martes, 22 de mayo de 2012

LUGAR DE PERTENENCIA...



Buena parte de los estereotipos e imaginarios argentinos del siglo XX ha estado ligada a un nebuloso sentido de identidad de clase media. Cómo se ha ido configurando esta identidad y qué perfiles fue adoptando a lo largo de las décadas son interrogantes que disparan visiones ideológicas, posicionamientos políticos confrontativos y construcción de linajes históricos justificatorios. El historiador Ezequiel Adamovsky ha buscado otras respuestas sobre un "nosotros" de pies esquivos y algunas de las que presenta se proyectan sobre nuestro horizonte.

¿Qué clase social es la clase media?
Es un concepto difícil de definir porque va cambiando a través del tiempo. En distintos países significa cosas diferentes. Y dentro de un mismo país, como fruto de un proceso histórico, la categoría puede ir agrupando sectores cada vez más bajos. Es una clase muy difícil de definir porque es una categoría política, más que sociológica.

¿Cuál es la genealogía de la clase media argentina?
En el siglo XIX, sobre todo desde Mitre en adelante, ya aparece la idea de que Argentina es un país en el cual no hay distancias sociales tan abruptas como en otros de la región. Esa construcción descansó en algunos aspectos reales -la sociedad bonaerense era más igualitaria que otras de la región-, pero integró el proyecto de Mitre de reformar las instituciones de acuerdo al modelo europeo.

¿El radicalismo fue la encarnación partidaria de la clase media?
Ese es un estereotipo que resulta de una narrativa histórica inspirada en las ideas de Sarmiento y de Mitre, que concibe la historia nacional como un proceso de modernización según el cual, a partir de cambios demográficos con la inmigración, y económicos con el modelo agroexportador, se crea una sociedad más compleja con una clase media fuerte que encuentra en los radicales su partido. La clase media aparece como el baluarte de la democratización del país y es, a la vez, causa y consecuencia del progreso. Pero esto no fue así. La UCR fue inicialmente un partido con líderes de la elite que no se dirigió particularmente a la clase media; recién en las décadas del 20 y 30 empieza a prestarle atención.

¿La generalización de la educación pública fue relevante para la formación de la clase media?
En esa narrativa de la modernización que criticaba es un eje central. Pero no hay ningún motivo por el cual la extensión de la educación recorte en sí misma las clases sociales de tal o cual manera. La imagen mental de que la sociedad se divide en clase alta, media y baja es una conceptualización entre varias posibles, y de hecho hay países donde no se la utiliza. La cuestión relevante es en qué momento y con qué finalidades determinados grupos sociales adoptaron una identidad de clase media en lugar de adoptar una identidad de clase alta o baja. Y esto es muy interesante porque a pesar de lo que solemos pensar, no hay una identidad de clase media marcada hasta la década de 1940. No hay indicios de que haya grupos que se identifiquen como clase media antes.

¿Funcionarios, universitarios y docentes no fueron tejiendo antes una identidad de clase media?

Desde fines del siglo XIX hay procesos de clasificación y de jerarquización. Por la educación, el dinero, el consumo, la vivienda y el barrio, se armaron modos de distinguirse y estrategias de hacerse de una imagen de "decencia" -tal era la palabra que se usaba- que distinguía un universo que no era el del pueblo bajo y tampoco la clase alta. Como ve, la identidad de la clase media surge de una curiosa idea de decencia.

¿Por ejemplo?

Uno de los ejes de la identidad y el orgullo de clase media pasa por el consumo de bienes educativos y culturales. Y en la Argentina, la cultura, hasta la década de 1990 -ahí cambió bastante- fue más importante que el dinero como elemento definitorio de quién es y quién no de clase media.

Ni rica, ni pobre, ¿cómo se adquiere identidad de clase media?
Hasta el peronismo no había un sentido de que todo ese universo tenga unidad, sea una clase. Si uno le decía a un médico de 1910 que él formaba la misma clase que un almacenero, se habría sentido ofendido, porque para él un almacenero era una persona que no tenía respetabilidad ("decencia") y sí la tenía alguien con diploma universitario. En los períodos anteriores a 1940, grupos que hoy consideramos clase media se consideraban clase trabajadora, como los empleados de comercio y administrativos. Los gremios planteaban así esa identidad grupal. Al mismo tiempo, en Perú, que se supone menos moderno en lo social, los empleados de comercio desarrollaron una más temprana identidad de clase media.

¿Y qué provocó el peronismo?
Perón canalizó un orgullo plebeyo que estaba invisibilizado o aplastado; y también generó un rechazo no sólo de parte de las clases más altas sino incluso de clases medias y medias bajas que estaban acostumbradas a pensar la carrera del ascenso social asociada al esfuerzo individual, el ahorro, la educación y el trabajo paciente. De pronto el peronismo habilitó canales de progreso que tenían que ver con las reivindicaciones colectivas y el apoyo del Estado antes que con una aventura personal. El estilo político de Perón fue generando rechazos en varios sectores de la sociedad. Y en 1945 se armó una coalición social de rechazo a Perón. La Unión Democrática unificó por primera vez el sector social alto y el medio, bajo la hegemonía del alto. La identidad de clase media surgió en verdad no en el 45 sino después del 46, en el momento en que se descubrió que ya no era posible seguir concibiendo al pueblo de manera unificada. Ya no se podía hablar en abstracto del pueblo y se hizo carne la identidad de clase media como una forma de reclamar por una porción del pueblo que no era el pueblo peronista y que tenía intereses legítimos. Esa porción de pueblo reclamaba para sí todo lo ligado al civismo, el orgullo republicano, la decencia, la racionalidad política. Entonces el pueblo se partió en dos: los descamisados y la clase media argentina, que entonces se empieza a llamar así. Desde ese momento se volvió un lugar común que la clase media es antiperonista por definición, a pesar de que muchos de sus miembros apoyaron a Perón.

¿Qué significó Frondizi?
Frondizi fue leído como representante de la clase media, vuelta a la normalidad cívica y racionalidad política. En esos estereotipos o imágenes, la clase baja era irracional y manipulable, como todavía hoy se la representa.

¿En la década del 60 la clase media se hace revolucionaria?
Por impacto de la Revolución Cubana, pero también por la situación local, hubo un marcado proceso de izquierdización de la sociedad, de sectores medios, bajos y altos. Pero la política y la sociedad siguieron partidas en dos. En el ensayismo de los años 50 y 60 -con Jorge Abelardo Ramos y Arturo Jauretche- hubo un cuestionamiento a la clase media por su voluntad de estar identificándose con la clase alta, su incomprensión de los problemas nacionales y su desprecio al pueblo llano. Disputaban quién encarnaba la nacionalidad: la clase media, como abanderada de progreso y modernización, o los movimientos, peronistas o marxistas, que reivindicaban a los trabajadores como encarnación del futuro promisorio.

¿Qué hizo luego la globalización con la clase media?

En un primer momento hubo una campaña en favor de las medidas neoliberales en la década del 80, con la prédica constante de personajes como Neustadt y Alsogaray, que se apoyaron en el orgullo de clase media. Se culpabilizó al sindicalismo de los males nacionales, generando la idea de que para la persona de trabajo siempre hay oportunidades, y que el que se queja es porque no quiere trabajar. Pero, en un segundo momento, las reformas neoliberales implantadas fracturaron el universo cultural de la identidad de clase media. En la década del 90 hubo un proceso de polarización social, con la aparición de los nuevos pobres que asociaron por primera vez clase media con pobreza: se puede ser clase media y pobres. Y esto afectó las imágenes heredadas, porque se suponía que el pobre lo era porque quería, porque no trabajaba o era incapaz o no tenía educación. Y de pronto había pobres que "no merecían" ser pobres. Aparecieron consumos a los que la clase media no accedía, como los countries, y otros fenómenos que también distorsionaron la identidad de clase media. Por ejemplo, la extensión de formas de cultura que antes se consideraban de clase baja -la cumbia, que accedió a los medios masivos y apareció en las fiestas de la gente de dinero- y los cambios en las pautas familiares, con modos de vida que ya no se remitían a la "decencia" de la familia nuclear con mamá y papá casados.

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