, pero también le han llovido críticas.

LC: Se me ha acusado de pretender hacer un gran discurso sobre la escuela, cuando yo nunca he querido generalizar o ejemplarizar lo que cuento. Solo muestro momentos particulares en una escuela particular en un único curso escolar. Los sectores más reaccionarios me han dicho que la escuela está para aprender reglas gramaticales y no para discutir sobre la vida. Pero para mí la escuela debe ser un lugar de debate, un sitio donde pensar y ponerse en duda a uno mismo.

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